La necesidad y la creatividad también estuvieron presentes en las calles, los buhoneros aprovecharon las colas para vender en alrededores de los centros
Mónica Duarte
Los electores que esperaban en las puertas de algunos de los centros electorales desde las 6:00am disfrutaban de sus desayunos calientes gracias a los puestos de venta que no tardaron en instalarse. Aunque pocas mesas estaban abiertas a esa hora, los mercados de calle estaban vendiendo sus productos desde temprano, como todos los domingos.
Los buhoneros no pararon y algunos hasta madrugaron para aprovechar la jordana electoral en su oficio: vendiendo. En la Redoma de Petare las calles estaban copadas de los usuales mercados que ofrecen verduras, frutas y hortalizas desde las 7:00am. Muchos preferían salir a comprar antes de salir a votar. Las bolsas eran cargadas por manos con meñiques sin manchar, si bien los comprados aseguraban que cumplirían son su deber ciudadno «más tarde».
«La cosa está difícil por eso ni se puede dejar de trabajar, pero tampoco se puede dejar de votar”, dijo Sonia Lucena, una vendedora de helados que se acercó hasta el centro electoral de la Universidad Nueva Esparta desde antes que saliera el primer votante y permaneció en le centro hasta pasadas las 3:00pm.
En el Boulevar del Cafetal la historia es similar. Los quioscos y los puestos improvisados en las afueras de los colegios trabajaron desde la mañana para captar a los electores como clientes. Rosa Gutiérrez, tiene una venta de bebidas y comida navideña a 50 metros de la Escuela Nacional Jesús Alfaro Zamora, el domingo decidió abrir dos horas antes de lo habitual para acompañar el proceso desde temprano. Es la primera vez que decide trabajr en un domingo electoral pero la necesidad no le dejó otra alternatividad.
«No se puede dejar de trabajar ni de votar»
Pero no solo se vende refrigerios para los electores, algunos pusieron su creatividad al máximo y aprovecharon la fecha para ofrecer adornos navideños, dulces de lechosa y bisutería.
Los vendedores más arriesgados hasta se aventuraban con predicciones de resultados según sus experiencias trabajando en elecciones. Como lo hizo Pedro Guerrero, quien vende comida desde hace 35 años en comicios nacionales. “nunca había visto tanta gente votando para la Asamblea».
“La gente está feliz, ha habido mucha participación eso es buena señal porque se está votando por Venezuela”, manifiesta Gutiérrez.
Otros negocios operan con normalidad pues los empleados ven el día como “un domingo más trabajo”. Erika, la encargada de una venta de productos navideños y pinos en Los Naranjos, llegó a trabaj r a medio día luego de votar y fue a trabajar como siempre lo hace. “Tenemos la orden de seguir trabajando con normalidad, yo no creo que pase nada así que terminaré mi jornada de trabajo como siempre esperando a los clientes”.
Relevos para votar y no perder clientes
En la pizzeria-restaurante Lucky Luciano de La Carlota, a 150 metros del centro electoral del Colegio Francia, el personal trabajó desde temprano para brindar desayuno a los votantes que se acercaban en la mañana.
Carlos Escobar, uno de sus mesoneros, trabajó hasta las 3:00pm porque votaba cerca pero sus compañeros de trabajo se intercambiaron en turnos para sufragar.
«La jornada es ruda porque estamos cerca de un centro pero se trabaja bien», explica Escobar.
En el Colegio Madre del Divino Pastor en El Marqués, el puesto de perro calientes se instaló al mismo tiempo que las mesas. De 6:00am a 4:00pm funcionó el punto y sus encargados se relevaron para votar. Jesús Valles, de 24 años, uno de los socios asgura que les fue tan bien en la jornada que mantendrán el puesto para otras elecciones y fines de semana. «El ambinete con animo de este día es el mejor para vender».