En varias zonas del municipio Libertador los partidos políticos incumplieron la norma electoral
Gabriela Rojas
Los votantes madrugadores fueron llegando poco a poco a los centros de votación del oeste y suroeste caraqueño. En la parroquia Caricuao, a las 6:00 am pocos votantes esperaban en la puerta para ser los primeros de la cola para ejercer su derecho al voto. Isaias Mora, habitante de la UD-5 de Caricuao, bajó a las 5:50 am cuando se asomó por la ventana de su casa y vio a las primeras personas.
“No había bajado antes para evitar riesgos por los malandros pero madrugué porque no pude dormir, voy a votar cuantas veces sea necesario para que esto cambie”. Unas veinte personas lo acompañaban en la cola y después de la instalación de las mesas y que los miembros de mesa pudieran votar, a las 7:10 am comenzaron a ingresar al centro de votación UE Hernández Salas, en la UD5 de Caricuao.
En la acera del frente, otra cola se extendía a lo largo de la calle pero no para ningún centro de votación. Era la cola para ir a un supermercado de la zona. “Hago esta cola pero después la otra, la de votar”, dijo Ana María Céspedes, quien llegó aproximadamente a las 6:00 am para ver qué productos vendían en la mañana.
Mientras avanzaba la mañana, las colas comenzaban a aparecer en la entrada de los centros. A las 8:00 am, muchos con desayuno en mano, iban formando la fila para entrar al Colegio La Concepción, en Montalbán, el centro electoral más grande de la parroquia La Vega con más de 8.000 votantes.
En los alrededores el número mágico era el cien: 100 Bs costaban los pastelitos, 100 Bs el té frío y los jugos, 100 Bs un café grande, 100 Bs la tizana. Muchos vecinos salían de votar y relevaban a sus familiares en los puestos improvisados que instalaron en las maletas de sus carros donde vendían desayunos navideños, empanadas y refrescos.
A lo largo de la cola, de cuando en cuando sonaba desde los celulares el conocido jingle de la manito.
Cerca del mediodía, en la parroquia El Valle la banda sonora era otra. La “patria querida” retumbaba en dos camiones identificados con pendones rojos que cruzaban la avenida Intercomunal.
Cuando el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, se acercó al centro electoral José Avalos, agentes de la Guardia Nacional, Policía Nacional Bolivariana y el Sebin cerraron el paso temporalmente mientras custodiaban la entrada.
Luego de que el ministro Padrino López se retiró del centro electoral, el primer vehículo que pasó por la avenida fue un camión con cornetas que a todo volumen sonaba el himno del Partido Socialista Unido de Venezuela.
Todo el que salía de este centro electoral de aproximadamente 3.000 votantes, se encontraba con un afiche ubicado en la parada de autobuses con la imagen del fallecido Presidente Chávez, sonriente sosteniendo un tarjetón electoral.
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