Cuba nos ha impuesto su modelo político-económico, que es el comunismo. Para su implantación por etapas comenzó por demoler las instituciones democráticas y destruir el aparato productivo.
Desde hace 15 años (1999-2014) Venezuela está bajo el dominio de Cuba, gobernada por títeres de Cuba. Desde hace 11 años (2003), Venezuela está ocupada por Cuba, que tiene destacado aquí personal civil y militar. Hoy Cuba decide en el mundo por Venezuela. Es Cuba la que negocia a Venezuela en el mercado internacional. Venezuela es propiedad de Cuba. Son los intereses de Cuba los que determinan la política interior y exterior de Venezuela. Es Cuba la que gobierna y administra a Venezuela por interpuesta persona, sus títeres. Cuba nos causa a los venezolanos la mayor humillación nunca antes sufrida en nuestra historia, la de someternos a su mando y tratarnos como seres inferiores. Los venezolanos somos apartados y marginados, mientras los cubanos gozan de los mayores privilegios en Venezuela.
Cuba nos ha impuesto su modelo político-económico, que es el comunismo. Para su implantación por etapas comenzó por demoler las instituciones democráticas y destruir el aparato productivo: agricultura, ganadería e industria. Las instituciones democráticas no fueron demolidas sólo por ambición de poder, sino para remover cualquier obstáculo al dominio de Cuba y la implantación del comunismo. El aparato productivo no fue destruido por incapacidad o ineficiencia del gobierno títere. Su destrucción fue deliberada. Obedeció al plan de implantación del comunismo importado de Cuba, el cual exige la eliminación progresiva de la propiedad privada y el control social de los venezolanos por el estómago. Sustituir la producción por la importación controlada por Cuba. El que importa es Cuba, con dinero venezolano, y hace llegar lo importado a los venezolanos por puertos que administran los cubanos. El propósito es la tarjeta de racionamiento, que obligue a escoger entre sumisión o hambre. El resultado: escasez e hiperinflación, desamparo y pobreza. Cuba es la hambreadora del pueblo venezolano valiéndose de sus títeres.
Cuba nos ha impuesto un tributo: sostenerla económicamente, entregándole petróleo y miles de millones de dólares todos los años. Además se ha apropiado del petróleo poniendo un títere suyo al frente de la industria y obligando a la entrega de gran parte de la producción para su colocación conforme a los intereses estratégicos de Cuba para lo cual inventó a PetroCaribe con sede en La Habana. Así Cuba nos chupa la sangre. Cuba es el vampiro de Venezuela. Ha llevado a Venezuela a la ruina y a los venezolanos al empobrecimiento general e indetenible. Cuba es la causante de la ruina de Venezuela, precisamente cuando ha habido la mayor bonanza petrolera de la historia. El colapso económico de Venezuela no se debe sólo a la incapacidad de los títeres, puesto que ellos no deciden. Fueron escogidos por serviles a Cuba, a cuya monarquía comunista obedecen. El colapso de Venezuela es obra de Cuba.
A los judas que le sirven Cuba les ha retribuido sus servicios dejándolos robar. Al mejor estilo de la mafia, los deja robar para hacerlos delincuentes y los hace delincuentes para exigirles sumisión chantajeándolos con el expediente. Cuba ha organizado al lumpen, especialmente a los criminales, en bandas que asaltan y matan a los ciudadanos, y se transforman en represores en caso de protestas. Son la fuerza de choque de Cuba, entrenada en la isla adonde se los envía con el cuento de su reeducación. Además Cuba se ha inventado la especie de que al “imperio” se le vence con el narcotráfico, dándole a este negocio ilícito la justificación ideológica. Así Cuba ha destruido moralmente a quienes eran los más obligados a defender la patria. Cuba ha socavado las bases morales de la sociedad venezolana, tanto de civiles como de militares.
Entonces el único modo de que salgamos de abajo es que nos liberemos de Cuba, rompamos las cadenas que nos atan a Cuba, nos sacudamos el peso de Cuba que llevamos encima. Mientras no nos liberemos de Cuba nos iremos hundiendo cada vez más en la pobreza, en la incultura, en la inmoralidad, en la indignidad y en el crimen.
Liberarnos de Cuba es tarea previa e ineludible para la refundación de la República, porque no tenemos República. La perdimos con Cuba, a la cual se la entregaron los traidores.