El ex ministro Jorge Giodani pudo permanecer en el gobierno por 13 años y participó activamente en la elaboración del Plan de la Patria; allí está el pensamiento escrito de Chávez. ¿Cómo exculparlo?
Héctor Silva Michelena
Sin segundas intenciones, y girándola un poco, esto pareciera decir el estudios politólogo Nicmer Evans en un recuadro de la larga entrevista publicada en “La Razón” (17 al 24 de agosto), bien conducida por el periodista Carlos Díaz. Nicmer Evans aborda con franqueza numerosas facetas de la vida económica, social y política de Venezuela, en los tiempos que corren. A pesar de que expresó ideas y opiniones muy importantes, apenas me ocuparé en una de ellas: sus ideas sobre un socialismo alternativo.
Inicio con mi declaración de principios: jamás olvido el libro La Crítica y el Desarrollo del Conocimiento, editado por los profesores Imre Lakatos y Alan Musgrave [1965], 1975, Grijalbo, México, que reúne las conferencias del Coloquio Internacional de Filosofía de la Ciencia, habida en Londres en julio de 1965. Mis cuatro cimientos son: 1) Permanente Vigilancia de los Modelos Existentes en las Ciencias; 2) Estructuración de Núcleos Temáticos y Problemáticos Reales como Facilitadores de un Conocimiento Crítico; 3) Ser Críticos implica Ser Creativos, y, 4) Enseñanza de un Pensamiento Crítico. Esta ha sido mi guía en mi larga vida académica en la Universidad Central de Venezuela.
Por eso me encantó la respuesta que dio Evans cuando el periodista le pregunto si sus opiniones no causan malestar en el PSUV. El politólogo respondió lucidamente: “no en el PSUV pero sí en algunos dirigentes del PSUV. Y lo lamento pero no voy a dejar de decir lo que pienso. Al chavismo se le debe la necesidad del debate, de la transparencia en las ideas y el desarrollo y actualización del pensamiento del presidente Chávez. Hasta que me lo permitan, seguiré asumiendo mi postura de chavismo crítico y otro pro positivo, y espero seguir contando son la solidaridad de muchos colectivos y sectores del proceso revolucionario que se han expresado a favor del debate y a favor de la democracia participativa”.
Evans asume, pues, que el ser Críticos implica Ser Creativos, y, que la necesidad de la enseñanza de un Pensamiento Crítico. Lo que no me parece adecuado es su interés en el desarrollo y actualización permanente del pensamiento de Chávez. ¿Cuál pensamiento? ¿El de sus obras físicas? ¿El contenido en el Plan de la Patria, asumido por Maduro como el testamento político del Comandante Hugo Chávez? ¿O sus primigenias opiniones dadas al profesor Agustín Blanco Muñoz en el libro titulado Habla el Comandante, Catedra Pio Tamayo, CEHA/IIES/FACES/UCV, 1998, Caracas? “Por sus frutos los conoceréis, Mateo 7: 15-21”, tal vez piense el amigo Nicmer.
Conocidas y bien estudiadas las taras del capitalismo, en todas sus etapas, y caídas las economías socialistas que realmente existieron, una gran parte del mundo se sintió desamparada. ¿Qué vamos a hacer? Como sabemos las ideas fuertes no mueren, pueden quedar latentes, en hibernación, pero llegado el momento rebrotan al calor de muchos hombres que, aislados o en grupos, se han dedicado, no sólo a explicar las causas de La Caída del mundo soviético, sino a investigar el pasado y hacer proposiciones de economías alternativas. En particular se han explorado las condiciones de Yugoslavia de Tito después de la Segunda Guerra. El Mariscal, entusiasmado por crear una economía fuerte e independiente de Moscú creó en 1948, su plan de desarrollo económico independiente; esto provocó una fuerte reacción de Stalin que llevó a la ruptura. En 1947 lanzó el Plan Quinquenal basado en el modelo soviético, centralizado y controlado por el Partido. Los teóricos yugoslavos designan esta fase como “dictadura del proletariado”.
