, ,

Francisco Ibarra: El país perdió una década

Francisco Ibarra, economista: El gobierno disfrutó de ingresos muy elevados y además pidió prestado para continuar la fiesta.


Enrique Meléndez 

El economista Francisco Ibarra afirma que la verdadera guerra económica arranca desde que fue instituido el Dakazo por el gobierno, ya que a partir de este operativo el Ejecutivo se arrogó la licencia de intervenir los negocios y ordenarle a los propietarios hasta cuánto puede ascender en sus inventarios, y a qué precio debe vender los productos.

Por otra parte, el director del Econométrica, al referirse a las posibilidades de endeudamiento que tiene Venezuela, a propósito de las necesidades que arrastra para cubrir el déficit fiscal, considera que en los mercados financieros internacionales tiene las puertas cerradas.

¿En qué se basa usted para decir que a partir del Dakazo sí se inicia la guerra económica, de la que tanto ha hablado este gobierno?

— El “Dakazo” fue un punto clave, porque previamente el gobierno había tomado empresas, había intervenido, las había confiscado en gran parte, porque no las terminó nunca pagando o las terminó pagando después de mucho tiempo, en procedimientos, incluso, en muchos casos ilegales.

[quote_center]“El desorden monetario en Venezuela tiene su origen en el BCV”[/quote_center]

Pero nunca habíamos tenido el caso donde el gobierno llegaba y, virtualmente, saqueaba una compañía. Le decía en cuánto debía poner su inventario y a cuánto debía vender su producto y la forzaba, además, a ponerlo y a liquidarlo bajo esos precios.

El “Dakazo” marcó un antes y un después, pues las empresas en muchos casos se habían estado refugiando con sus inventarios, protegiendo algo del patrimonio, invirtiendo algo en el capital, pero después del “Dakazo” este tipo de acumulación de capital y de preservación del patrimonio no tiene ningún sentido, porque los inventarios quedaron sujetos a que el gobierno los tomase de la forma y manera, y cuando él quisiera.

La verdadera guerra económica es la que le ha hecho el gobierno al sector privado nacional, una guerra que tiene mucho tiempo, pero que el gran cañonazo de salida fue el “Dakazo”, ya que se trata del momento en el cual el gobierno decidió que podía agarrar tu empresa, así fuera una bodega, y forzarte a vender la mercancía a los precios que a ellos les diera la gana.

Después vino toda una batería de leyes que intensificaron los controles, entre ellas la de los precios justos, que terminaron por poner al sector privado en una situación más vulnerable.

El “Dakazo”, sin duda, marcará un antes y un después. Pero no solo desde el punto de vista político, porque le sirvió al presidente para recuperar su popularidad y ganar las elecciones de gobernadores y alcaldes, sino desde el punto de vista económico, porque fue una llamada brusca al sector privado: “Ahora, ni siquiera mis inventarios están seguros, porque el gobierno puede aparecerse por aquí y obligarme a vender al precio que él quiera”.

¿En qué situación se encuentra nuestro país para acceder a un financiamiento de la banca internacional, en momentos en que pareciera requerirlo, dada la situación del déficit fiscal, muy impactado por la caída del ingreso petrolero?

— En los mercados internacionales están de puertas cerradas frente a Venezuela. Cuando tú ves lo que tendría que pagar nuestro país para emitir deuda allí resulta prohibitivo. Creo que tendría que pagar algo así como por encima de los dos mil puntos bases. Eso indica que, si tú tienes que colocar un bono, el mercado te pediría un rendimiento de más de 20%. Eso hace que estés virtualmente marginado de los mercados de deuda.

Venezuela hoy en día no puede emitir deuda titularizada. Puede acceder a otros mercados de deuda, como por ejemplo, los créditos bilaterales que ha manejado con China y algún otro crédito bilateral. Pero en lo que son los mercados, que son los mercados donde si tú tienes un tema de liquidez o unos créditos en los que debes tener flexibilidad, entonces tú vas y emites deuda, obteniendo dinero fresco con el que vas operar, esos créditos están de facto cerrados para el país.

¿A cuánto asciende para el día de hoy nuestra deuda pública, y en cuanto se ha incrementado desde el 2007, de acuerdo a los números que usted maneja?

— Los números que yo manejo sobre deuda pública están calculados en divisas, pues con denominación en bolívares nadie habla mucho, ya que se trata de una deuda que el gobierno puede licuar, partiendo del hecho de que el gobierno tiene el control total del BCV, y eso es lo que ha venido haciendo. El problema es la deuda en divisas, ya que está denominada en una moneda fuerte que tú no imprimes ni controlas, y que tienes que producir divisas para pagar.

[quote_box_right]“El BCV sigue empeñado en otorgar dólares a 6,30, cuyo financiamiento se convierte en una carga para Pdvsa”, asegura Ibarra, director de Econométrica[/quote_box_right]

Entonces a las cifras que yo hago referencia, que suman más de 155 mil millones de dólares, constituyen la deuda en divisas del sector público, la deuda que está contabilizada y a la cual hace referencia el BCV como deuda externa, más la deuda en divisas que está en manos de residentes. Porque no toda la deuda en divisas es deuda externa, pues hay deuda en divisas contra residentes.

Eso quiere decir que hay muchos residentes en Venezuela que tienen bonos en divisas. Eso no se considera deuda externa, como sí deuda interna, aun cuando esté denominada en divisas… y puedes tener lo contrario, que yo dudo mucho que exista hoy en día, pero puedes tener no nacionales que tienen deuda en bolívares del gobierno venezolano, y eso sí se consideraría deuda externa, aun cuando fuese en bolívares.

