Ramos Allup, presidente de la Asamblea Nacional, considera que la enmienda constitucional es la vía «más expedita, menos complicada»
Javier García – EFE
El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Henry Ramos Allup, se decantó por la vía de la enmienda constitucional para recortar el mandato del presidente del país, Nicolás Maduro, y propuso además acompañarla de otras dos para reducir también el período del Parlamento y del Tribunal Supremo.
«El plazo de seis meses que nos fijamos para buscar una salida constitucional, pacífica y electoral, que antes parecía muy apremiante, ahora parece más bien demasiado largo ante la dinámica y la agudización de la crisis por la que estamos atravesando en Venezuela«, afirmó Ramos Allup en una entrevista con Efe en su despacho del Palacio legislativo.
El máximo responsable de la primera Asamblea Nacional (AN) de contundente mayoría opositora considera que la enmienda constitucional es la vía «más expedita, menos complicada» ya que se puede aprobar por mayoría simple de la Cámara y requiere posteriormente sólo la mayoría de los votos en una consulta popular.
Ramos Allup, que se ha convertido a sus 72 años en la figura más destacada de la oposición venezolana en las últimas semanas tras llegar a la presidencia del nuevo Parlamento, precisa que la alianza opositora decidirá «muy pronto, en breves días» si opta por esta vía o por una de las otras dos sobre la mesa: el referendo revocatorio o la convocatoria de una asamblea constituyente.
«Para acabar con el argumento de que es discriminatorio acortar sólo el mandato del presidente, yo propondría tres enmiendas: una para recortar el tiempo del Ejecutivo, otra para hacer lo mismo con el del Legislativo y otra para el Tribunal Supremo«, explica.
«De este modo, iríamos todos a consulta de la voluntad popular, a ver quién supera ese escrutinio»
El presidente de la AN cree que la enmienda podría fijar el mandato presidencial incluso en cuatro años sin reelección y recalca que «no hay por qué tenerle miedo a la consulta popular».
A su juicio, se trata de buscar el método «menos obstaculizable» por parte del Gobierno y «su» Tribunal Supremo de Justicia, al que tacha de ser «un apéndice del Ejecutivo» y al que acusa de «dictar sentencias una y otra vez» para impedir el trabajo opositor en el Parlamento.
Ramos Allup advierte de que, «dada la crisis terminal muy aguda que está atravesando el Gobierno venezolano», ha vuelto a reaparecer la posibilidad de un golpe de Estado por parte de sectores «nasseristas» en el seno de las Fuerzas Armadas.
«Hay un golpe de Estado a las instituciones y puede haber otro golpe de Estado militar de sectores castrenses, que no descarto que esté en curso, para derribar a todos los poderes por la fuerza», asevera.