La real tragedia de Colombia: su extraña república-monárquica
Julián Rivas
Ante las medidas adoptadas por Venezuela en la frontera tachirense, como el cierre temporal para proteger a la población venezolana contra las mafias y el crimen paraco-uribista, la oposición perrorabiosa ahora apoya con melindres a la oligarquía colombiana. A la Colombia de las elites, porque esa oligarquía es dueña de Colombia. Increíble.
Buena parte de los malnacidos en Venezuela son cómplices del uribismo, por ignorantes o por intereses de clase, o por órdenes de Washington. Hay ridículos que hasta dicen que Venezuela es dictadura y Colombia es democracia. Miren lo que dice Chúo Torrealba, Henrique Capriles Radonski, Walter Márquez, Thaelman Urgelles y Nitu Pérez.
Como uno no tiene la culpa de la ignorancia de los demás, lo menos que puede hacer es matarle el piojo en la cabeza a estos opositores de todo lo que esté en favor de Venezuela. La cabeza pelaa del Chúo Torrealba, calva al extremo que parece una tortuga ninja, como que sirve solo para agarrar sol. Nunca inteligencia. El Chúo de la MUD hace remilgos, se queja del cierre de la línea fronteriza. Clama “por esa gente de la frontera”. Melodrama que no le va a deparar votos. Triste.
La frontera entre Colombia y Venezuela comenzó a ser motivo de discordia a propósito del tratado Pombo-Michelena, luego de la separación de Colombia en tres pedazos en 1830 (Venezuela, Ecuador y por un rato mas, Colombia. Hay que repetir, nunca existió la Gran Colombia, eso es propaganda). El acuerdo Pombo-Michelena, de 1833, fallido acuerdo de límites entre ambos países, desconocía que Venezuela tenía jurisdicción hasta el cabo de la Vela y por eso no fue ratificado por el congreso venezolano. Es curioso, Santos Michelena sostenía que Venezuela tenía mucho terreno.
Lino de Pombo era hijo de un servidor realista que se hizo independentista, Manuel de Pombo, y de una dama que de apellidos O’Donnell-Anethan, la crema de las cremas irlandesas, austrohúngaras. (Beatriz O’Donnell Anetham, hermana del conde de La Bisbal, Enrique O’Donnell, y la tía del Duque de Tetuán, I Conde de Lucena y Vizconde de Aliaga, Leopoldo O’Donnell y Jorris, todos descendientes de la dinastía O’Donnell). Una pelusa. Con este sujeto se abre esta terrofagia colombiana, que tanto ha afectado a Venezuela. La situación es tan seria que una de las hijas de Lino de Pombo, Felisa Pombo, es tatarabuela de Ernesto Samper. Cuidao.
Este grupo ya viene coaligado con Francisco José Caldas y Antonio Nariño. Pero, curiosamente uno de los nietos de Lino de Pombo fue Julio Arboleda Pombo, casado con una Mosquera, pariente de Tomás Cipriano Ignacio María de Mosquera-Figueroa y Arboleda-Salazar, de quien se declaró enemigo a muerte. Es que un lado de la oligarquía se hizo liberal (caso de Mosquera) y la otra conservadora (Arboleda), así todo quedaba entre familias, y las mayorías a vivir en el abandono o en la guerra. Este Julio, era hermano de Sergio Arboleda. Toda una familia de esclavistas que, a pesar de lo perversos, tienen estampados sus nombres en universidades y centros académicos de Colombia.
Colombia hoy es una extraña republica que parece monarquía. A esa élite nunca le han dolido los pobres. Y los derechos de los pueblos oprimidos tampoco, vean que Colombia es el único país de Suramérica que no ha reconocido a Palestina. Apoya los crímenes de Israel. Puras lágrimas de cocodrilos las que vierten estos elitescos sobre el Río Táchira. No puede ser de otra manera: Vienen de terratenientes, banqueros o casas mercantiles aliadas a factores externos.
Aguante, que todavía no ha llegado Billo. Julio Arboleda hasta se levantó en armas contra el presidente José Hilario López porque este en 1851 liberó a los esclavos. El caso es que Cecilia Arboleda Mosquera, hija de don Julio Arboleda Pombo y Sofía Mosquera Hurtado, se unió en matrimonio con el joven Carlos Holguín Mallarino, hermano de Jorge Holguín Mallarino, quienes llegaron a ser presidentes de Colombia y dejaron una hilera de diablitos diplomáticos que han servido a todos los gobiernos, incluyendo el del malandro Uribe Vélez. De allí viene la actual canciller de Colombia, María Ángela Holguín, quien suele olvidar su largo tiempo al servicio de Uribe Vélez.
