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Luis Miguel García: “Un país enfermo es un país que no puede producir”

Además de los inconvenientes con la liquidación de divisas, la importación de oportuna de medicamentos se verá pues la mayoría de los laboratorios farmacéuticos comienzan a cerrar operaciones a partir del 15 de noviembre, ya que sus casas matrices a nivel mundial también cierran operaciones porque toman esas últimas semanas del año para hacer mantenimientos mayores de todas sus plantas.

Por Andreína García Reina

Los venezolanos peregrinan de farmacia en farmacia en busca de medicamentos. Desde los más comunes como acetaminofén y anticonceptivos, hasta los más específicos como Eutyrox, Trileptal, algunos antihipertensivos, antiepilépticos y antipsicóticos. Las fallas en estos medicamentos continuarán, así lo afirma en una entrevista para “La Razón”, el doctor Luis Miguel García, presidente del Colegio Farmacéutico del Área Metropolitana, Mirada y Vargas.

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Los farmaceutas se están yendo

¿Hay fuga de talentos en el gremio farmacéutico?
—Somos cerca de 14 mil farmacéuticos a nivel nacional. En los últimos dos años, en el Colegio Farmacéutico del Área Metropolitana de Caracas, Miranda y Vargas, entre 600 y 700 profesionales de la farmacia de entre 24 y 30 años han tomado distintos rumbos en distintos países: España, Chile, Uruguay, Paraguay, Perú, Australia. La situación no es fácil. En España hay un convenio de homologación directa, por muchos farmaceutas se están yendo. Así ocurre con los países del ALBA.

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El farmacéutico de 20 años de experiencia explica que la escasez se prolongará hasta el año que viene, pues la mayoría de los laboratorios farmacéuticos comienzan a cerrar operaciones a partir del 15 de noviembre, ya que sus casas matrices a nivel mundial también cierran operaciones porque toman esas últimas semanas del año para hacer mantenimientos mayores de todas sus plantas.

“No se ha podido solucionar la importación adecuada de la cantidad de medicamentos para el área privada y vamos a tener fallas en la mayoría de los medicamentos”, añade.

¿Manejan alguna cifra del índice de escasez?
—Se mantiene entre 60 y 70%. No ha bajado de allí. Recientemente hubo un aviso del Ejecutivo nacional en el que informaban a la población, que hace 10 o 15 días entró una cantidad importante de medicamentos provenientes de convenios entre Venezuela y China, Cuba, e India. Pero como ellos mismos manifestaron, esos son medicamentos que van a la red de salud pública, llámese CDI y algunos hospitales del Gobierno. Sin embargo, mantenemos fallas con los anestésicos preoperatorios y operatorios, tal como apareció reseñado en la prensa nacional esta semana, con lo destacado por el doctor España, director del Hospital Clínico Universitario y uno de los viceministros del Ministerio de Salud. Muchos pacientes han tenido que suspender operaciones electivas por las que tenían tiempo esperando.

[quote font=»0″ bcolor=»#dd3333″ arrow=»yes» align=»right»]“No hay medicamentos que sean más importantes que otros”[/quote]

¿Es tan grave la situación con los anestésicos?
—Sí, te lo digo con veracidad, ya que nuestros agremiados nos han notificado lo mismo. Es público y comunicacional el problema con los anestésicos. Ninguno de nosotros nos escapamos de accidentes laborales, de tránsito o de ser víctima de la delincuencia. Los anestésicos son vitales en ese sentido.

¿Siguen las fallas con las drogas para las quimioterapias?
—El Gobierno ha tenido su mejor intención. Han hecho todo lo posible por mantener el inventario, pero la mayoría de los pacientes con cáncer utilizan una combinación de medicamentos. Un paciente oncológico requiere hasta dos o tres medicamentos y si no tiene disponible todo el combo, por decirlo coloquialmente, o todo el pool de medicamentos la patología no retrocede o no disminuyen sus efectos. Pueden haber dos y solo faltar uno, pero de repente ese que falta es también muy importante para el paciente.

