A pesar de la insistencia de la propaganda oficial, los antecedentes de la nacionalización del petróleo se remontan a la ley de reversión de Rafael Caldera en 1972, cuando Chávez y Ramírez no existían. El Sistema de Orquestas se creó en 1975 y la “revolución” tampoco tiene la exclusividad en el reconocimiento a José Martí; su estatua en Chacao fue erigida en 2003 por Leopoldo López, entonces alcalde. Ojo, el mal uso del lenguaje por parte del liderazgo político tampoco es exclusivo de estos tiempos.
La estatua de José Martí, prócer de la independencia cubana, que se encuentra al comienzo de la Avenida Francisco de Miranda en Chacaíto, fue erigida en 2003, por el gobierno de Leopoldo López como Alcalde de Chacao. No colocó en ese sitio tan populoso a ningún ilustre estadounidense o a un político conservador del pasado adecocopeyano, sino al prócer de la independencia cubana. El reconocimiento a José Martí es de larga data en Venezuela e involucró a la mayoría de los sectores sociales y políticos venezolanos; no lo inventó ni rescató del olvido el ex-presidente Chávez, ni es patrimonio de los “revolucionarios” de hoy, quienes en su locura están convencidos que todo el que no piensa ni se comporta como ellos es una cucaracha, que debe ser aplastada.
La declaración que sigue: “Estados Unidos tiene que ser un gran país para mantenerse como primera potencia (..), no obstante haber padecido presidentes oligofrénicos del calibre de George Bush, haber sobrevivido a las paranoias del Departamento de Estado, a las chapuzas de sus diplomáticos que sólo aciertan cuando se equivocan y a las truculencias de sus (..) organismos de inteligencia, que arman informes (..) de recortes de prensa e informaciones de ‘dateros’, que creen que con sus chismes se congracian con el gobierno norteamericano”, no es de ningún líder gubernamental, es de Henry Ramos Allup, cachorro del imperio del pasado adecocopeyano, a decir de los rojo rojitos actuales. El antiimperialismo venezolano no tiene su génesis en las tesis, por demás inexistentes, del comandante eterno como creen algunos. Es muy anterior y tuvo sus expresiones incluso en nuestros gobernantes entre 1958 y 1998. La declaración tiene además su veneno contra María Corina.
Las carencias venezolanas en el uso del lenguaje materno no son recientes y se extienden al liderazgo político y de gobierno. “Tengo cubridos todos mis gastos” dijo Blanca Ibáñez, secretaria privada y luego esposa del ex presidente Lusinchi. El “autosuicidio”, palabra usada por Carlos Andrés Pérez y que se ha mantenido en la humorística venezolana. El presidente Chávez es “impresionable” dijo uno de sus generales y ministro de la defensa para expresar que no se le podía presionar. Y el propio Chávez nos sorprendió más de una vez con su ignorancia lingüística, aunque siempre trató de convencernos que la suya era la forma correcta y no la establecida gramaticalmente. Inventó el verbo “adquerir” y explicó su significado en cadena nacional de radio y televisión. El abandono del español como lenguaje no sólo ocurre en escuelas sino en la sociedad toda.
El éxito del Sistema de Orquestas venezolano se inicia con su creación en 1975, un cuarto de siglo antes de ser electo Presidente Hugo Chávez Frías. El gobierno del “socialismo del siglo XXI” continuó el esfuerzo iniciado por los gobiernos adecocopeyanos (¿continuidad administrativa?). Esto parece no saberlo la embajada venezolana en Alemania, pues presenta a este sistema como un logro de la política de inclusión de la “revolución bolivariana”, que según esto se habría iniciado antes que la misma “revolución”. Llama la atención que un gobierno anti EEUU, anticapitalista, antiimperialista y enfrentado al eurocentrismo, llegue a mentir por aparecer “legítimo y culto” ante sus “despreciables” enemigos. El reconocimiento europeo, y también el estadounidense, le importan mucho al gobierno chavecista, aunque de manera vergonzante.
En 1971, la ley de reversión de Rafael Caldera señalaba que todos los bienes, instalaciones y equipos de las concesionarias petroleras, dentro o fuera de las áreas de concesión, pasarían a propiedad de la nación sin compensación al expirar la concesión. Más adelante, el decreto 832 estableció que toda la exploración, producción, refinación y programas de ventas de las compañías petroleras tenían que ser aprobados previamente por el Ministerio de Minas e Hidrocarburos. Sin duda, el país ya estaba en camino a la nacionalización en 1972, cuando Chávez y Ramírez no existían. El país nacionalizó su industria petrolera el 1 de enero de 1976, en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, lo que dio origen a Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), estatal venezolana de petróleo. En enero 2002, con la nueva Ley de Hidrocarburos, la revolución chavecista desnacionaliza la explotación de petróleos pesados, al permitir inversores privados en las empresas mixtas del sector hasta con un 49% de acciones. Éstas pueden ser del 100% en la explotación de gas y en otras actividades. ¿Qué les parece?