Se deberían priorizar las elecciones de gobernadores, las cuales desde ya se sabe que el régimen tampoco las quiere realizar
Humberto González Briceño
I. CHANTAJE. Bernardo Álvarez, operador del régimen venezolano en la OEA, lanzó una amenaza abierta contra el Secretario General de ese organismo, Luis Almagro. De continuar procesando la aplicación de la Carta Democrática, como lo ha pedido la oposición venezolana, Venezuela pediría su destitución. En teoría Venezuela tendría los votos para materializar este exabrupto. Los petrodólares aún siguen saliendo a Petrocaribe para controlar los votos en la Asamblea General de la OEA. Sin embargo, cada día es más difícil para los países aliados de la dictadura argumentar su apoyo a Venezuela. Antes de que cambie la correlación de fuerzas en la Asamblea General de la OEA, como resultado de los movimientos estratégicos de los EEUU, es muy probable que Venezuela promueva la destitución de Almagro. Las amenazas del operador Álvarez solo preparan el terreno.
II. MALNACIDO. Diosdado Cabello tiene una incontrolable debilidad por la vulgaridad. No pierde oportunidad en su programa de TV para saciar su morbosa desviación con mentiras, pero sobre todo con groserías y vulgaridades que solo excitan a su muy escuálida audiencia. Hace unos días cuestionó la crítica de la oposición ante el envío de ayuda humanitaria a Ecuador, cuando en Venezuela se le niega a la gente que se muere en los hospitales. Incapaz de elaborar un argumento más solido y medular, Cabello solo atinó a calificar a los opositores de “malnacidos”. Él quizás piensa que esa es una forma de “hablar el lenguaje del pueblo”. Pero detrás de la cascada de vulgaridades que fluyen en su programa, solo se esconde la precariedad espiritual de un hombre mediocre, aburrido y con muy poca curiosidad intelectual.
III. NAZISMO 2.0 En su afán por desacreditar y descalificar a la oposición, Jorge Rodríguez es capaz de decir cualquier cosa. La semana pasada en su programa “La política en el diván” sin ningún desenfado comparó a la oposición venezolana con Hitler para tratar de argumentar que aquella era peor que este. Tratando de explicar su argumento, Rodríguez dice que Hitler actuó así porque simplemente fue provocado. En otras palabras, de no haber sido provocada y ofendida su genialidad la humanidad se habría ahorrado esta monstruosa desgracia. Esta es otra demostración de cómo la izquierda oficialista practica el reduccionismo para tergiversar la historia. Lo que en realidad hace Jorge Rodríguez es tratar de reeditar una versión más sinuosa del nazismo goebeliano para manipular con piezas burdas de propaganda política.
IV. PANTANO. El cuadro político luce confuso y empantanado. La estrategia de la oposición de apoyar todas las formulas para salir de Maduro sólo parece ayudar al plan del gobierno de enredarlo todo para postergar cualquier decisión importante hasta el 2017. Sería recomendable para la oposición comenzar a pensar en un plan “B”: Solución sin salir de Maduro este año. En ese contexto se deberían priorizar las elecciones de gobernadores, las cuales desde ya se sabe el régimen tampoco quiere realizar.
V. EL PLAN. A diferencia de la oposición, el gobierno no requiere de planes A, B, o C. Sólo necesita de un plan y es el que ya aprobó Maduro, el Psuv y el alto mando militar: Ganar tiempo, evitar cualquier consulta popular este año, y encargar del gobierno a Aristóbulo Istúriz en el 2017. El objetivo es tratar de darle un segundo aire a la revolución e iniciar una nueva fase con apertura política y un plan económico más pragmático. El enemigo del plan del gobierno no es la oposición. Es el tiempo.