No hay medicamentos que sean más importantes que otros. El medicamento es importante para el paciente que lo requiera. Te pongo el ejemplo de una joven que tiene actividad sexual y se quiere cuidar o que tiene un desarreglo hormonal y requiere de un tratamiento de anticoncepción oral o inyectado, que están en deficiencia. Para esa joven los anticonceptivos son muy importantes y no disponer de ellos es grave. Los pocos inventarios que han podido llegar no cubren la necesidad del país. Muchas veces nos enfocamos en el Distrito Capital y nos olvidamos del resto del país y la calamidad que pasan nuestros compatriotas en Barinas, Guárico, Nueva Esparta, Lara, etcétera. El Ejecutivo ha sido muy hábil tratando de mantener abastecida el área metropolitana (Miranda, Vargas y el Distrito Capital).

La otra problemática que tenemos es que apenas aparece un medicamento se acaba muy rápido porque si aparece algún medicamento, la gente se abastece con desesperación, y pese a las restricciones, van a comprar todas las cajas de medicinas que puedan porque saben que la próxima vez que vayan a la farmacia quizás no consigan el medicamento que necesitan. En vez de comprar el tratamiento de un mes, compras el tratamiento de seis y ocho meses. Esto implica que se vende una mayor cantidad de unidades de las que estaban previstas.

¿Es el mercado negro una problemática del sector?
—El mercado negro de medicinas aquí en Venezuela es un mercado “de frontera” porque si no hay producción ni abastecimiento, no puede haber ningún mercado. Me decían en otra entrevista que las grandes empresas abandonaban las medicinas en los puertos. Esto es totalmente falso. La industria farmacéutica no puede ni debe, ni está en su espíritu. No se presta para esta actividades, aunque yo no sea quien represente a la industria sino a los farmaceutas del área metropolitana. Porque, como todo, el medicamento también es un negocio, y como negocio también hay que sostenerlo. Hay muchas farmacias independientes, pequeñas, que prestan un servicio a la comunidad. Siempre vemos la arista del paciente, pero no vemos la arista de aquel propietario de un establecimiento farmacéutico que, por no tener la medicina para poder transarla económicamente con sus pacientes, también está teniendo problemas de flujo de caja. Lo que conlleva a que algunos establecimientos estén en condiciones económicas muy difíciles, a punto del cierre.

¿Cómo han tomado los farmacéuticos la reciente aparición de medicamentos falsos?
—Fíjese que no hay contrabando sino medicamentos falsos que vienen de Colombia, donde esta industria de la falsificación se ha consolidado. Y justamente en vista de la deficiencia que hay en el país han podido penetrar nuevamente estas mafias o empresas que se dedican a introducir medicamentos falsos. Por eso, nosotros, los colegios farmacéuticos, hacemos un llamado al Ministerio de Salud para que tenga vigilancia en la frontera y evite este ingreso, evite que los buhoneros vendan medicinas en las calles o en establecimientos como panaderías. ¿Qué sucede? Que el ente rector de la supervisión y vigilancia de los medicamentos es el Ministerio de Salud, en el departamento de Contraloría Sanitaria, pero desde que tenemos a la nueva ministra, Nancy Pérez, un departamento tan importante como ese no tiene un funcionario que lo dirija, según información extraoficial que hemos recibido. Es un área vital para la farmacéutica porque allí se llevan los permisos de importación, exportación, autorización de nuevos establecimientos, credenciales a auxiliares de farmacia, a asistentes de farmacia, etcétera. Sabemos que existe una resolución del Ministerio en la que se faculta a la ministra para firmar electrónicamente todas las autorizaciones que estén bajo su jurisdicción. Imagínate la cantidad de documentos que puede tener la ministra en sus manos, a parte de todos los problemas de los que se debe ocupar relacionados al dengue, chikungunya, fiebre amarilla.

¿Qué opina de la medida que tomó Farmatodo de racionar la venta de ciertos productos?
—Nosotros como gremio no hemos podido reunirnos con Farmatodo, pero ellos se abrogaron una autoridad del Ejecutivo nacional. Ellos están aplicando un racionamiento para evitar que la economía informal y este bachaqueo siga sucediendo. Como presidente del colegio, como farmaceuta y como ciudadano creo que esa medida es una competencia del Gobierno y una de las funciones del Ejecutivo nacional, como es la vigilancia y el control de las fronteras y de lo que pueda vender o no la economía informal.