La cifra a la cual yo hago referencia es la deuda en divisas, que está referida al BCV, y donde están incluidos los pagos a residentes en moneda dura. Eso es alrededor de 155 mil millones de dólares, y cuando lo comparamos con lo que teníamos en el 2007, hay un incremento alrededor de unos cien mil millones de dólares, y en momentos, que es lo más doloroso, en que tuvimos un auge petrolero monstruoso, que arrancó en el 2007, hasta finales de 2014.

Vamos a decirlo así: no sólo disfrutaste de unos ingresos muy elevados, sino que además pediste prestado, para continuar la fiesta. Ahora, lo que yo he dicho es que no es la primera vez que el país pasa por esto. A finales de la década de 1970 sucedió algo parecido: altos precios petroleros y elevado endeudamiento, y al final lo que tuvimos fue una década perdida, como fue la década de 1980, y no sólo de Venezuela, sino de toda la América Latina, e instantes en los que se detuvo el crecimiento, se revirtieron las ganancias en términos sociales, etcétera.

[quote_center]“Los mercados internacionales están de puertas cerradas frente a Venezuela”[/quote_center]

Lamentablemente, el país parece no haber aprendido y volvimos a estar en una década similar.

¿Acaso ahí no entrarían también los recursos que el BCV le ha venido transfiriendo a Pdvsa, y que de alguna manera son ingresos igualmente que se reciclan en nuestro circulante monetario?

— La verdad es que esos no se pueden considerar ingresos, sino que provienen de una impresión monetaria que tienen por finalidad llenar el hueco fiscal, pero tú no los puedes considerar ingresos como tal. Ahora, el gobierno puede imprimir todo el dinero que quiera; el hecho es que esta economía no se mueve como bolívares, sino con dólares.

¿Está indexada en dólares?

— No es que esté indexada en dólares, sino que se mueve en dólares. Si tú a Venezuela de la noche a la mañana le cortas el flujo de dólares, la trancas completamente, ya que estamos frente a una economía volcada hacia fuera, tanto desde el punto de vista de su sector exportador, por una parte, como tienes que hacer una cantidad de compras externas, por otra parte.

Los venezolanos compramos muchísimas cosas afuera; desde insumos para fabricar sillas, hasta productos como computadoras, carros, comida. Mucho de lo que los venezolanos consumimos, lo importamos, tanto productos terminados como intermedios para fabricar manufacturas aquí. Lo que demuestra que la economía venezolana requiere dólares para operar.

Esa es la causa por la cual ustedes los economistas consideran que se ha desbordado la liquidez monetaria. ¿Es así?

— El desorden monetario en el país tiene su origen en el BCV, sin duda alguna.

[quote_center]“Venezuela hoy en día no puede emitir deuda titularizada”[/quote_center]

Al establecer la comparación que usted hace de determinado valor de un producto frente a aquel que rige en Colombia. ¿A cuánto asciende el margen de diferencia?

— El ejercicio que nosotros hicimos consistió en comparar dos canastas de bienes, que desciframos como similares. Obviamente en algunos casos tú puedes conseguir el mismo producto, ya que lo produce una transnacional, que lo puede vender a ambos lados de la frontera con la misma presentación y en otros casos tienes que buscar al que más se le parezca, y tratamos de construir una canasta, y tratamos de ver lo que cuesta una canasta Colombia y cuánto es lo que cuesta en Venezuela. Yo te puedo decir que el tipo de cambio de toda la canasta, esto es, al comprar una canasta aquí y una canasta en Colombia es de 44,7 bolívares por dólar.

Ese es el tipo de cambio que iguala a las dos canastas. Claro, tienes que recordar que en esas canastas hay unos rublos que en Venezuela son controlados: carne, leche, azúcar, detergentes, café, etcétera. Esa canasta controlada, cuando tú haces los cálculos, te da que está a un tipo de cambio de 23 bolívares por dólar, y como tú llevas la canasta del no controlado te da un tipo de cambio de 68 bolívares por dólar.

[quote_center]“La verdadera guerra económica es la que le ha hecho el gobierno al sector privado nacional”[/quote_center]

La cifra que nosotros manejamos, en lo que se refiere a la inflación oculta, es lo que no se observaría a través de los mecanismos de los controles de precios, o sea, cuánto deberían incrementarse todos esos rubros para que la canasta controlada pueda llegar a un precio similar a la canasta no controlada, que es 68 bolívares por dólar. Cuando yo agarro esos rubros, y los reescalo a 68 bolívares por dólar, y veo cuánto es el precio en Colombia, a mí me da una variación que tendrían que sufrir esos bolívares. Esa variación es la que yo le imputo a la inflación, y así es como yo calculo la inflación oculta, y que a mí me da en 33,8.

Aun cuando el BCV no ha dado a conocer las cifras de la inflación en lo que va de año, nosotros estimamos que estamos por encima del 100 por ciento, y la situación tiende a agravarse en vista de que los desequilibrios siguen estando allí: el BCV sigue empeñado en otorgar dólares a 6,30, cuyo financiamiento se convierte en una carga para Pdvsa, y con la cual tiene que arrastrar al BCV, que entonces tiene que imprimir bolívares para que sigan inundando al sistema de liquidez monetaria, y esos bolívares tienden a presionar sobre los precios, debido a que tú estás haciendo crecer la liquidez.