El Gobierno no debería diferir más el aumento del precio de la gasolina, pues mientras más lo difiera, más difícil será la asimilación del mismo por parte de la población, y más impacto podría ocasionar a la economía.
La enorme brecha existente entre el costo de producción y el valor de venta al público, ya se hace insoportable para Pdvsa, empresa matriz que además de llevar a cuesta el subsidio a los combustibles también se le obliga a cumplir un sinfín de compromisos sociales, cargas fiscales y parafiscales, según lo expresa el economista y experto en petróleos Rafael Quiroz en un comunicado de prensa.
El diferencial de esta brecha cada año se amplía más, a medida que se encarecen los eslabones de la cadena que compone la estructura de costos operativos, en un contexto inflacionario superior al 56% en 2013, y con el complemento del costo que significa la importación de componentes y aditivos para la manufactura y refinación de la gasolina, lo que produce una mayor distorsión en la estructura de costos y precios. Desde 1997 los costos de producción han aumentado en 460%, por lo que actualmente los costos de la gasolina son 27 veces más que el precio de venta, y el subsidio anual ya sobre pasa los 7 mil millones de dólares.
Desde 1997 los costos de producción han aumentado en 460%
Según el Banco Mundial, el actual precio de venta de la gasolina en Venezuela es de 0,02 céntimos de dólar por litro, superando ampliamente a Arabia Saudita, Kuwait, Libia y Qatar; mientras que el precio promedio mundial es de 1,40 U$/litro y el de la región del Caribe es de 1,29 U$/litro. Así que no es “cuento de camino” que Venezuela la gasolina más barata del mundo, y que “Pdvsa paga para que se consuma la gasolina”, como bien lo dijo, semanas atrás, el ministro Rafael Ramírez.
En el mismo comunicado Quiroz explica que se trata de un subsidio regresivo, pues los principales beneficiarios directos son los sectores de mayores ingresos, dado que los mismos concentran el 77% de los vehículos que integran el parque automotor de 4,9 millones de vehículos; mientras que 75% de las familias venezolanas no poseen vehículo. Por otra parte, solo 3,5% de los hogares que perciben un salario mínimo poseen vehículo, y este porcentaje sube a 10,7% cuando se agrupan los hogares que perciben hasta dos salarios mínimos; lo que demuestra el carácter regresivo del subsidio implícito de la gasolina.
El documento también destaca que cada vez que se difiere el aumento del precio de la gasolina, se estimula su consumo, su uso irracional y la distorsión en los patronos de consumo energético vehicular, pues 1,9 millones de vehículos de todo el parque automotor usan incorrectamente la gasolina de mayor octanaje. Esto, sin tomar en cuenta que el aumento en el consumo de la gasolina en Venezuela es superior al crecimiento poblacional; de allí que el consumo per cápita en Venezuela es 42% mayor que el de cualquier otro país en Latinoamérica, y 3,2 veces el promedio de toda la región.
El consumo per cápita en Venezuela es 42% mayor que el de cualquier otro país en Latinoamérica, y 3,2 veces el promedio de toda la región.