La portavoz del departamento de EEUU, Jennifer Psaki, reafirmó su respaldo al Gobierno de Ucrania
El Ejército ucraniano anunció su rechazo a negociar con los separatistas prorrusos hasta que entreguen las armas, y este martes decidió obstaculizar las provincias de Lugansk y Donetsk para forzar su rendición.
El anuncio fue hecho por el ministro de Defensa, Valeri Gueletei, recibiendo el apoyo verbal de los Estados Unidos, en cambio la Unión Europea apuesta por una solución diplomática.
Los responsables de la insurgencia separatista en Donetsk, liderados por el autoproclamado gobernador, Pavel Gubarev, hicieron un llamado a los ciudadanos a que se preparan a tomar las armas y así defender su tierra y su familia.
Kiev en cambio aseguró que no volverá a decretar un alto el fuego unilateral, como el que finalizó el pasado 30 de junio.
El lunes el dirigente de la diplomacia alemana Frank-Walter Steinmeier pidió una nueva tregua y los presidente de Francia y Estados Unidos hablaron con su homólogo Vladimir Putin para que presionara a los separatistas y aceptaran un diálogo con las autoridades ucranianas.
Gueletei considera que si se establece un alto al fuego incondicional mientras los insurgentes sigan controlando parte de la frontera con Rusia, solo les servirá para rearmarse y reforzarse.
Este martes por la mañana en la provincia Lugansk, también controlada por los rebeldes se produjeron disparos.
Un automóvil de transporte colectivo fue alcanzado por un mortero en horas de la mañana dejando dos personas muertas y cuatro heridos.
El presidente Poroshenko renovó la dirección de los servicios de seguridad SBU, nombrando a Vasyl Grytask para conducir la sección antiterrorista.
En Moscú no ha habido reacciones contundentes a los éxitos de la tropas ucranianas. La clase dirigente está dividida entre los partidarios de la línea dura, que pretenden que siga por la vía militar, y los que prefieren una solución diplomática, preocupados por el impacto a nueva sanciones internacionales que podría tener la economía rusa.