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Basta de seguir asumiendo a la ligera aspectos tan frágiles para el futuro del país
La disputa de Venezuela con Guyana es un asunto serio. Nada de improvisaciones, ni de seguir acumulando errores que tanto daño han hecho a los intereses venezolanos. El país demanda que el tema sea tratado como amerita, porque no es poco lo que está en juego. Nicolás Maduro le hace un flaco favor a la causa nacional al tratar el tema como si fuera algo más en su agenda. Eso de vociferar que va a comparecer ante la Asamblea Nacional para anunciar la postura oficial de Venezuela ante tan delicada situación, para luego cambiar la fecha de la presentación, una y otra vez, denota poca seriedad y es una falta de respeto para con el país. La centenaria disputa por el Esequibo requiere del Presidente solemnidad absoluta. Ya basta de seguir asumiendo a la ligera aspectos tan frágiles para el futuro del país. Bienvenida es la convocatoria para que todos los venezolanos discutan el tema, pero es menester del Estado dar información histórica oportuna, sin estar escondiendo hechos a conveniencia. El Gobierno que preside Maduro debe ayudar a entender la dimensión total de la disputa con Guyana, en dónde estamos parados y qué se debe hacer para enrumbarnos hacia una resolución satisfactoria. Usar el tema con matices electoreros es defraudar a la patria, porque esas malsanas motivaciones pueden llevar a Venezuela a situaciones irreversibles. Esperemos que el Presidente finalmente hable el martes, y que hable bien.