Sigo pensando que la empresa privada no puede ser el arma ejecutora de medidas que el Gobierno no ha querido implementar. Hacer algo que ni el Gobierno ha hecho. Lo intentaron en el Estado Zulia, el gobernador Arias Cárdenas, y tuvo el presidente Maduro que recordarle que no tenía ninguna autoridad para racionar la venta de alimentos. Si el Ejecutivo, a través de Farmapatria, que es una alianza de la empresa privada con el Estado por medio de la Fundación de Farmacias Sociales, no ha podido controlar las fallas de los medicamentos y no han empezado a racionar las medicinas, ¿por qué tiene que venir la empresa privada a racionar esos productos? Nosotros como gremio no estamos de acuerdo. ¿Por qué limitan la venta si tienes cédula o no o si eres mayor de 12 años o no? Eso vulnera algunos derechos constitucionales.

Si bien los laboratorios privados cierran a finales de año por mantenimiento, ¿qué pasa con los del Estado? ¿Continúan produciendo?
—El Estado no tiene laboratorios, el Estado sólo tiene una empresa que es el Servicio Farmacéutico (Sefar), que queda en Artigas. Su poca producción no cubre las necesidades ni siquiera del ente público, por lo que deben ir a las empresas privadas a hacer distintas licitaciones para adquirir medicamentos que van a distribuir en la red pública y si no acuden a los convenidos con China, Cuba e India. Al inicio de este año, el presidente Maduro habló de que el Los Valles del Tuy se iba a desarrollar un gran laboratorio donde se iba a producir equis cantidad de medicamentos, pero eso aún está en su piedra fundacional.

[quote font=»0″ bcolor=»#dd3333″ arrow=»yes» align=»right»]“El Ejecutivo ha sido muy hábil tratando de mantener abastecida el Área Metropolitana”[/quote]

Han tratado de tomar algunas empresas para ver si ellos desarrollan medicinas, pero tampoco han podido, porque la industria de la elaboración de medicamentos no es como otro tipo de industrias. Requiere otros parámetros, otro tipo de infraestructura, requiere de mucha técnica, mucho control y el Ejecutivo pareciese no entender esa parte.

¿El problema de la escasez es que el Estado no adjudica las divisas?
—El problema no es que el Ejecutivo, a través de Cencoex, adjudique las divisas. El problema es que una adjudicación no quiere decir que una empresa dispone de las divisas. Esa empresa debe esperar a que las liquiden y el problema está en que algunas veces entre el proceso de adjudicación y liquidación de esas divisas transcurre un tiempo muy largo, lo que conlleva a que las importaciones no ocurran oportunamente. Lo que el Ejecutivo ha ido liquidando, que son solicitudes de años anteriores, tengo entendido que son para honrar compromisos de años anteriores. Para poder honrar compromisos nuevos no han obtenido las divisas que requieren.

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Comprar sólo lo necesario

¿Qué recomienda al venezolano de pie al momento de adquirir medicinas?
—Siempre hago un llamado a la población a la sindéresis. Cuando vayamos a adquirir un medicamento, sé que es difícil, pero adquiramos la cantidad necesaria. El gremio farmacéutico quiere colaborar con la gestión gubernamental, porque un éxito en salud en un éxito para todos.

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El otro problema es que en Venezuela, desde el año 2003 hay alrededor de tres mil, cuatro mil productos, que están regulados. Por ejemplo, una caja de aspirina infantil de 20 tabletas cuesta 1,10 Bs. Ese no es el costo ni del empaque. Tenemos un rezago de esa cantidad de productos regulados, la gran mayoría genéricos, cuyos costos están muy por debajo de lo real. Un café hoy en día cuesta cerca de 25 Bs en la barra de cualquier panadería.

Nosotros como gremio siempre hacemos el llamado al Ejecutivo nacional a tener sindéresis en su toma de decisiones, que nos llamen al gremio farmacéutico o al presidente de la Federación Farmacéutica, para prestar nuestro apoyo y colaboración. Estamos en función de la salud pública venezolana. La salud del paciente. Un país enfermo es un país que no puede producir.