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Chavismo con el viento en contra

Patricia Marcano

Los problemas económicos se agudizarán y definirán escenarios para la elección de nuevos representantes en la Asamblea Nacional.


2015 será un año complejo a juicio de varios analistas, marcado por el desabastecimiento, aumento de la inflación, una crisis económica agravada por la caída de los precios del barril de petróleo y la necesidad de aplicar medidas macroeconómicas. Variables que incidirán aún más en lo político y social, donde ya se ha registrado un aumento del descontento de la población y el descenso de la popularidad del presidente Nicolás Maduro. Un contexto desfavorable en el que tocará realizar unas elecciones parlamentarias.
Hasta ahora, no se habían conjugado tantos aspectos frente a un evento electoral de importancia, asegura John Magdaleno, politólogo y presidente de la firma Polity. “Hay un creciente malestar social y un deterioro de las finanzas públicas, combinado con el fallecimiento del presidente Chávez, una imagen muy mala del Gobierno y un precio del barril de petróleo por debajo de 60 dólares. Una situación que tratarán de reducirla apelando a un endeudamiento público, tomando medidas como la lamentable venta de Citgo, eventualmente considerando una privatización, o emisión de nueva deuda e incluso podría pensarse en una devaluación encubierta o escalonada, con un nuevo tipo de cambio en un nuevo mecanismo de para la compra y venta de divisas”.

[quote font=»0″ bcolor=»#dd3333″ align=»left»]“Si el Gobierno decide fijar medidas macroeconómicas en el primer trimestre del año, las elecciones se realizarían a finales de 2015”, asegura John Magdaleno, de la firma Policy.[/quote]

Frente a este panorama, con el que coinciden varios politólogos, se han tejido tres tesis con respecto a las posibles fechas para los comicios, señala Magdaleno. Si el Gobierno decide fijar medidas macroeconómicas en el primer trimestre del año, las elecciones se realizarían a finales de 2015 (diciembre). La segunda establece lo contrario, las elecciones deberían celebrarse cuanto antes, entre abril y agosto, y las medidas económicas serían anunciadas después.
El tercer escenario, dice el politólogo, plantea que en medio de un clima negativo, de malestar social y desempeño económico precario, el Gobierno opte por prorrogar los comicios para 2016, apelando al artículo 338 de la Constitución Nacional, referido a los estados de alarma, de emergencia económica y de conmoción interior o exterior; en este caso, las elecciones serían entre febrero y junio de 2016
“A mi juicio, con esta última el Gobierno asumiría muchos costos ante la opinión pública nacional e internacional, y sería un pretexto para que actores políticos y académicos lo acusen de autoritario, así que no estoy seguro de que quieran correr este riesgo”, expresó Magdaleno.
Con el nivel de crisis actual y el impacto que ha tenido en la popularidad del presidente Maduro, las probabilidades de éxito del chavismo en las elecciones son bajas, “por lo que surge la duda de si el Gobierno está dispuesto a ir a unos comicios en los que puede perder de manera importante, o si está dispuesto a lanzarse por un barranco explicando por qué no hará algo que la Constitución establece”, explica el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León.
Considera que frente a estos sufragios, la gran pregunta no será quién ganará sino si habrá o no elecciones. Además ve poco probable que se planteen otros eventos como una constituyente o un referéndum.

25 PUNTOS MENOS

Tras su primer mes de gestión como presidente, la popularidad de Nicolás Maduro se ubicó en 51% (mayo2013), recuerda Magdaleno. Hoy, esa misma variable registra una caída de 25 puntos porcentuales, informó León. En octubre estaba en 30% y en noviembre bajó a 24,5% según Datanálisis.
“Es evidente que la crisis económica ha impactado de manera negativa y significativa en la conexión popular de Maduro, actualmente se ubica en el peor nivel de evaluación de gestión en todo el periodo de la revolución; el chavismo nunca había estado en ese nivel tan bajo, y no solo se refiere a Maduro sino a la autodefinición chavista, es decir, al partido”, agrega León.
Sobre esto, Magdaleno refiere que en julio del año pasado una encuesta de Datanálisis determinó que cuatro de cada 10 chavistas consideraban que Maduro no representaba fielmente el legado de Chávez; que en octubre de 2012 44% de la población se autodefinía chavista y en sondeos de octubre de 2014 el porcentaje era de 29%, mientras que los que se identificaban con el Psuv en encuestas de diciembre de 2012 sumaban 40% y en octubre del año pasado llegaron a 17%.
Por ello sostiene que el gobierno afronta cinco crisis: de la imagen del gobierno, del liderazgo del presidente Maduro, de la identidad chavista, de identificación partidista por el Psuv, y de gobernabilidad. “Todavía no se ha desarrollado, apenas va a iniciarse pero hay una crisis de gobernabilidad en puertas”, indicó Magdaleno.
El director de Visión 360 Consultores, Nicmer Evans, también señala que la popularidad actual es la más baja del gobierno en 16 años, “más de lo que llegó a estar el presidente Chávez”, pero en su opinión el gobierno no es ingenuo y ya debe saber que “está en 26% según algunas encuestas”, por lo que tendrá que generar estrategias comunicacionales que incidan en la opinión nacional y así aumentar su popularidad. “El tema es que sean asertivas; hasta ahora no lo han sido, aunque han desarrollado varias campañas como ‘Maduro es pueblo”, comentó.
En época electoral, el Gobierno siempre buscó mejorar su imagen. Sin embargo, Magdaleno hace una acotación: “hacer eso era fácil cuando el barril de petróleo estaba en 100 dólares. No será muy fácil cuando el precio esté por 70 y menos en 50”.

