El aumento de tarifas de gas y agua, que se venía retrasando desde hace años, impactará en un primer momento en el índice de precios al consumidor (IPC).
El País.- El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner está haciendo lo que se resistía a acometer en los siete años anteriores.
En lo que va de 2014 ha devaluado el peso, sincerado las estadísticas públicas, ha pactado la indemnización a Repsol por la expropiación del 51% de YPF, ha iniciado las negociaciones formales por la deuda impaga desde 2001 con los países desarrollados del Club de París, ha permitido que el Banco Central elevara los tipos de interés.
Además de eso este jueves 27 de Marzo ha anunciado un recorte del 20% de las subvenciones de las tarifas de gas y agua potable en Buenos Aires, que para la mayoría de los usuarios estaban congeladas desde la crisis argentina de 2002.
Con esta última medida, el Ejecutivo pretende reducir un déficit fiscal que se ha ido expandiendo de la mano de esos subsidios y que hasta ahora era financiado con emisión monetaria del Banco Central, y el consiguiente impacto en la inflación (32%).
El recorte de tarifas afectará a hogares y comercios, pero no a las industrias, de modo de fomentar su producción. Además, los usuarios que reduzcan su consumo de gas recibirán descuentos. Argentina ha perdido el autoabastecimiento energético en 2011 e importa cada vez más gas y combustibles.