El decreto de emergencia fue negado por la Asamblea Nacional y el informe de la comisión especial aprobado. Dos votaciones que se dieron en medio de un intenso debate, confusión y moringa
Gabriela González
Este viernes nuevamente fue un día largo políticamente hablando. Este viernes, vencía el plazo de ocho días que tenía la Asamblea Nacional para pronunciarse sobre si aprobaba o desaprobaba el Decreto de Emergencia Económica anunciado por el presidente de la República, Nicolás Maduro.
Alrededor de las 11:00am, la comisión especial se reunió para discutir el informe que se le entregaría a la plenaria. Dicho informe fue elaborado por el diputado José Guerra (MUD) y cinco expertos. El mismo recomendaba rechazar el decreto y además, incluía un conjunto de propuestas ante la crisis económica que vive el país.
Héctor Rodríguez, diputado por el PSUV sostuvo que el informe solo plasmaba lo que un lado político quería, que estaba lleno de inconsistencias, que dejaba a un lado el escenario internacional y que era una respuesta a cálculos políticos de la oposición.
Quedando plasmada la negativa de los integrantes del Bloque de la Patria al informe se procedió a reanudar la plenaria que se mantenía en sesión permanente.
En el hemiciclo de sesiones, los diputados conversaban y aprovechaban para comer galletas o frutos secos ya que no hubo chance de almorzar aunque uno que otro diputado aprovechó el debate de diez compañeros que hablaron por espacio de diez minutos, para salir con sus “loncheras” y comer en un saloncito destinado para ello. Otros salían a tomar café para combatir “la hora del burro”.
Desde acompañar a Maduro hasta el viaje de la niñera y el “1 a 0”
El debate duró poco más de dos horas en las que no faltaron regaños de Henry Ramos Allup, cartelitos, gritos, pitas, aplausos de pie y las respectivas subidas de Héctor Rodríguez a presidencia.
Como novedad, luego de las intervenciones de José Guerra (MUD) y Héctor Rodríguez (PSUV), el presidente de la AN espetó “va 1 a 0”.
La no comparecencia de los ministros, un modelo económico fracasado, la geopolítica, la superación de la pobreza y la no superación de la pobreza y hasta la creación de un fondo controlado por el parlamento fueron parte de los argumentos esgrimidos por ambas fracciones para defender sus posturas.
Mientras el PSUV pedía ponerse “del lado del presidente Maduro”, la oposición replicaba que ellos estaban era “al lado del pueblo”.
Uno de los momentos más álgidos fue cuando el diputado por la MUD, Alfonso Marquina recordó el caso del avión de PDVSA detenido en Brasil en el que presuntamente viajaba una empleada (niñera) de Elías Jaua con un arma.
Público vs Privado
A raíz de la no comparecencia de parte del gabinete económico el día jueves ante la comisión especial, el debate giró sobre lo que debe ser público y lo que debe ser privado. Héctor Rodríguez asomó la posibilidad de “un malestar en la población” si se discutían ciertas medidas en público, incluso habló de un “daño al país”.
Rodríguez señaló que hasta la mañana de este viernes, el Bloque de la Patria pedía que se reunieran en la Vicepresidencia pero que la oposición alegó que “ya no había tiempo”.
El otro lado de la moneda respondía que ellos entendían que hubiese información privada y que por eso propusieron hacerlas por escrito para que fueran respondidas de igual modo pero que la comparecencia debía ser pública.
Este debate no va a quedar solo en este decreto entendiendo que vienen interpelaciones a ministros y funcionarios que la oposición ya ha adelantado que serán públicos.
Dialogo real o retórico
Parece irónico que en una de las cosas en las que estaban de acuerdo ambas fracciones era también lo único que no hacían: dialogar.
Tanto el PSUV como la MUD manifestaron, reiteradas veces, la disposición al diálogo, al entendimiento. El PSUV señalaba que el propio presidente Maduro convocó al acercamiento de ambas visiones mientras que la MUD aclaraba que el rechazo del decreto no significa el cierre del diálogo y las propuestas.
