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AP y AFP: cuenteros, sembradores de mentiras y desesperanza

Desesperanza

La información internacional pretende presentar a los venezolanos como un tropel de gente a las puertas de los comercios, como si estuvieran sedientos, desnutridos, aislados del mundo


Julián Rivas

La “información” es un producto, y por tanto un negocio. Por lo demás, pervertido por los grandes las corporaciones “comunicacionales” del mundo norte. Y particularmente por Washington, el fiel de la balanza de los más conspicuos intereses del capital monopolista. En fin, el contrabando ideológico se ha globalizado.

Por estos días el objetivo es Venezuela, y le dan importancia a las próximas elecciones parlamentarias, en diciembre. Cualquier hecho que pase en Venezuela, policial, hasta un chisme en un supermercado, algo absurdo, recorre el mundo.

Es una campaña orquestada. Cualquier malnacido en Venezuela habla mal de nuestro país y tiene acceso a los fondos de cualquier organización de financiamiento de ONGs, más prensa asegurada.

En efecto, la información internacional pretende presentar a los venezolanos como un tropel de gente a las puertas de los comercios, como si estuvieran sedientos, desnutridos, aislados del mundo. Rapidito vuela el chisme. Se niega la guerra económica. Predomina el prejuicio social y el miedo social. La “situación en Venezuela”, “fracaso rojo”, la, la, la.

Ver a María Machado en estos reportajes, rodeada de pobres, con gente de caras quemaditas, es ridículo. Pero fotos de ese tipo recorren el mundo. Las leyendas hablan de “líder opositora”, como si se tratara de la disidente birmana Aung San Suu Kyi. Machado es firmante del “Carmonazo”, pero para esa prensa es “demócrata”. Sus intereses son externos y burgueses, los de Washington. Por fortuna, esa señora pierde elecciones hasta con la MUD, no la quieren ni los mismos opositores. Eso es plata perdida. Un buen tema para estudiar en una escuela de periodismo.

Los opositores perrorabiosos son instrumento en el tablero estratégico global de los gringos. Vean a Rocío San Miguel,. ¿Qué pájara o cuaima puso ese huevo? Deletéreo también Chúo Torrealba, jefe de la MUD, con una ONG recibió recursos de la USAID. Pero Torrealba en cierto aspecto se parece al feudal Dalai Lama, quien es financiado por la CIA. Estos pájaros bravos dicen que son demócratas y van a acabar con el castro comunismo. Por tanto, tienen respaldo en Washington.

Recuerdo a Keyes Beech, premio Pulitzer en 1951 por sus mentiras sobre la guerra de Corea. Corresponsal de la guerra de Vietnam. En el libro “Asia Muerte y Resurrección”, Beech descalificó a China Roja (¡en crisis!, exclamaba), a la Indonesia de Sukarno (fue parte del coro golpista que llevó a la atroz dictadura de Suharto). Beech asustaba con la “amenaza comunista”. Con el tiempo se demostró que Beech era un agente de la CIA. Lo mismo pasará con muchos pájaros de estas agencias de noticias anti venezolanas. Demos tiempo al tiempo. Ya verán.

Para salir corriendo

Es curioso como se hilvanan eventos contra Venezuela en particular, y luego se difunden por el mundo. Hace poco, en la librería de un aeropuerto del Medio Oriente, vimos un libro de Moisés Naim, un pajarraco al servicio de Washington que fue ministro de Carlos Andrés Pérez. Busqué el índice de lugares, Venezuela. Plomo grueso contra nuestro país. Metí la mano en otro libro, de esos que pretenden poner orden en el mundo. Por supuesto, el orden Occidental capitalista salvaje. Para el autor Venezuela es el caos y las prospecciones son malas.

Estos ridículos son los que escriben sobre Venezuela tras consultar los reportes de Cedice (parapeto neoliberal que fue juguete de Emeterio Gómez). También aportan Carlos Blanco, Naim, Maruja Tarre, Aníbal Romero. Cuidado, este Romero es pavoso.

Ahora promueven la emigración: Los sembradores de desesperanza han promovido la fuga de talentos. Este asunto es fruto de una larga campaña, en base a mentiras y la venta de ilusiones. Venezuela sería un caos y el país de destino sería un paraíso. Pero vemos que Europa es la incertidumbre; en Estados Unidos matan a los negros y no quieren a los latinos. El destino puede ser el desierto más remoto de Australia o coger una pulmonía al norte de Canadá.

Es curioso: los jóvenes formados en universidades venezolanas son el “target”. Y lo que cuesta formar un universitario. Qué manguangua. Al contrario de países africanos o asiáticos que exportan mano de obra barata, un negocio concertado que trae beneficios a los gobiernos, porque reduce presiones sociales; a los bancos, que llevan las remesas; y a las aerolíneas de bajo coste, que hacen la movilización.

Reconforta lo que dijo un joven en Medio Oriente, en una de esas ciudades donde hay automóviles ultracaros, que corren raudos en amplias autopistas. Una ciudad con grandes malls, con tiendas de nombre y productos bañados en oro, y con castillos que son residencias: “Si Venezuela abre sus fronteras, este país casi quedaría vacío”. Venezuela es un gran país, muy respetado. A pesar de los opositores perrorabiosos.

Venezuela vencerá siempre

La ultraderecha, gringa o europea, pretende liquidar la revolución bolivariana. Rajoy y sus “populares” también quieren un pedacito del despojo. Pretenden el saqueo del Estado y los recursos energéticos. Como si Venezuela fuera la Albania post Enver Hoxha que se difunde en esos raros relatos de Ismail Kadare.

Nuestro país ha demostrado a lo largo de 500 años una firme voluntad de existencia. Los jóvenes deben estudiar nuestra historia, como si fuera una medicina. Tras cinco siglos de acoso anglosajón -holandés, cada día somos más fuertes. Los viejos piratas no pudieron reducir a nuestro pueblo. Los supremacistas gringos y su periferia europea de ahora tampoco podrán.

Muy importante reproducir la obra de Bartolomé Tavera Acosta, especialmente la “Historia de Carúpano”, o ese grueso libro, importantísimo, “Anales de Guayana”. También podemos difundir las “Páginas de Historia y de Polémica”, de Caracciolo Parra Pérez, especialmente “Proyecto Ingles contra Tierra Firma”, que expone las pretensiones de Lord Wellington de invadir a Venezuela. Los británicos sacaron cuentas y los números no les dieron. Se echaron para atrás.

Sin duda que la historia de la geopolítica nos sirve de apunte en la actual coyuntura, en la que los centros de poder anglosajones, históricos enemigos de los pueblos del sur, impulsan una nueva oleada de agresiones. Venezuela y otros países hermanos de América Latina sostienen la propuesta de países realmente independientes en el sur del hemisferio. Estos son los pueblos atacados por Washington. Aquellos países con oligarquías gobernantes, sometidos al modelo geopolítico gringo, que les prestan bases militares, pueden cometer las mayores masacres del mundo, abrir todas las fosas para ocultar sus crímenes, y son celebrados y protegidos.

Así que, como diría el cucuteño, no seamos tan toches, oiga, que estos son puros cuentos. ¡Ayjueputas!