“La crisis humanitaria solo sirve para que una potencia extranjera tenga la excusa para intervenir en nuestro país”, asegura el farmacéutico Eduardo Samán, exministro de Comercio, quien propone sembrar plantas medicinales y extraer sus principios activos para comenzar a solucionar la crisis actual
Patricia Marcano
Farmacéutico, profesor de química general de la Facultad de Farmacia de la Universidad Central de Venezuela (UCV), exministro de Comercio y expresidente del Indepabis (antes Indecu), Eduardo Samán se presenta como chavista, comunista y perteneciente a una corriente radical dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).
Lo quiso dejar muy claro durante su intervención, el jueves 4 de febrero, en un foro sobre la crisis del medicamento, organizado por la Facultad de Farmacia de la UCV, al cual asistió como público y no le permitieron transmitir el evento para su programa radial “Arsenal terapéutico”, ni le dejaron ejercer un derecho de palabra porque no estaba contemplado en el programa.
La respuesta lo llevó a denunciar ante los presentes la poca democracia existente en el lugar y la falta de pluralidad en el foro (la Facultad invitó a la ministra de Salud, Luisana Melo, pero no asistió por encontrarse fuera del país y el despacho no envió a nadie por ella). Tras una reconsideración de los organziadores, le permitieron a Samán hablar ante el auditorio.
«Creo que esa gestión de henry Ventura fue mala y eso aceleró esta crisis que tenemos»
Frente a la escasez de medicamentos existente el profesor universitario considera que la academia puede aportar mucho.
“Hay alrededor de 40 medicamentos inorgánicos, sustancias inorgánicas, que se pueden sintetizar. Compuestos muy sencillos como la leche de magnesia, como el óxido de arsénico -que es antioneoplásico-, pasando por sulfato de magnesio. Son como 40 compuestos inorgánicos que nosotros podríamos sinterizar sin dólares, y que esta Facultad está en capacidad de hacerlo”.
Explicó que también es posible purificar el cloruro de sodio para no importar eso ni los sueros, que se puede extraer digoxina y warfarina de las plantas de donde provienen y que para ello “lo que tenemos que hacer es sembrar las plantas, extraerlos y darle a los laboratorios nacionales esa materia prima para que ellos la sinteticen”; y que la Facultad puede comprar, con los ingresos que le entran de la venta de suero antiofídico a Panamá, unos kilos de carbonato de litio y producir las capsulas para los pacientes que hoy necesitan ese antipsicótico. “Eso es muy fácil”, dijo.
Pero mientras esa posible producción rinde frutos la crisis puede agudizarse, y ante esto Samán considera que se debe “accionar”. No especifica cómo pero sí aclara que no es precisamente con una declaratoria de crisis humanitaria.
“Evidentemente hay una escasez de medicamentos, cuando tu vas a una farmacia y pides y no lo hay, es evidente la escasez. El tema es saber por qué hay escasez y cómo resolver el problema. No hacemos nada con declarar una crisis humanitaria.
¿Por qué?
La crisis humanitaria para lo único que sirve es para alimentar una matriz de opinión para que una potencia extranjera tenga la excusa de venir a intervenir en nuestro país de cualquier forma, militar o de cualquier forma. No podemos estar criminalizando al país ni a la nación, porque una invasión no va a distinguir entre oposición y chavismo, una invasión invade y ya está, y nosotros tenemos petróleo, que es razón suficiente para que cualquier potencia militar o extranjera nos invada. Entonces hay que dejar de alimentar esas matrices de opinión y buscar soluciones.
¿Cómo se llegó a esta crisis con los medicamentos?
Desde los años 50 hasta el 89, desde que nació, la industria farmacéutica en Venezuela, nacional y trasnacional, basada en el ensamblaje de medicamentos. Después del 89, con la caída del bloque soviético, hubo un cambio en el modelo económico y Estados Unidos creó las áreas de libre comercio, la CAN, MERCOSUR y el TLC. Migraron toda la industria a Colombia y allí hacían los medicamentos que exportaban hacia Venezuela, Ecuador, Bolivia y área andina.
A partir de 1989-1990 empezamos a importar medicamentos cuando antes se ensamblaban aquí el 90% o 95% y se importaba solo el 5%. Empezamos a importar más del 50% y a fabricar en laboratorios nacionales el resto. Tener medicamentos depende de dólares, cuando cae el precio del petróleo no tenemos posibilidad de importar medicamentos y se produce esta escasez.
Entonces la alternativa del problema no está en parir los dólares, sabemos que hasta que no suba el precio del petróleo no podemos satisfacer esos dólares. Y no es que el Gobierno no quiera pagar los dólares, la industria farmacéutica ha estado recibiendo dólares, ellos le han sacado 8 millardos de dólares al año, al país, durante muchos años, la propia industria lo ha dicho.
¿Qué se puede hacer entonces?
