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EDITORIAL: Una carta desgastada

La denuncia sobre un plan magnicida es grave, muy grave, y como tal debe ser tratada

El Psuv ha hecho público un supuesto plan magnicida que tiene también como principales objetivos, junto al presidente Nicolas Maduro, al presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello y al ministro de Interior Miguel Rodríguez Torres.

La veracidad de las pruebas presentadas está por determinarse. Debe haber una investigación profunda y que clarifique con celeridad todo el entramado. Que no es nuevo. En los años de “revolución bolivariana” distintos voceros oficiales han hablado de planes para atentar contra el presidente.

En más de 60 ocasiones se ha utilizado la carta del magnicidio. A pesar de la gravedad de la denuncia actual, no hay nadie detenido, no hay juicios. Imagínese. Si a los manifestantes se les detiene y procesa, no parece lógico que los conspiradores estén libres. Todo esto hace pensar que el recurso del magnicidio se utiliza para distraer momentáneamente, justo en un momento en el que la situación económica es agobiante.

Los venezolanos viven días muy duros, producto de la devaluación de la moneda, la escasez, la imparable inflación. Esa realidad, en un país petrolero, no hace más que retratar la incapacidad gubernamental para manejar el rumbo del país. Por eso, el denunciado plan puede ser desestimado por la gente, mellando la poca credibilidad de los burócratas gobernantes. De tanto usar esa carta, ya no sorprende.

ditoY de ser cierto, entonces Maduro tendrá que revisar su gobierno por dentro, porque es inconcebible tanta inacción ante una amenaza de ese calibre. Los magnicidas planean sus crímenes y desde el Estado no se hace nada contundente. Las cosas no encajan. Algo huele mal.