Estados Unidos rechazó categóricamente que esté desempeñando algún papel en la crisis política venezolana, en respuesta a las acusaciones de injerencia que Caracas presentó contra Washington en la reunión de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas.
“Hemos sido muy claros en que no estamos teniendo ningún papel o interfiriendo en lo que está pasando en Venezuela”, dijo Mary Harf, portavoz adjunta del Departamento de Estado, tal como lo destaca la versión digital de El Nacional.
“Todo lo que hemos dicho constantemente es que las partes necesitan dialogar para encontrar una forma de seguir adelante, pero el gobierno no ha mostrado voluntad de hacerlo todavía”, agregó Harf.
La portavoz estadounidense consideró que las acusaciones son una estrategia del gobierno venezolano para desviar la atención de las protestas, que han dejado 42 muertos.
El canciller de Venezuela, Elías Jaua, entregó a sus pares de Unasur un documento que denuncia la injerencia de Estados Unidos y rechaza la aprobación en el Senado de ese país de una ley para sancionar a funcionarios venezolanos.
“Estados Unidos ha desarrollado abierta y públicamente una campaña sistemática de injerencia en los asuntos internos de Venezuela, contrariando los principios que sirven de fundamento al ordenamiento jurídico internacional”, dice el texto.
Jaua también solicitó realizar una cumbre de presidentes de Unasur, durante la cual el mandatario Nicolás Maduro denunciará “el intento de derrocamiento violento que ha vivido Venezuela durante los últimos cuatro meses”.