Podríamos montar una empresa de extracción de origen vegetal. Hay por lo menos 20 moléculas con las que podríamos ahorrarnos esos dólares. Podríamos purificar el cloruro de sodio que tenemos en más de 1.000 kilómetros de costa y salinas. Podríamos obtener la glucosa del suero hidrolizando el almidón de yuca o de maíz, eso se obtiene por hidrólisis con ácido clorhídrico y el acido clorhídrico lo tiene la petroquímica. No hay sueros porque no hay glucosa, que es importada, pero esa glucosa se obtiene así.
Las farmacéuticas «meten presión para que se pague esa deuda sobrefacturada. Esa deuda se tiene que revisar»
¿El Gobierno podría pedir ayuda internacional?
Las ayudas no han parado, yo de manera extraoficial conocí que llegó un avión lleno de inmunoglobulina y eso se está distribuyendo a pacientes que lo necesitan. Se hizo un numero 0800-Vigilan, los pacientes llaman y se la entregan a los que no pueden hacerse la plasmaféresis. Están atacando todos los casos, lo que pasa es que la política comunicacional del Estado es mala, malísima. ¿Cómo es que existe este avión, que existe este número, y no se sabe? Las ayudas internacionales están. Ahora, por qué el Gobierno de Colombia, de Santos, no dice nada y nos envía un avión de inmunoglobulina.
¿Y para eso no hay que declarar una emergencia? ¿Eso no sería ingerencia?
No, para nada, porque si es una solicitud del Estado se hace. La OMS norma cómo se hacen las donaciones, tiene que haber una solicitud del Estado y de acuerdo a tus necesidades se tiene que saber el origen del medicamento, porque no se puede dispensar un medicamento cuyo origen no se conoce. Todas esas donaciones que llegan de particulares se pierden, nadie se atreve a dispensar un medicamento que alguien donó en España y no se sabe cómo llegó, por dónde entró. Un médico no asume esa responsabilidad, ni un hospital.
¿Y para que estas ayudas oficiales se den no debe reconocerse primero que hay una crisis? Los ministros de Salud no lo han hecho
Yo fui muy crítico del ministro Henry Ventura, di unas declaraciones y fui tildado de contrarrevolucionario. Cuando él salió con el Siamed yo dije que eso no funcionaba, que no estaban abordando el problema como debe ser, hay que poner a gente que sabe de eso, tienes que poner a un farmacéutico ahí. El propio presidente Maduro ha reconocido que hemos cometido errores. Yo creo que esa gestión de Ventura fue mala y eso aceleró esta crisis que tenemos.
¿Por qué en 17 años no se impulsó el desarrollo de la industria nacional farmacéutica para no depender de las importaciones?
Recuerda que hay un tema de geopolítica. Después de la Segunda Guerra Mundial EEUU montó un modelo industrial de ensamblaje hacia América Latina. Después del 89 vino el modelo neoliberal. Revertir un modelo, ir en contra de la corriente de EEUU que es una potencia militar, y de una geopolítica que determina los modelos económicos, no es sencillo. Si empiezas a fabricar extracto de atropina para los espasmos los médicos no lo prescriben, los más poderosos invierten en publicidad y dicen qué se va a prescribir y hacen que no puedas fabricar el otro. Es una guerra.
¿Entonces sería necesario que el Presidente declare públicamente que tenemos una crisis de medicamentos y pida ayuda a los países?
No, eso no es así, ningún país te va a llenar un avión de insulina y te lo va a mandar, a menos que sea un país amigo, por ejemplo Irán. Ellos podrían. Yo creo que no ha llegado ese punto de desesperación, yo más bien soy optimista.
«Aquí se sientan con empresarios a pactar precios. Yo no me reunía con ninguno, yo les daba con el garrote»
Pero están muriendo personas por falta de inmunoglobulina
No podemos decir que los fallecimientos son específicamente porque no se le dio inmunoglobulina, eso no lo dicen los médicos, ellos tendrían que determinar que la causa del fallecimiento es por la falta del medicamento. Todos los pacientes de Guillain-Barré están siendo registrados uno a uno en el Ministerio de Salud y al que no le pueden hacer plasmaféresis le dan inmunoglobulina.
¿Es exagerado decir que están muriendo venezolanos por falta de medicamentos?
Esa es una cosa alarmista que no contribuye con la solución del problema que estamos viviendo. La gente sabe cuál es la realidad, la gente no es tonta, la gente lo que necesita es que le presenten soluciones.
¿Por qué se ha acumulado tanto la deuda con las farmacéuticas?
Esa es una deuda que está sobrefacturada. Pasa lo mismo que con las líneas aéreas, que facturaron pasajes de 1500 dólares en 4.000 dólares. Eso hizo un mono con las líneas aéreas casi igual que el de las farmacéuticas, entonces, uno no puede pagar eso así. Ellos meten presión para que se pague esa deuda sobrefacturada. Esa deuda se tiene que revisar a ver cuánto de sobrefacturación hay allí.
¿El precio regulado de los medicamentos también ha influido en esta escasez?
Eso es irracional, que un medicamento cueste 2 bolívares o 5 bolívares no entra en la cabeza de nadie. ¿Qué pasa? Dentro del gobierno hay gente que no cree en la regulación y juega para que la regulación no se dé. Una de las cosas para que no se aplique la regulación es no actualizar el precio de las cosas, sabemos que hay inflación y si no actualizas el precio regulado eso es atentar contra la regulación, porque es imposible vender un medicamento que ni siquiera paga el transporte.
