Vender un activo que no solo representa uno de los complejos refinadores más grandes de Estados Unidos, sino que además ha dado ganancias y pagado dividendos en los últimos 16 años, genera muchas dudas.
Sea o no urgente, necesario o estratégico para el negocio, la venta de Citgo Petroleum Corporation, filial de Pdvsa en Estados Unidos, despierta dudas sobre la salud financiera de Venezuela y su petrolera, tal como lo destaca la periodista Nicolle Yapur en un trabajo para la web de El Nacional.
Los expertos y las firmas internacionales concuerdan en que es más lo que se pierde que lo que se gana. Si bien los ingresos que produce la medida podrían ayudar a Pdvsa a cubrir sus compromisos o aumentar la inversión en áreas que considera más importantes, como la producción, el hecho de que la intención de venta se confirme en un momento en el que el país atraviesa una situación económica de alta inflación, escasez y de estancamiento de la actividad productiva apunta a que los recursos se destinarán a equilibrar las cuentas fiscales.
“Tomando en cuenta lo que han crecido las necesidades de importaciones, las deudas que se han acumulado con el sector privado y los compromisos de servicio de deuda pública, los ingresos que se puedan obtener por la venta de Citgo serían un alivio leve y coyuntural”, dijo la analista Bárbara Lira, de ODH Grupo Consultor.
Además, coincide con otras medidas para obtener recursos adicionales anunciadas por el gobierno, como el endeudamiento con China, el aumento del precio de la gasolina, la reforma fiscal y una unificación del tipo de cambio.
Aunque el ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, afirmó que salir de la empresa no responde a ninguna urgencia ni necesidad de flujo de caja, no es eso lo que el mercado percibe. Las firmas Eurasia y ScotiaBank indican en sus respectivos informes que lo que se observa es una necesidad de buscar dinero en efectivo para atender gastos.
“La tendencia de los últimos años ha sido dar prioridad a las necesidades del gobierno por encima de las de Pdvsa para mantener o mejorar operaciones, así que es más probable que los recursos adicionales se destinen a aliviar un poco las presiones sobre las divisas disponibles para importaciones”, señaló Lira. La experta teme que si este es el objetivo de la venta, los recursos que se obtengan no generarán beneficios económicos ni sociales sostenibles en el mediano o largo plazo.
El economista José Guerra añadió que nunca en la historia el Estado había vendido un activo externo de tal valor y el hecho de que se haga ahora solo puede ser síntoma de una situación financiera complicada.
¿Cómo se beneficiaría Pdvsa?
Además del aporte adicional a los ingresos, la venta de Citgo disminuiría la exposición al riesgo de perder activos por el embargo que pueda resultar del fallo de los arbitrajes ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones del Banco Mundial de Conoco Phillips y Exxon Mobil, refiere JP Morgan en un reporte.
También contribuiría a darle continuidad a la política de elevar los despachos a China, mediante la disminución del envío de crudo a Estados Unidos. Sin embargo, Pdvsa ya los ha estado reduciendo sin necesidad de vender la filial. “Con respecto a Citgo, específicamente, se calcula que solo entre 2012 y 2013 los envíos a la filial cayeron 13%”, expresó Lira.
Otro argumento es que la filial está dando pérdidas y su venta reduciría los costos operativos y la deuda total de Pdvsa. No obstante, aclaró que el pasivo de la filial es relativamente bajo (representa menos de 4% del de su casa matriz) y ha otorgado en promedio 556 millones de dólares en ganancias anuales, según el informe auditado de la petrolera estatal. “Si la excusa es que no da ganancias habría que vender todas las empresas del Estado”, afirmó Guerra.
¿Por qué perdería?
Sacrificar un activo como Citgo le quitaría a Pdvsa seguridad sobre el mercado para colocar crudo pesado y extrapesado, a pesar de que Ramírez aseveró que la venta estaría sujeta a la continuidad de los acuerdos de suministro entre Pdvsa y la filial.
“Del total exportado a Estados Unidos se calcula que cerca de la mitad va a Citgo. Pdvsa pierde además 23% de su capacidad mundial de refinación y otros activos externos que incluyen terminales de embarque, oleoductos y otros”, explicó Lira.
La noticia de la venta tampoco ha calado bien en los mercados internacionales. A las calificadoras y bancas de inversión les parece negativa la medida, ya que revela una necesidad de liquidez. “Reducir los activos externos tampoco es una señal favorable para los mercados, pues estos se consideran prácticamente como garantías contra algún posible default”, dijo.
Adicionalmente, los recursos obtenidos por la venta difícilmente serán los esperados por el gobierno. Ramírez rechazó hace dos semanas que la filial pudiera venderse por menos de 10 millardos de dólares. Sin embargo, analistas creen que la empresa está valorada en 7 millardos de dólares.
La venta en sí tampoco será sencilla. El economista Alexander Guerrero recordó que la compra de Citgo fue muy compleja, y agregó que los interesados querrán adquirirla por partes. Además, la condición de mantener los contratos de suministro puede ser una limitante, así como lo sería un posible conflicto de activos que derive de los casos en litigio.
Lo que parece preocupar a los expertos no es que efectivamente se logre la venta, sino la señal que se envía con el solo hecho de anunciar la negociación. “Las empresas cuando no son viables contratan deuda o buscan financiamiento. Empezar a vender activos es síntoma de que está verdaderamente mal”, sostuvo Guerra.