La presidenta de Consecomercio, Cipriana Ramos, asegura que el problema en Venezuela es de producción y sostiene que “no se van a ver resultados hasta que no se modifique el modelo que ellos están aplicando”
Enrique Meléndez
Cipriana Ramos, presidenta de Consecomercio, califica como un “atropello” los saqueos que suceden a diario a nivel nacional contra establecimientos comerciales, que, a su juicio, están llevando a la ruina al sector terciario de la economía. “Después que un negocio es dejado en las condiciones en las que han quedado muchísimos, que hasta las neveras se las han llevado, le resulta muy difícil recuperarse”, afirma Ramos.
Usted dijo hace unos meses atrás que para el segundo semestre del año, que se inicia en estos días, la situación iba a estar peor. ¿Sigue sosteniendo ese criterio?
Por supuesto, recuerda que el sector comercio y de servicios es el sector vitrina de la economía. Es decir, nosotros somos un intermediario, y nos dirigimos a un consumidor final, a través de lo que alguien produce o lo que alguien importa. Nosotros somos el sector terciario de la economía, y cuando tenemos fallas en el sector primario, que es el sector agrícola y pecuario, y tenemos fallas en el sector secundario, que es el sector industrial, el que procesa lo que alguien cosecha o lo que alguien importa, esas fallas se reflejan en el sector terciario.
El sector terciario estuvo sobreviviendo, porque, aun cuando el sector primario y el sector secundario tuvieron fallas; el primero, desde que se comenzaron a hacer las expropiaciones y el segundo con el tema de la no liquidación de divisas para la importación de materia prima, importaba. Había quien importaba, y vendía a ese sector terciario, de modo que ese sector terciario cubría todo ese mercado.
Ante las fallas de producción nacional, se importaba, pero en este momento no tenemos ni producción nacional y no tenemos importaciones, por lo que el comercio se va a ver cada vez más afectado para este segundo semestre.
«en este momento no estamos importando, porque no tenemos divisas»
No obstante, el ministro Pérez Abad ha dado esperanzas a la ciudadanía de que poco a poco se irá solucionando el problema del desabastecimiento. ¿Qué piensa usted?
Los venezolanos que no tenemos una avioneta o una bolsa con mil dólares como para importar nuestros productos básicos directamente, no lo vemos de esa forma, porque no vemos que se esté activando el mercado Dicom para que los empresarios reciban las divisas que necesitan para importar insumos.
Hace un año el ministro Osorio dijo: dentro de dos meses veremos resuelto dicho problema, y la respuesta de nosotros era que el ministro sabía algo que la opinión pública no conocía, porque no se tenía información de dónde iba a sacar el ministro los productos que iban a aliviar el problema.
Ahora el ministro Pérez Abad también ha comenzado a decir que, una vez que termine el primer semestre, comenzaremos a ver los resultados. La verdad es que no se van a ver resultados hasta que no se modifique el modelo que ellos están aplicando.
Usted acaba de hablar del Dicom, ¿cómo ha estado el proceso de otorgamiento de divisas, tanto en este mercado como en el Dipro?
Es que continuamos con un oscurantismo. Antes tú podías ver en el portal de Cadivi a quién le asignaban las divisas. Tú en las subastas podías ver a quién le correspondían las divisas, quiénes eran las empresas beneficiadas. Pero en este momento nosotros no sabemos qué es lo que sucede realmente con eso.
Algunos economistas estimaban que el Dicom podía deslizarse hasta los 600 bolívares, según la voluntad del Gobierno, y no obstante ya superó esa barrera. ¿Esperará el Gobierno entonces acercarse un poco más al paralelo?
Se hablaba de 600 bolívares, en efecto, pero lo que pasa es que los economistas, al igual que nosotros, elucubramos con cifras que no poseemos. Quien maneja las cifras en este país es el sector Gobierno, el BCV. Ellos saben qué es lo que va a pasar en un momento determinado; sólo ellos saben cuáles son las reservas internacionales con las que contamos para cubrir las importaciones necesarias.
Eso lo desconocemos nosotros. Tú te pones a elucubrar. Tú te pones a sacar cuentas del pasado, del presente, y te imaginas que eso es lo que pudiera pasar.
«Claro que hay hambre. Claro que yo no consigo mis medicinas. Esa es una realidad de país»
Ante la ola de saqueos y de protestas por falta de comida que se suceden a diario a nivel nacional, el Gobierno acusa de esta situación a la oposición y dice que esto es parte de la guerra económica. ¿Qué opina usted?
Una guerra económica que tiene tantos años, y que el Gobierno no haya podido librarla, la verdad es que dice mucho del sistema que está aplicando. Esto se trata simplemente de una bandalización, que se suma a un estado de necesidad.
