En el Psuv hay claridad que Maduro es un peso que arrastra al partido al foso
Humberto González Briceño
I.- TRANSICIÓN. Según el Estudio de Coyuntura Política Abril 2016 de DatinCorp, el nivel de rechazo de Nicolás Maduro alcanzó un histórico 79%. De este porcentaje casi un 30% se identifica como chavista. Al mismo tiempo, tan sólo un 5% de autodenominados chavistas piensan que la salida de la crisis es sacar a Maduro de la Presidencia. Sin embargo, un sorprendente 34% considera que la salida a la crisis está en un acuerdo entre gobierno y oposición. Estas valoraciones confirman los movimientos que hemos venido detectando en el seno del gobierno y el Psuv para promover una salida negociada de Nicolás Maduro en el 2017 y promover el ascenso de Aristóbulo Istúriz, quien trataría de armar un gobierno de unidad nacional. En el Psuv hay claridad que Maduro es un peso que arrastra al partido al foso. Además, es evidente que la dirigencia y la militancia le perdieron la confianza. Por eso esperan por el momento político oportuno para hacer el enroque.
II.- ¿POLARIZACIÓN? Pensar que el país está ultra polarizado o simplemente polarizado en dos bloques, gobierno y oposición, quizás sea una lectura incorrecta. Según el ya referido estudio de coyuntura, el 48% de los encuestados se identifica con la oposición, el 22% con el chavismo (gobierno), y el 28% dice “ninguno”. Aquí hay un polo que se alimenta vigorosamente del descontento que es la oposición y en contrapeso el chavismo es severamente afectado; y un importante segmento que no se siente identificado con ninguna de las dos opciones. Ese 28% está conformado muy probablemente por ex chavistas y opositores que están explorando opciones políticas distintas. Este segmento podría darle viabilidad a candidaturas hoy en la periferia tales como Henri Falcón, Miguel Rodríguez Torres y Lorenzo Mendoza.
III.- DEBACLE. En el mismo estudio, el Psuv aparece con una preferencia del 19%, comparado con Primero Justicia y Voluntad Popular con un 14% cada uno y Acción Democrática con un distante 6%. Para el Psuv, que viene de ser el partido hegemónico en la política venezolana, el diagnóstico político es solo uno: Debacle. Ese 19% no debe sorprender por la cantidad de dinero y recursos del estado que aún le permiten al partido financiar su clientela y sus actividades. En la actual coyuntura el valor porcentual electoral real del Psuv es más equiparable a un 12%-14%. De llegar a ser Presidente de la República, la prioridad de Aristóbulo Istúriz será tratar de salvar al Psuv de una inminente, y hoy anunciada, derrota de proporciones históricas en el 2018.
IV.- AJEDREZ. Hay consenso en el Psuv y el alto mando militar que el referéndum revocatorio debe ser rechazado “como sea”. A estos efectos ya hay una estrategia coordinada entre el Gobierno, TSJ, CNE y Alto Mando Militar para asegurar que efectivamente el revocatorio no sea convocado ni celebrado este año. Veremos cualquier cantidad de argumentos técnico-jurídicos para tratar de justificar esta maniobra. Sin embargo, no existe el mismo consenso a la hora de suspender las elecciones regionales programadas para este año. La tendencia mayoritaria teme que una suspensión podría justificar una intervención internacional y sanciones a Venezuela. Piensan que el Psuv debe ir “con todo”, aun a riesgo de perder espacios en las regiones.
V.- IMPONDERABLES. Estos cálculos políticos del gobierno y la oposición podrían estrellarse con la realidad de la calle que usualmente es mucho más aguda de lo que los políticos tienden a percibir. Los políticos, tanto del gobierno como de la oposición, hablan de tiempos electorales: Revocatorio en 2016, elecciones en diciembre de este año, transición en febrero-marzo 2017, etcétera. Estos tiempos electorales lucen completamente desfasados del estado de impotencia, desesperación y rabia que se respira en la calle, donde un día es ya una eternidad. Una clave tomada del estudio de coyuntura de DatinCorp es esta: El 67% de los encuestados dice que frente a la inseguridad, la inflación y la escasez de comida la respuesta del pueblo seria “perder la paciencia.” Y cuando el pueblo se cansa de esperar, se acaba el tiempo para todos. La pregunta es: ¿cuándo?.