Pero en 1949 Yugoslavia comenzó a alejarse de este sistema luego de ciertos experimentos en 200 fábricas con consejos consultivos de trabajadores. En junio de 1950, la Asamblea Federal aprobó una Ley Básica sobre la gerencia de las empresas económicas del Estado por colectivos obreros. Los consejos obreros establecidos a inicios de los años 50 tuvieron poco poder al comienzo, pero en los siguientes 10 años su poder sobre la distribución del ingreso excedente de las empresas se extendió, y así adquirieron cierto poder para determinar políticas al interior de líneas aceptadas por la nación. En las pequeñas firmas todos los trabajadores tenían el derecho legal de ejercer el control y la gerencia de la empresa. En las fábricas mayores el colectivo delegaba sus derechos a un consejo obrero elegido por los trabajadores, que a su vez eligen a una junta de gerentes. El director y otros gerentes elegían a un experto “senior”. El director y otros expertos mayores pertenecían a la junta ex officio pero no tenían voto y podían ser removidos a iniciativa del consejo de obreros. El establecimiento de una unidad particular de trabajo, que pudiese expresar sus deseos sobre tópicos de su competencia era ejercida por vía de la democracia directa. El colectivo obrero también retiene el rara veces usado derecho de cambiar las decisiones de los consejos obreros mediante el referéndum.
A principio de los 60 se realizaron reformas económicas, y en 1963 una nueva Constitución hecho las bases del Socialismo de Mercado. Estos cambios aceleraron la separación de la centralización administrativa de la economía y otorgó mayores responsabilidades a las empresas individuales, cambios en el comercio exterior removieron el proteccionismo y expusieron al país a la competencia exterior. El control financiero, por medio de los bancos reemplazó a la asignación administrativa. Después de 1967, se autorizó la inversión del capital extranjero en asociación con firmas locales, que controlaban el 51%. El ajuste al Socialismo de Mercado fue doloroso, y hubo alguna inestabilidad. El choque fue amortiguado con créditos del Fondo Monetario Internacional y por la emigración y remesa de los obreros yugoslavos en Europa Occidental. La tasa de inflación fue la más alta de Europa desde 1965 y la tasa de desempleo se expandió de 290 mil en 1971 a 541 en 1975, debido parcialmente al retorno de los emigrantes.
Como Evans no compartió las políticas del ministro Giordani en la planificación, sostuvo en su entrevista: “el problema es que Giordani no creyó en el poder popular, ni en el control obrero, ni en la planificación emergente. A partir del criterio de una economía mixta pensó que el dinero obtenido a través de la venta del petróleo a China podíamos resolver los problemas económicos del país. Sin duda, Giordani es corresponsable de las políticas dirigidas al desarrollo e industrialización del país. Fue corresponsable de subestimar las experiencias del control obrero y el poder popular y comunal en estos momentos están presentando éxitos puntuales… esto no minimiza las denuncias que hizo en su carta [sobre] la conducción económica y política del presidente Maduro”. Más adelante agrega el amigo Nicmer: “Giordani llegó a hacer el tercer hombre más poderoso del país durante el gobierno del presidente Chávez […] En todo caso, él fue coparticipe de los planes de desarrollo de la nación y, por tanto debe estar muy bien informado sobre el Estado y el país”. Pregunto: ¿Cómo pudo permanecer Giordani 13 años sin que Chávez le diese su pleno e incondicional apoyo? Chávez no prescindió de él porque no quiso, porque sus planes y políticas le satisficieron plenamente. Giodani participó activamente en la elaboración del Plan de la Patria, y allí está el pensamiento escrito de Chávez. ¿Cómo exculparlo?
Seguramente Nicmer conoce esta preguntas que dejó colgadas Michael Lebowitz En la revista Cuba Siglo XXI www.nodo50.org/cubasigloXXI/ , que invita a pensarlas: a. ¿Cómo podemos destruir la división dentro de la empresa entre los que hacen y los que piensan?; b. ¿Qué debería hacerse en una empresa gestionada por los obreros cuando las ventas disminuyen?; c. ¿Qué papel debe tener la gestión obrera en la competencia entre obreros de distintas empresas?; d. En una empresa autogestionada, ¿qué responsabilidad tienen los obreros frente a los cesantes y los excluidos?; e. ¿En un sistema de autogestión obrera, quién tiene la responsabilidad de la clase obrera entera?; f. ¿Debe permitirse que quiebren empresas gestionadas por los obreros?
Reconozco el pensamiento crítico y búsqueda de apertura del distinguido politólogo Nicmer Evans. Es mi único propósito.