El ciudadano común desconfía de la actuación de las autoridades y se niega a formalizar el proceso. Funcionarios recuerdan que sin denuncia no hay delito y que la responsabilidad es compartida
Gabriela Rojas
A Luis Eduardo Romero lo han robado dos veces en el transporte público. La primera vez perdió todos sus documentos de identidad, su teléfono móvil, un reloj y dinero en efectivo. En la segunda ocasión lo volvieron a dejar sin celular. “La primera vez los tipos estaban armados y me apuntaron por eso les entregué todo sin verlos mucho. Como al mes otra vez me tocó la lotería, se montaron a robar dos chamos, no sé si tenían pistolas ni quería averiguarlo. Robaron a tres personas más en el carrito y se bajaron caminando como si nada”.
Romero nunca ha ido a presentar una denuncia en los cuerpos policiales. “Y ojalá no tenga que hacerlo porque ya es suficiente pasar el susto y el mal rato de que te roben para que también pierdas medio día en la policía poniendo una denuncia que no va para ningún lado. Esos chamos roban casi todos los días en los alrededores de la Plaza Miranda, los autobuseros están cansados de denunciar, la gente lo dice a cada rato ¿y qué ha pasado? Nada, siguen robando cómodos”.
La falta de denuncia de quienes han sido víctimas de un delito tan común como el robo o el hurto, más las fallas en los procedimientos que deben cumplir los cuerpos policiales, inciden en la dificultad de tener una estadística sobre los delitos que ocurren a diario y potencia el incremento de la impunidad. En eso coinciden policías municipales e investigadores del Cicpc.
“La gente tiene que acostumbrarse a poner la denuncia porque la responsabilidad es de lado y lado. Si el mismo afectado prefiere dejarlo así, nosotros no podemos obligarlo”, explicó un funcionario de Polisucre.
Sin unidad en los procedimientos
A finales de enero, Verónica Ríos y una amiga salieron de un local nocturno ubicado en el municipio Chacao, a la altura de la Plaza El Indio, en la avenida Francisco de Miranda, dos delincuentes forcejearon con ellas para quitarles las carteras. Les robaron sus documentos de identidad, tarjetas bancarias, dinero en efectivo y los celulares.
“Corrimos hacia la bomba de gasolina que queda a unos metros y un señor nos prestó su teléfono para llamar a Polichacao. A los 5 minutos llegó una patrulla con dos funcionarios, le contamos lo que pasó y nos preguntaron hacia qué dirección corrieron los malandros. Y se fueron. Ni siquiera nos pidieron los datos, ni ofrecieron ayuda para llevarnos a un lugar seguro o por lo menos hasta la estación de policía. Solo siguieron de largo, supuestamente a perseguir a los tipos, pero es obvio que no tienen o no cumplieron con un procedimiento mínimo de atención porque dejaron a dos mujeres solas, de noche, en medio de la calle y sin un bolívar para llegar a sus casas”.
Ni Ríos ni su amiga fueron a presentar la denuncia ante algún organismo policial. “¿Para qué? Ya el daño estaba hecho. Si agarraban a los tipos ¿cómo nos iban a contactar si ni siquiera anotaron nuestros nombres en un papel?”.
[quote_box_left]En promedio, cada subdelegación recibe diariamente entre 25 y 30 denuncias[/quote_box_left]Tanto las policías municipales como la Policía Nacional Bolivariana hacen énfasis en su carácter preventivo y destacan que son instituciones colaborativas pero el organismo al que le corresponde recibir las denuncias para sistematizarlas e iniciar una averiguación es el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc).
En el Área Metropolitana de Caracas hay nueve subdelegaciones del Cicpc a las que pueden acudir los ciudadanos según la proximidad de donde ocurra el delito: Chacao, Simón Rodríguez, Caricuao, El Llanito, Oeste (Propatria), Santa Mónica, El Valle, El Paraíso y La Vega; además se puede ir a las divisiones que atienden delitos específicos como robo de vehículos, homicidios, secuestros, delitos informáticos, etc.
[quote_center]»Si no hay denuncia no hay víctima y por lo tanto no hay delito»[/quote_center]
En promedio, cada subdelegación recibe diariamente entre 25 y 30 denuncias. “La de Chacao es una de las que más recibe pero la mayoría es por robo de celulares, carteras y pertenencias. Si te vas a la de Propatria, El Llanito o El Valle puede ser la misma cantidad de denuncias pero de otros delitos: robo con lesiones, agresión, homicidio, robo de vehículos”, explica un funcionario del Cicpc que prefirió no identificarse.
El tiempo estimado para hacer una denuncia varía según el delito. Si en el hecho no hubo lesionados o se trata de un hurto, arrebatón o robo, la persona puede demorar entre 20 y 30 minutos para suministrar sus datos, narrar lo ocurrido y dar los detalles de lo robado. Pero los funcionarios aclaran que no pueden atender de inmediato a todas las personas que lleguen. “Si tienen 5 o 6 personas antes, deben esperar, y si llegan por algo más grave tardamos más. Entonces las personas se impacientan, se ponen agresivas e irrespetan, y por supuesto el ánimo del funcionario cambia”.
En teoría, el procedimiento a seguir por el Cicpc es que luego de la denuncia una comisión vaya al sitio del suceso para recopilar mayores datos, haga una inspección ocular o solicite material de video que haya sido grabado por alguna cámara de seguridad e interrogue a posibles testigos del hecho. “Pero nadie se quiere meter en líos ajenos y eso muere ahí”, afirma uno de los efectivos.
[quote_box_right]Sólo 3 de 10 personas consultadas, que perdieron documentos de identidad durante un robo, aseguraron que presentaron la denuncia ante el Cicpc[/quote_box_right]El Manual para denunciar la corrupción policial, elaborado por la ONG Transparencia Venezuela, enfatiza en la importancia y necesidad de denunciar. “La denuncia hace visible el abuso y promueve el cambio; permite el registro y la evidencia pública y por tanto, las actuaciones corruptas no pasan desapercibidas”, dice, y añaden que no toda la responsabilidad recae siempre sobre el funcionario porque las personas están en la obligación de fomentar el cumplimiento de la ley.
Un comisario del Cicpc señaló que las personas desestiman la importancia de la denuncia sin entender la gravedad de las consecuencias. “Si un ciudadano no declara ni deja constancia de que le robaron sus documentos o su celular y luego estos elementos aparecen involucrados en un homicidio o un secuestro ¿cómo demuestra que no tuvo nada que ver?”.
Sólo 3 de 10 personas consultadas, que perdieron documentos de identidad durante un robo, aseguraron que presentaron la denuncia ante el Cicpc para sacar nuevamente sus papeles. El resto argumentó que los habían extraviado para agilizar el trámite.
El comisario indica que la sociedad venezolana carece de una cultura de denuncia y considera que debemos entender que se trata de un derecho pero también de un deber. “Es muy fácil señalar al funcionario y acusarlo de que le pagaron para soltar a un malandro pero usemos la lógica: si no hay denuncia no hay víctima y por lo tanto no hay delito ¿qué debe hacer el policía? Soltar al delincuente. Así la gente termina siendo cómplice de la situación porque, sin querer, ayuda a que vuelva a la calle sin antecedentes”.
Si quieres contactar al autor de esta historia escribe a: gabriela@larazon.net