Cada día que pasa la ilusión y la esperanza que nació el 6D se desvanece
Humberto González Briceño
I. Gorgojo. Presionado por una dramática pérdida de apoyo en sus propias bases el régimen se ve forzado a, finalmente, hacer algo. Una de las críticas más implacables en las bases del chavismo es la proliferación de la corrupción a todos los niveles. La falta de control ha reproducido las condiciones para el robo descarado desde Pdvsa, hasta las más modestas juntas comunales, pasando por la putrefacta red de los Abastos Bicentenario. A eso se suma el guiso de todos los guisos con una política cambiaria que continúa transfiriendo grandes masas de dólares subsidiados a los bolsillos de mafias oficiales. Pero siguiendo la tradición de los chinos de Recadi el gobierno se han centrado en perseguir a las mafias corruptas que operan en toda la red oficial de distribución de comida: Pdval, Mercal, etcétera. Eso está muy bien. Pero sería extraordinario, épico, que el gobierno aplicara la misma medida de profilaxis a las mafias que operan a la sombra de las bondades de la política cambiaria oficial.
II. Corrupción roja. Nicolás Maduro y el Psuv despacharon a una veintena de dirigentes nacionales a los estados para revisar el funcionamiento del gobierno y el partido. Con el auxilio del Sebin se han elaborado informes de inteligencia que ponen al descubierto poderosas mafias que operan al amparo de negocios con el Gobierno. Comenzaron por la red de distribución de comida que opera como un Estado dentro del Estado. Hay casos donde los directivos de Mercal desviaban comida para “abastos de maletín”. Se multiplican las denuncias en San Cristóbal, Barquisimeto, Maracay, Puerto Ordaz y Caracas. Uno de los problemas que han encontrado los investigadores es que estos pillos de bajo rango tienen padrinos en las altas esferas del Gobierno. A pesar de ello, Maduro ha instruido a sus agentes investigar y detener “caiga quien caiga”.
III. Oposición aislada. Cada día que pasa la ilusión y la esperanza que nació el 6D se desvanece. Por una parte está la expectativa creada de soluciones cortoplacistas para asacar a Maduro del poder y promover un cambio político. Por otra parte está la dispersión de la agenda política de la Asamblea Nacional como nueva dirección política de la oposición democrática. Los debates en el seno de la AN intentan abordar todos los aspectos de la crisis y esto es virtualmente imposible. Además le ha restado efectividad y contundencia a una AN que no logra cambiar la correlación de fuerzas para derrotar al gobierno. El parlamentarismo parece haber creado una ilusión de estar haciendo algo para cambiar el régimen cuando en la practica parece estar asilando a la oposición y a la AN cada vez más de la calle. La oposición debe combinar la acción parlamentaria con movilizaciones populares para crear las condiciones que permitan avanzar en el camino a un cambio de gobierno.
IV. Aliados. Otra cosa que llama la atención es la poca disposición que se aprecia en la oposición en buscar aliados para derrotar al gobierno. La conformación inicial de partidos opositores y sectores empresariales se han mantenido intacta luego del 6D. Pero hay muchas otras fuerzas sociales que habían acompañado al régimen y que hoy exigen su renuncia. La oposición debería hacer un esfuerzo para asumir un diálogo sin complejos con sectores chavistas disidentes y hacerlos partes de una propuesta de cambio político. La oposición por sí sola no tiene las fuerzas para derrotar al gobierno. Los próximos meses serán decisivos.
V. Candidaturas. ¿Cuál es el objetivo de lanzar candidaturas presidenciales en este momento? ¿A quién beneficia discutir si es mejor Ramos Allup, Leopoldo López o Capriles? Pareciera que desde el gobierno hay interés en fomentar las candidaturas en la oposición. Y algunos mordieron al anzuelo. Adelantar esa conversación en este momento revela una falta de carácter y rigor estratégico en la oposición. La inveterada regla básica de la política dice: “divide y vencerás”.