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¿Para que sigan armando colectivos, con mis impuestos?

El 31 de marzo NO se me vence ningún plazo para autoliquidar y pagar Impuesto Sobre la Renta, porque ME DECLARO EN DESOBEDIENCIA TRIBUTARIA

O.E

Henry David Thoreau, (Concord, Massachusetts) poeta, escritor, puritano, naturalista, abolicionista y transcendentalista, es considerado, con justicia, padre de la moderna desobediencia civil y pacífica.

«Yo, no pago impuestos -expresó Thoreau- para que las autoridades de mi país autoricen la esclavitud de seres humanos, ni para que nuestros soldados en lugar de defender la Patria, despojen territorialmente a naciones vecinas».

El reto lo lanzó en 1846 como protesta por la invasión a México por Estados Unidos, lo que le representó que los Nicolases Maduro de su época lo zamparan pa’ un calabozo.

Nada nuevo bajo el Sol, dicho sea muy de paso, en materia de desobediencia tributaria. «Al César lo que del César y a Dios lo que es de Dios» respondió, Jesús, cuando lo interrogaron, con malas o peores intenciones, si era legítimo pagarle tributos al Imperio que tiranizaba a los judíos.

La Marcha de la Sal de Mohatma Ghandi –discípulo de Thoreau- que puso de rodillas al Imperio Británico, fue dura y pura desobediencia tributaria, civil y pacífica. La gesta antisegregacionista, de Rose Parker en, Montgomery, Estados Unidos, también, porque le abrió una tronera al presupuesto de tal municipalidad que se vio obligada a capitular.

Invocados, pues, precedentes tan conspicuos, voy a lo que me compete:

Yo, Omar Jesús Estacio Z., venezolano, mayor de edad, titular de la cédula de identidad V-3.415.314, vecino de Caracas, dirección exacta que las autoridades conocen, porque para eso espían, fisgonean telefonemas, tuiters, mensajería electrónica y toda clase de comunicaciones, formalmente declaro:

«Que ni el próximo 31 de marzo, ni en fecha anterior ni posterior, declararé, mucho menos me autoliquidaré Impuesto Sobre la Renta.

No es que voy a suscribir la próxima declaración y autoliquidación correspondiente a 2013, pagar la primera cuota, para luego declararme moroso con las cuotas restantes. Tal conducta no sería lo suficientemente elocuente. Desde muy joven me enseñaron, que cuando es no, es ¡no! como en el presente caso.

Por consiguiente, no voy a declarar, menos aún, enterar ni un solo centavo en la Tesorería Nacional por concepto de ISLR. Ni en el presente mes, ni en ejercicios futuros.

¿Pagarles, yo?

¿Para que con el producto de mi trabajo, el desgobierno que azota a mi amada Venezuela arme y engorde matones que, con el remoquete de «Colectivos», disparan y asesinan compatriotas a mansalva, en particular a jóvenes estudiantes?

¿Para que, con mis impuestos, le llenen la barriga a la satrapía de los hermanos Castro?

¿Para que, con mis impuestos, les financien películas a chulos como Danny Glover y Oliver Stone?

¿Para que les trasfieran el sudor de mi frente a perpetradores de estupros, como Daniel Ortega o les concedan gabelas a gorreros como Diego Armando Maradona, Don King, Piedad Córdoba, Naomi Cambell, Ramonet, la Gollinger?

Doña Cristina Kirchner, queda en libertad de seguir ataviándose con Dolce & Gabana, Louis Vuitton, Fendi, Tori Burch, Dior, Bulgari, pero puede dar por seguro que no lo seguirá haciendo a mis costillas.

Ni una sola bola pa’l mingo, si de mis impuestos se refiere a la taifa de chorizones -incluidos perros de la guerra- rusos, chinos, iraníes, argentinos, brasileros, nicas, uruguayos, portugueses y por supuesto, venezolanos, porque me hiere el corazón que sean mis compatriotas tan o más depredadores que los susodichos vividores extranjeros.

Los militarotes celestinos, ya están avisados. Si quieren millones, que le echen bolas, que invadan a Kurdistán, Estados Unidos o a algún atolón perdido en océano Pacífico y se repartan el botín de guerra. Pero que le digan adiós a la cuota parte del suscrito en el saqueo del presupuesto público correspondiente al 2014 y años subsiguientes.

No me vengan -incluido usted, señor Maduro- conque el pago del Impuesto Sobre la Renta representa el 75% de los ingresos ordinarios del Fisco Nacional y que el impago de tal porcentaje quebrará al Estado, porque estaba previsto para hospicios de huerfanitos ciegos, hospitales, escuelas, vialidad, electricidad, con sus correspondientes etcéteras y etcéteras. Consecutivos y sin faltar ninguno, en los últimos 15 ejercicios fiscales, me he «retratado» en las ventanillas del SENIAT y cunde el deterioro de nuestra infraestructura, el desabastecimiento, la inflación, el hampa -ésta última azuzada y financiada por la sedicente revolución para arrinconar gente decente.

Si en todo ese tiempo mis tributaciones no les han servido para un rábano, presumo que no son necesarias. En todo caso, como “Chávez vive y el guiso sigue”, que la francachela siga, pero sin gozarse lo mío.

¡Qué Henry David Thoreau, qué León Tolstoi, Martin Luther King, qué Rose Parker, qué bonzos budistas, ni qué, Nuestro Señor Jesucristo. Guarimbero tributario ¡yo! Y aquí, en la propia republiqueta forajida y bolivariana.

Omar Estacio Z.

Post Scriptum: Señores bolicorruptos que tienen 16 años saqueando, forrándose y arrimándose al sabor, pueden estar tranquilos. La cosa no va con ustedes. Cuando el señor Maduro, tal como lo prometió, ejerza los poderes extraordinarios que solicitó para mandarlos bien presos (¡sí, cómo nié!) volveré a pagar mi ISLR ¡Lo último que, por mi culpa muera de inanición ni un solo boliguisador, en las colonias móviles de El Dorado!

Omar Estacio

Abogado de disidentes y articulista de La Razón