Cuando yo estaba en el Indepabis el ministro de Comercio era William Conteras, que ahora es superintendente de la Sundee. William Contreras se reunía con Fevipan y Fevipan acordaba el precio de la regulación. Toda la regulación es ineficiente porque no la hace el Gobierno, se pacta con los empresarios. En ese momento pedían regular la canilla y liberar los demás (campesino, sobado, todo eso), y acordaron poner el precio de la canilla por debajo del precio de producción. Ahí se presentaba el problema porque tratabas de hacer que se cumpliera la regulación y era imposible.
Eso también paso con los huevos. En diciembre se reunió el Gobierno con la Asociación avícola y fijaron el precio del cartón de huevos por debajo del precio de producción, a sabiendas de que no seiba a poder cumplir. ¿Ves cómo hacen las trampas ellos? Esta regulación no funciona porque el mismo regulado juega a que no funcione, y si además tú desde el Gobierno no tienes la experiencia, la habilidad y la ideología para fijar los precios como debe ser… Yo no me reunía con ninguno, yo les daba con el garrote. Aquí se sientan con empresarios a pactar precios.
Las farmacéuticas se quejan pero ellos no están produciendo a pérdida, son excepciones que se compensan con los precios de otros medicamentos
«no se puede dispensar un medicamento cuyo origen no se conoce. Todas esas donaciones que llegan de particulares se pierden»
¿El Gobierno de Chávez y el actual tienen alguna cuota de responsabilidad en esta escasez?
La responsabilidad la tenemos todos. Yo no quiero responsabilizar a unos y exculpar a otros. Yo no quiero exculpar a las trasnacionales, no quiero exculpar a los corruptos que usaron los dólares y se perdieron. Yo quiero que se publiquen esas listas, quiénes son los tipos que recibieron esos dólares, y la sorpresa va a ser que muchos de ellos seguramente están financiando a la oposición en este momento.
¿Qué se está haciendo para atender esta crisis, que usted conozca?
Hubo cambio de Ministerio hace poco, yo tengo mucha esperanza en esa ministra, a Luisana Melo la conozco como persona revolucionaria. Ella fue la autora, la que diseñó el baremo de las clínicas privadas, ella trabajó conmigo en Indepabis, era la encargada de atender los casos de familiares retenidos en las clínicas para que pagaran, hasta les sugerían que hipotecaran casas para pagar.
Ella iba, como es médico pedía la historia para ver qué estaban facturando y le respondían que no pasaba nada y dejaban ir a los pacientes. Así resolvíamos el problema con las clínicas. A ella le quedó esa sensibilidad, ella viene de una familia comunista, y creo que por esa sensibilidad está abordando el problema. Creo que se tiene que dejar ayudar más, eso es lo que le digo a mi amiga Luisana.
«Me han levantado muchos vetos»
Después de las elecciones del 6 de diciembre Eduardo Samán ha notado “más tolerancia para los radicales”. Lo dice porque justamente pertenece a la corriente radical del Psuv, y porque después de ser excluido ha habido mayor acercamiento hacia él: “ya me han levantado muchos vetos, me dejan ir al canal 8”.
El exministro de Comercio sostiene que el Gobierno debe permitir las corrientes internas. Cuenta que han estado trabajando de forma subterránea, hablando con la gente, y que dentro del partido quieren capitalizar el descontento para que “los errores del Gobierno no provoquen la erosión del proceso revolucionario” y se les vaya la gente. “Queremos ir creciendo dentro del partido porque nosotros aspiramos a tomar control del partido”.
Lamenta que dentro del proceso revolucionario existan aún personas que dicen ser comunistas y socialistas cuando no lo son, aunque asegura que antes había más que ahora. «En el MVR había gente de derecha ultracapitalista, estaba Miquilena, por ejemplo. Esto es un proceso que se va a ir decantando, el pueblo los va a ir identificando y los va a ir sacando”.
“Yo sacaría a los que no demostraran que son socialistas y eso hay que demostrarlo con la manera como vives. No puede ser que yo diga que soy socialista, me dan un cargo y lo primero que hago es mudarme al este con la excusa de la inseguridad”.
Y de su salida del Ministerio de Comercio cuenta que conoció la causa después de leer un “wikileaks”.
“La industria farmacéutica fue a rendir cuentas en la Embajada de Estados Unidos y dijo que la ley de propiedad industrial, que estábamos promoviendo desde el Sapi, ya no iba. Que la que se iba a aprobar era una ley hecha por Hildegard Rondón de Sansó, la suegra de Rafael Ramírez, para las trasnacionales, hecha con lenguaje chavista pero que los beneficiaba a ellos. Ese cable fue enviado el 9 de febrero y el 12 de febrero me sacan del Ministerio. Hubo una conspiración de un sector del Gobierno que provocó mi salida”.
Si quieres contactar al autor de esta historia, escribe a: patricia@larazon.net