Incluso, finalizada la plenaria, los voceros de ambas bancadas dijeron en sus respectivas declaraciones postsesión que esperaban dialogar “para resolver la crisis”.
Algo muy lejano si se toma en cuenta el no reconocimiento del otro y la sensación de que no hay voluntad política para lograr tal fin.
Un actor político sostiene que el rechazo del decreto es ponerse de espaldas al pueblo, que tal rechazo vino por órdenes de gobiernos extranjeros y que seguirán implementando medidas. El otro actor dice no entender cómo se elabora un decreto sin tener el consenso de la AN, que las medidas son incorrectas y que propondrán recomendaciones.
Así las cosas, el diálogo real se ve muy lejos.
Votación con moringa incluida
El momento de la votación llegó acompañado de un clima de confusión en toda la plenaria. El presidente de la AN, Ramos Allup, informó que se votaría por el informe presentado por la comisión que negaba el decreto. Para ello, explicó, como quien explica con peras y manzanas, que los que aprobaban el informe que rechazaba el decreto debían decir “sí”, mientras que quienes negaban dicho informe debían responder “no”.
La votación sería nominal de acuerdo al artículo 94 del Reglamento de Interior y Debate a solicitud del Bloque de la Patria.
Quizás usted, lector, crea que es algo fácil y hasta lógico pero como dice el dicho, “hasta en las mejores familias pasa” y aquí no fue la excepción. Amén de que la bancada del PSUV comenzó una tanda de reclamos en los que exigían que fuera votado el decreto y no el informe y citaban el artículo 339 de la Constitución, la confusión se apoderó de muchos diputados.
Paralelo al reclamo oficialista que incluía gritos del diputado Diosdado Cabello en los que decía “nos veremos de nuevo en el TSJ” y su forma de protesta en la que respondían “Sí al decreto”, la votación se iba dando y mientras se nombraban diputado por diputado, no faltó aquel que se confundió, lo que generó risas y pitas.
Incluso, el diputado oficialista Ricardo Molina se paró al lado del secretario, Roberto Marrero, para decirle “mosca con lo que pones. Yo dije sí al decreto”, y allí se quedó parado vigilante de las labores de quien llevaba la votación.
Como era de esperarse, el informe fue aprobado (108-54) con lo cual se negaba el decreto. Pero la cabeza del parlamento decidió que “para calmar los ánimos de ambas fracciones” ahora se votaría por el decreto de la misma forma nominal. Acto seguido sacó una bolsita de moringa, famosa por sus propiedades calmantes y que Diosdado Cabello nombra mucho para recomendársela a la oposición, y se la enseñó a la bancada oficialista.
Ramos Allup volvió a explicar: “Quienes rechacen el decreto deben responder ‘No’ y quienes lo aprueben ‘Sí’”. Otra vez la confusión.
El decreto fue rechazado por la mayoría opositora 107-53. La diferencia de votos de una a otra votación se debió a que dos diputados no estaban en el hemiciclo a la hora de las votaciones.
Lo resaltante de todo este proceso fue el clima que se vivía en el hemiciclo. Parecía más un salón de clases cuando se iba el profesor con risas, burlas y el coloquial “chalequeo” que a un escenario en donde se estaba discutiendo la crisis económica que atraviesa el país.
Con este resultado, el decreto debe cesar inmediatamente su vigencia.
Parlatino y Parlasur con consenso
El otro punto discutido en esta sesión fue la designación de los representantes al Parlamento Latinoamericano y al Parlamento del Mercosu (Parlasur), gracias a una decisión de la Asamblea saliente que propuso que estos funcionarios no fueran elegidos por voto popular sino designados del propio seno de la AN.
El diputado por la MUD, Luis Aquiles Moreno, presentó una lista para ambas instancias compuesta por diputados de ambas fracciones con sus respectivos suplentes.
Ambas propuestas fueron aprobadas por unanimidad.
La próxima sesión fue fijada para el martes 26 de enero a las 2:00pm.