[quote font=»0″ bcolor=»#dd3333″ align=»left»]“Surge la duda de si el Gobierno está dispuesto a ir a unos comicios en los que puede perder de manera importante”, se pregunta Luis Vicente León de la firma Datanálisis.[/quote]

Evans no comparte la posibilidad de que el tema económico sea una excusa para no realizar las parlamentarias, porque sería una violación a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y no cree que el Gobierno tenga la voluntad de hacerlo. “Para mí es un escenario descartado que no se realicen elecciones, a menos que los poderes públicos pretendan generar una convulsión social en el país. Creo que nadie está buscando eso”. Tampoco es una opción posible para el profesor Miguel Manrique, coordinador de la especialización en Procesos y sistemas electorales de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UCV, quien asegura que tanto el gobierno como la oposición se están preparando para las votaciones porque “hay mucha conciencia de que el camino es el electoral. Ese será, quizás, el evento más importante de 2015, los electores tienen la posibilidad de redistribuir el poder y si se da una correlación de fuerzas se abrirán los caminos para un cambio. Los venezolanos hemos tenido enormes dificultades en el pasado y la vía siempre ha sido la electoral”.

RECLAMOS EN LA CALLE

Un año de crisis y esperanza, así resume el politólogo Nicmer Evans sus apreciaciones sobre lo que vendrá. Crisis porque la caída del precio del barril de petróleo pareciera proyectarse hasta mediados de 2015, por la permanente devaluación no oficial como consecuencia del dólar paralelo, que es referencia para el marcaje de los precios, y la ausencia de políticas públicas que lo frenen; falta de divisas por el pago de la deuda y adquisición de nueva deuda externa con Rusia y China, enumeró, marcan un año confuso en relación con la política económica “que no termina de delimitar su ruta y camino, y donde la voluntad del gobierno pareciera ser seguir metiéndole la mano a los bolsillos de la gente que vive de su salario, en lugar de meterle la mano a los bolsillos de los que han estafado a la nación en estos años de control de cambios, con una fuga de capitales de más de 200 mil millones de dólares”.
Y de esperanza porque en su opinión la población es cada vez más beligerante, exige mayor democracia, más lucha contra la corrupción, es más vigilante de los recursos públicos y reclama espacios para que se oriente la política de gobierno, generando soluciones alternas y creativas incluso ante el desabastecimiento. “Eso nos da esperanzas porque la gente, indiferentemente de su posición política, se está movilizando para reclamar sus derechos. No veo una crisis social, mucho menos como el Caracazo, no hay circunstancias dadas para eso, pero sí creo que 2015 será un año de mayores reclamos laborales y de muchos mensajes de la población exigiendo cambios en la conducción política, no solo al gobierno sino a la oposición”.

[quote font=»0″ bcolor=»#dd3333″ align=»left»]La popularidad actual es la más baja del gobierno en 16 años, dice Nicmer Evans.[/quote]

El presidente de Datanálisis, por el contrario, plantea una incertidumbre por el riesgo de que en medio de una crisis económica aumente la conflictividad y derive en una convulsión social. Para evitarlo debería darse lo que él denomina “drenajes naturales”, y en este caso serían las elecciones. “Es mucho más difícil que ocurran movimientos explosivos de la sociedad si hay elecciones, esa es una posibilidad de drenaje que además baja la presión de los grupos radicales”, explicó León.

¿NUEVOS ACTORES?

Más de 200 organizaciones están a la espera de ser legalizadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) como partidos políticos, informó Evans, quien además es integrante de Marea Socialista. Si esto ocurre, las elecciones reflejarían “un voto protesta ante el liderazgo de las cúpulas, una masa electoral muy crítica ante los dos sectores de la polarización, y con base en los resultados las cúpulas decidirán si siguen con la misma línea que los está hundiendo o si rectifican”.
Otro escenario electoral está relacionado con las divisiones internas en el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv). Sin embargo, Luis Vicente León recuerda que las diferencias siempre son un problema y un riesgo, pero cuando se acerca una elección o un evento desestabilizador “hay una tendencia natural de unificación del chavismo, se unen para protegerse. Las divisiones no las podemos ver en una dimensión estática sino flexible porque se van adaptando al riesgo. Al final los chavistas pueden no tener todos un aprecio por Maduro, pero sí comparten la idea de que es necesario mantener la revolución”.
Según detalló Magdaleno, las cinco crisis que enfrenta el Gobierno inciden en los conflictos internos del partido. Las decisiones, se tomen o no, desatan debates, disparan desacuerdos y magnifican las divisiones internas, explicó el politólogo. “Por disciplina estratégica y comunicacional no se han manifestado públicamente, pero son tres las líneas de división que usualmente ha habido en el chavismo: militaristas versus civilistas, procubanos versus pronacionalistas, y moderados o pragmáticos versus los radicales o ideológicos”.

[quote font=»0″ bcolor=»#dd3333″ align=»left»]24,5% Tuvo Maduro de popularidad en noviembre de 2014[/quote]

Para Manrique, tanto el Gobierno como la oposición estarían evitando las confrontaciones internas para ir unidos a las parlamentarias y no afectar la voluntad de los electores. Pero además considera importante no perder de vista el contexto internacional y las relaciones de Venezuela con organizaciones como la Alba, Unasur, Mercosur, y con países como Estados Unidos, pues son actores que también entran en la dinámica política y económica del país y en la crisis actual, donde el Gobierno busca escaparse del camino del Fondo Monetario Internacional y mantener un estado asistencialista. “Desde afuera estamos siendo objeto de una alta presión para que se tome el camino apropiado”.