Nosotros hemos recibido información de nuestra cámara aliada en las zonas, donde ha habido estos atropellos, pues eso arruina a los comercios. Motorizados son los que organizan esos atropellos, que son los mismos atropellos que tú puedes ver en el caso de los periodistas en la avenida de las Fuerzas Armadas de Caracas, estando las autoridades policiales cercanos a ellos, y no hicieron nada.
Así sucede en estos actos que están llevando a la ruina al sector comercio y servicios. Después que un negocio en este momento es dejado en las condiciones, en las que han quedado muchísimos, que hasta las neveras se las han llevado, le resulta muy difícil recuperarse.
¿Necesita Venezuela acudir a los organismos multilaterales, como el BID, para una asistencia financiera, como lo vienen sosteniendo algunos economistas, sobre todo para cubrir la deuda comercial?
Por supuesto que tiene que necesitarse. Nosotros en este momento no estamos importando, porque no tenemos divisas. No sabemos cuál es nuestro nivel de las reservas internacionales, porque el Gobierno no informa de esta situación, que es muy crítica. Todavía estamos sobreviviendo muchísimos a duras penas, sobre todo el sector comercio.
Estamos sobreviviendo, porque pensamos que en el momento en que esto finalice, y se tomen medidas para la reconstrucción del país, y esto cambie, queremos estar aquí, pues sabemos que este país tiene solución; la solución que tiene que buscar este Gobierno.
El Gobierno ha negado que estemos a nivel de una crisis humanitaria, y por eso se niega a recibir la ayuda del exterior, alegando además que detrás se ocultan propósitos injerencistas. ¿Considera usted que lo estamos?
Aquí no hay propósito injerencista de ningún tipo. Aquí el único que conoce si realmente falta una ayuda humanitaria es el que está pasando hambre. En este país hay hambre. Ese es el estado de necesidad que se combina con los actos vandálicos, para los atropellos a los comercios. Claro que hay hambre. Claro que yo no consigo mis medicinas. Esa es una realidad de país; consecuencia de una política muy errática, en la cual el Gobierno nos ha involucrado. Esa es la realidad que estamos viviendo en este país. Nosotros tenemos que recorrer de farmacia en farmacia todos los días, para conseguir medicamentos.
«El Gobierno tiene que comprender que el problema en Venezuela no es de distribución, sino de producción y confianza»
Nosotros tenemos que hacer unas largas colas para poder adquirir productos a buen precio, a precios regulados, y que, a final de cuentas, no es tan regulado con respecto al Dicom, que es lo que debería hacer, porque si el Gobierno está vendiendo divisas a diez bolívares por dólar para importar medicamentos y alimentos, ¿por qué hay altos precios en estos productos?
Por un ejemplo, yo te estoy hablando de un kilo de garbanzos que cuesta tres mil bolívares, unos 300 dólares el kilo a Dipro; ¿cuánto estamos pagando por un kilo de café?. Estamos importando productos de Trinidad y Tobago, de Colombia, para suplir el mercado, ¿por qué mejor no otorgársela a los productores del campo venezolano? Estamos pagando salarios en dólares a los extranjeros.
¿Qué información tiene Consecomercio, en lo que atañe al movimiento portuario? ¿Ha llegado nuevo inventario?
Eso está cada vez más paralizado. Nosotros, que recibimos información de lo que es la planificación de Vargas, te puedo decir que para este fin de semana solamente están planificados dos barcos.
Pero uno de los ministros había dicho que venía un barco con toneladas de alimentos. ¿Qué sabe usted?
Los ministros se la pasan diciendo: viene, vendrán, recibiremos, importaremos… ese es el cuento de todos los días. Nosotros efectivamente quisiéramos que todo eso se hiciera realidad y llegara a nuestros puertos materia prima para que nuestra agroindustria produzca, y con productos terminados, para que el comercio tenga qué vender. Que el consumidor pudiera tener un mejor salario, pues ahora el sueldo no le alcanza para adquirir absolutamente nada.
¿Cuál es la evaluación que ustedes tienen de los Clap?
Eso es uno de los objetivos que están establecidos en el Plan de la Patria, y mediante el cual el Gobierno pretende llevar directamente el producto al consumidor. Eso está creando muchísima fisura dentro de las comunidades, porque las comunidades están recibiendo las bolsas más allá de veintiún días. Hay algunos que las están recibiendo, pero otros que no. Esto se presta para la discriminación.
Además, las comunidades no están recibiendo proteínas. El Gobierno tiene que comprender que el problema en Venezuela no es de distribución, sino de producción y confianza.
«el comercio se va a ver cada vez más afectado para este segundo semestre»