Esta oligarquía tiene pretensiones contra Venezuela. No de ahorita, de antes. Esto no lo dice Walter Márquez, aunque él es historiador. ¿Por qué Walter Márquez no denuncia los crimines de Uribe ante la Corte penal Internacional, la ONU y la OEA? ¿Ah? Pobre del tachirense que le dé un voto.
Vea una nota de Sergio Esteban Vélez, publicada en “El Mundo”, el 11 de agosto de 2010, a propósito del nombramiento de Ángela Holguín como canciller. La repetimos. Breve, porque el asunto es largo y tendido:
“María Ángela Holguín Cuellar. De alta cuna
Por el lado paterno:
-Su bisabuelo el general Jorge Holguín Mallarino, dos veces presidente de la República, era hermano de Carlos Holguín Mallarino y sobrino de Manuel María Mallarino, ambos presidentes de la República. También era concuñado del presidente Miguel Antonio Caro.
– Su bisabuela doña Cecilia Arboleda Mosquera (esposa del general Holguín) era hija del escritor y político Julio Arboleda Pombo, presidente de la República, quien a su vez era sobrino político del cuatro veces presidente Tomás Cipriano de Mosquera, a su vez suegro del presidente Pedro Alcántara Herrán y hermano del presidente Joaquín Mosquera, de quien también era sobrina política doña Cecilia, pues Mosquera era cuñado y primo hermano de su abuelo materno, José Rafael Mosquera, el primer constitucionalista colombiano.
– Su tío abuelo Daniel Holguín Arboleda era yerno del presidente Rafael Reyes y sobrino político del también presidente Euclides de Angulo.
– La prima hermana de su abuelo Clemencia Holguín y Caro era la esposa del presidente Roberto Urdaneta Arbeláez.
– Su padre, Julio Holguín Umaña, primo hermano de los padres de los ex ministros Ángela Montoya Holguín y Miguel Urrutia Montoya y de los del ex alcalde de Bogotá Diego Pardo Koppel y de la presidente del Polo Democrático, Clara López Obregón.
– La Canciller es prima hermana del director de “El Tiempo”, Roberto Pombo Holguín, y de la hermana de este, María Elvira, actual embajadora en Brasil.
Por el lado materno, este es el panorama:
– Su bisabuelo materno Aristides Calderón Reyes fue presidente del Estado Soberano de Boyacá. La esposa de este, Ana Rosa Tejada Mariño, era prima hermana del famoso dramaturgo y político Luis Vargas Tejada.
– Su abuela materna, Lucila Calderón Tejada, era prima hermana de Clímaco Calderón, presidente de la República en 1882.
– Su tío Luis Cuéllar Calderón se casó con María Mercedes, hermana de Alfonso López Michelsen e hija de Alfonso López Pumarejo. De esta unión nació su prima hermana la ex ministra María Mercedes Cuéllar.
– Su madre, doña Lucila Cuéllar Calderón, prima hermana del escritor Eduardo Caballero Calderón, padre del columnista Antonio Caballero y del pintor Luis Caballero Holguín.
– Y, lo que muy pocos saben es que la nueva canciller es prima del Presidente de la República, ya que su madre, doña Lucila, es prima hermana de Jorge Calderón Umaña, el abuelo materno del presidente Juan Manuel y del ex vicepresidente Francisco Santos Calderón.
Con semejantes antecedentes genealógicos, no es extraño que la doctora Holguín lleve en la sangre el talento diplomático que todos los comentaristas le reconocen. Ojalá haya aprendido, por ejemplo, de los errores de su tío bisabuelo Carlos Holguín, quien, primero como embajador y luego como canciller y presidente, fue el encargado, en el decenio de 1880, del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Colombia y España, inexistentes desde la Independencia. En sus años en el gobierno, Holguín consideró que, para el buen desarrollo de las relaciones con la Madre Patria, resultaba conveniente enviarles a los ibéricos el oro que no alcanzaron a llevarse, y así le obsequió a la reina regente doña María Cristina de Habsburgo el invaluable e inmenso Tesoro Quimbaya.
Esperemos que ahora, como Canciller, la doctora Holguín haga uso de su savoir faire para lograr que den fruto las gestiones que en Colombia se están adelantando para la recuperación de tales joyas”. Fin de cita.
Nota para aclarar: el tesoro de los Quimbayas, más de un centenar de piezas de oro, fue entregado a España en agradecimiento a la reina María Cristina por fallar a favor de Bogotá en la disputa de límites con Venezuela. El llamado Laudo Español de 1891. Todo un robo. Triste.
Otra cosa, Colombia hoy las tiene verdes por una devaluación inevitable, las petroleras no ven atractivo lo que ofrece y de paso, ahora se les pone duro el contrabando. Vayan viendo qué hacen.
De estos asuntos no hablan las agencias BBC, CNN, AP o AFP. Yo no sé por qué será, dice el vallenato. Ja.