El Nacional.- La reconstrucción de los fallecimientos de Robert Redman, Génesis Carmona, Geraldine Moreno y José Alejandro Márquez revela acciones y omisiones que comprometen a algunos efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana por el uso excesivo de la fuerza o por actuar a favor de los posibles homicidas de estos ciudadanos.
Puede que Robert Redman, Génesis Carmona, Geraldine Moreno y José Alejandro Márquez nunca se hayan conocido. Puede que alguno de ellos haya tenido apenas tiempo para leer el nombre del otro en las redes sociales. Puede que la mayoría piense que solo tienen una cosa en común: que forman parte de la lista de 18 venezolanos fallecidos desde el 12 de febrero, cuando una ola de protestas, disturbios, cierres de vías públicas y represión de cuerpos militares y policiales se convirtió en noticia mundial por el efecto que esa convulsión puede tener en el futuro de Venezuela.
Redman fue asesinado en Chacao de un tiro en la cabeza el 12 de febrero; Carmona fue víctima de un disparo en la cabeza el 18 de febrero en Valencia; Moreno perdió la vida el 22 luego de recibir dos descargas de perdigón en el rostro en la capital carabobeña; y Márquez falleció por graves lesiones en el cráneo luego de una operación militar de orden público. En todos los casos hay denuncias que apuntan a que las acciones y omisiones de algunos efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana han estado vinculadas con las situaciones que originaron la muerte de estos ciudadanos.
El Jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Vladimir Padrino, pidió en Twitter el 27 de febrero no caer «en el juego de hacer ver a la FANB como instrumento de represión”.
La reconstrucción de esos casos –basada en relatos de testigos, actas policiales, documentos, videos y fotografías– arroja pistas sobre cómo integrantes del componente de la FANB se han excedido en el uso de la fuerza, pero también refleja otro punto que debe ser investigado: la posible actuación coordinada con quienes perpetraron los homicidios.
Lea el trabajo completo que publicó este domingo el Departamento de Investigación y Siete días del Diario El Nacional aquí: El patrón de la muerte