Gustavo Luis Carrera
Venezuela mantiene el primer lugar en la lista de los países que venden la gasolina más barata en cualquier parte del mundo por delante de países como Libia o Arabia Saudita
ElMundo.- Durante los últimos 15 años, el Gobierno venezolano ha creado una especie de mito acerca del aumento del precio de la gasolina. Construyó una relación muy simple entre explosión social y el crecimiento del valor de los combustibles.
El sociólogo Luis Pedro España, considera que es un panorama complicado para el Ejecutivo nacional de tomar la decisión del aumento.
Mediante estos años el Gobierno alimentó con más fervor la tesis de la ventaja natural, el derecho de nacer en un país productor del petróleo.
España, cree además que existe un rasgo emblemático para los venezolanos, de que si se aumenta la gasolina es que las cosas están muy mal y el país está casi quebrado.
“La dirección nacional está metido en esa trampa armada durante muchos años, llevando a la gasolina a un precio ridículo. Tan ridículo que la propia empresa petrolera tiene que pagarle a las bombas de gasolina para que vendan el combustible, en lugar de ser al revés”.
Por otra parte el economista Victor Álvarez, sostiene que el precio de la gasolina es regresivo, toda vez que la subvención beneficia a los sectores de más recursos, que poseen vehículos, mientras que la mayoría del pueblo que no lo tiene se ve condenado a utilizar un sistema de transporte público.
¿Explosión social u oportunidad?
Hay elementos concretos que hacen pensar a quienes debaten del tema, que no habrá una explosión social si se incrementa en valor de los combustibles pero sí un costo político que sería manejable. Allí se verán las maniobras o mecanismos del Gobierno que eviten esa inconformidad.
El último aumento de la gasolina en Venezuela se dio en 1996 y se ha mantenido desde entonces inamovible durante 18 años. La gasolina de 91 Octanos continua a Bs.0,070 el litro, la de 95 Octanos a Bs.0,097 el litro, mientras que el diesel tiene un importe de Bs.0,048 por litro.
Los consultados coinciden en que la población está consciente de que la gasolina tiene precios irreales y la suma del precio de los combustibles es inaplazable.
Álvarez, también destaca que si a través de esta medida se puede cubrir los costos de producción y el excedente se destina totalmente para la financiación del crecimiento y modernización del transporte público, sería bien recibida por sectores que no se han beneficiado por el enorme subsidio.
Esta crisis podría ser una oportunidad para el Ejecutivo, de tomar aparentemente medidas antipopulares pero que den un cambio y que tengan un impacto muy positivo sobre los sectores que viven de un ingreso fijo y los estratos que han sido golpeados por la situaciones económicas tan difíciles.
