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Orientales

Orientales - Puerto La Cruz

En Anzoátegui le ponen nombres de folcloristas a las calles y avenidas


Por Julián Rivas

Puerto La Cruz  es una de las grandes ciudades de Venezuela. Es cabeza de una conurbación donde están Barcelona, capital del estado, Guanta y Lecherías. Hay que agregar a Píritu y Puerto Píritu. Centro de la inversión petrolera, gasífera y petroquímica, también de los mejoradores del crudo proveniente de la Faja del Orinoco, con activa masa obrera.

Este cruce del oriente del país, desde el Caribe hasta la frontera con Brasil, recibe miles de viajeros. Se notan los turistas brasileños que buscan playas de tierra firme o la isla de Margarita.

La gente de las ciudades orientales son como el negro Villaroel, un gran conversador. Su análisis se nutre de los innumerables diálogos con amigos y conocidos. En Villaroel hay un apego a la tierra, al pueblo, más que un férreo concepto ideológico.

A Villaroel le gusta la política. Con apellido de indiscutible prosapia oriental, popular en todo caso, él viste permanentemente con bermudas y camisas holgadas. Dicharachero, mejor si es al frente del sancocho,  al hablar con él nos presenta como hecho novedoso que ahora lo chulean los mismos chavistas porque fue entusiasta del alcalde de Puerto La Cruz. ¡Carajo chico, yo fui disciplinado con el partido, que el alcalde ahora no responda, no es mi culpa! alega. “Ahora no puedo pasar por la calle Libertad porque me chulean los propios chavistas”, insiste.

En oriental, chulear es burla, mamadera de gallo. El negro Villarroel todavía mantiene esperanzas: “Dicen que en enero el alcalde pelotero va a cambiar el gabinete. Ojalá”.

Nadie creyó que el municipio Sotillo iba a ser una réplica de Chicago, pero ciertamente Puerto  La Cruz tiene un gran potencial y merece planes grandes. Hay deuda social y sobra el sol para atraer turistas. “La oposición es de los propios chavistas”, reitera. “No hay oposición”, dice para advertir que no hay adecos, copeyanos ni nada parecido en la calle. El pueblo como que desconfía de esa gente.

Lo cierto es que Puerto La Cruz-Barcelona, de cara al futuro, debe ir planificando un sistema de transporte masivo, tipo Metro, tranvía o tren rápido, quizás empalmado con Cumaná, de la que la separan menos de 60 kilómetros. Los portocruzanos sufren caos urbano y lo pertinente es hacer la vía alterna hacia Guanta y Cumaná al pie de la montaña, para aliviar el centro urbano. Hay que pensar en el futuro.

Otra cosa es la cantidad de gandolas camino al ferry: pregunta uno, porqué el terminal del ferry no se destina fundamentalmente a pasajeros y la carga pesada se desvía al Estado Sucre, especialmente a Chacopata, desarrollando en este punto un mejor puerto, con seguridad. Sería una ruta marítima a Margarita mucho más corta para el tráfico pesado. Cinco horas a Margarita desde Puerto La Cruz. Menos de la mitad desde Chacopata.

Tenemos la impresión de que es al interior del propio chavismo donde se puede abrir un debate sobre el rumbo de Puerto La Cruz, y también de Anzoátegui, y del Oriente. Planificado con el pueblo, y hay leyes para eso. Importante destacar la impronta que tienen los orientales en la vida nacional. Comprender la historia, el valor y la idiosincrasia de los orientales. Estamos obligados a recordar el rol de los orientales en la época precolombina, con los Caribes y otras tribus indígenas; en la Colonia, en la gesta de la independencia y en la vida republicana. Porque pareciera que muchos no lo tienen claro.

Un paisano de El Tigre, se pregunta: ¿cómo es posible que todavía no se haya terminado la autopista Antonio José de Sucre, al menos hasta Carúpano y Ciudad Bolívar? Tiene razón porque al día de hoy esta es la región más rica de Venezuela, la de mayor potencial y proyección para este siglo 21 que se inicia. Otra amiga de El Tejero, Monagas, zona petrolera, nos pide recordar que a su pueblo le rompieron un tubo del acueducto hace varios años y la comunidad quedó sin agua.

El historiador Ovidio Figueroa señala que no hay un monumento digno para el campo histórico de El Juncal, en las afueras de Barcelona. Posiblemente más conocido sean Los Potocos, una parada de autobuses y arepera. En El Juncal se libraron  dos batallas de la independencia, y particularmente la segunda, con fecha 27 de septiembre de 1816 es equiparable por su impacto a la Batalla de Carabobo de 1821.

Ovidio estudia la presencia de Manuel Piar en la vida de oriente. Piar derrotó en El Juncal a un ejército español mucho mayor. Ovidio reclama igualmente que la Campaña de Oriente de 1813 tenga la misma difusión que la Campaña Admirable. Nadie recuerda en actos oficiales que la Batalla de Carabobo tuvo como Jefe de Estado Mayor a Santiago Mariño, advierte.

Una razón por la que hablamos de estos asuntos es porque amigos orientales insisten en que la película Bolívar, que está postulada al Oscar de Hollywood, no se ciñe a la rigurosidad histórica. Los próceres orientales no quedan bien parados. Acto mezquino, mentecato y por lo demás indecoroso para un país que reivindica la igualdad de las regiones, el federalismo. Todos somos venezolanos y los libertadores pasan de 300 mil, insisten los amigos.

Y no dejan de tener razón, porque muchas sandeces se han escrito sobre Bermúdez, Mariño, Piar, Arismendi, Monagas, Leonardo Infante. Mientras para la vieja historiografía los próceres caraqueños son mejores. Eso es una enfermedad, un virus pandémico que debemos vencer todos los venezolanos. Maltratados por esa historia también son los próceres trujillanos Pedro Chipía, verdadero ayudante de Bolívar en Haití; Manuel Gogiorza y Lechuga, patriota incansable, y la generala Barbarita de la Torre.

Mire, en Anzoátegui le ponen nombres de folcloristas a las calles y avenidas, sin que tengan mucho que ver  con la región. En cambio no recuerdan a Juan Bautista Bideau, nativo de la isla de Santa Lucía, que murió en la Casa Fuerte de Barcelona en 1817, combatiendo al frente del Batallón de Negros de Güiria. Bideau es uno de los grandes del Caribe. Fue capitán corsario en las luchas de la revolución francesa en el Caribe, en la guerra de Brigantes contra Estados Unidos, en la independencia haitiana. Fabricante de barcos que apoyó a Miranda desde 1806, como capitán de navío (o coronel) fundó la Armada venezolana en 1811. Expedicionario desde Chacachacare, y Haití, jefe del estado de Oriente, responsable diplomático de los dos estados que integraron la Segunda República, fue el primero en exigir los derechos del refugiado ante Inglaterra, y libertador de esclavos en 1815.  Todavía hay equivocados que creen que Luis Brión fue el que fundó la Armada. Le salvó la vida a Bolívar en Ocumare de la Costa. Un historiador caraqueño nos asegura que al único Bideau que conoció es la cola Bidú.