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La dictadura enmascarada (I)

Dictadura

El régimen dictatorial reniega de su índole peculiar, de su nombre originario, de su fe de bautismo


Gustavo Luis Carrera  

La sola mención de la palabra vergonzante: dictadura, produce escozor ciudadano y alergia en la piel democrática.

FORMAS Y NOMBRES DE LA DICTADURA. Son varios los nombres que la sinonimia establece para el vocablo DICTADURA:

Autocracia

Tiranía

Despotismo

Absolutismo

Satrapía

Los diccionarios son abiertamente calificadores del fenómeno: “Dictadura: régimen político caracterizado por el ejercicio sin control de un poder absoluto, ya sea personal o de grupo”. Y es que los sinónimos se bastan para explicitar el origen, la naturaleza y los excesos sangrientos de la dictadura. Es una autocracia, porque es el dominio de una persona, o personaje, sobre una colectividad. Es una tiranía, porque la voluntad todopoderosa del dictador no sólo no se discute, sino que es de obligado cumplimiento. Es un despotismo, porque su mando político no reconoce ni otros poderes ni ninguna interferencia dispar o rebelde. Es un absolutismo, porque la palabra del dueño del poder es la norma absoluta, a la cual Parlamento y magistrados se someten. Y corre el riesgo de devenir en satrapía cuando, en preservación del ansiado poder, recurre a la persecución, al exilio y al asesinato de sus opositores.

LA DICTADURA SE DISFRAZA. Pero, ocurre que, indefectiblemente, la dictadura toma la máscara de la república y trata, con su careta mal habida, de engañar a los ingenuos de adentro y a los desconocedores de afuera. El hecho cierto es que no hay dictadura que se reconozca como tal. Renuncian a su filiación autocrática y se pretenden hijas de la voluntad popular. Si hacen elecciones, son amañadas: o participa en ellas un solo partido, o grupos de comparsa, o sencillamente no pierden ni el tiempo ni el dinero organizando elecciones. Se eternizan en el poder y pretenden seguir llamándose repúblicas. ¿O es que acaso Corea del Norte, Cuba, Siria, Bielorrusia, Vietnam, China, Zimbawe, aceptan que son dictaduras? ¿No se auto denominan repúblicas?

LA DICTADURA NO ACEPTA SU NOMBRE DE BAUTISMO. En efecto, el régimen dictatorial reniega de su índole peculiar, de su nombre originario, de su fe de bautismo. ¿Es un resto de vergüenza y pudor? No. Es una infame astucia enmascarada.

VÁLVULA: “Las dictaduras pretende jugar al carnaval permanentemente. Su disfraz es burdo y hasta idiota; aunque a algunos tontos ha de engañar. Su máscara es como la piel de oveja que usurpa el lobo, en el cuento tradicional. A la postres, su ilegitimidad termina por llevarla a ocultarse persiguiendo y aniquilando a todo opositor que pretenda abrirles los ojos a sus conciudadanos. Y esto ocurre cuando fatalmente la dictadura se hace tiranía sangrienta y sin remordimientos”.

glcarrera@yahoo.com