La burguesía no solamente pretende instaurar un nuevo orden de burocracia. Pretende fundamentalmente crear un nuevo orden de aristocracia
Julián Rivas
Lo que pasa en Venezuela obliga a una revolución cultural. Debemos revisar nuestra cotidianidad y nuestros modos de organización política. Sin eso no hay revolución. Ni movilidad ni cambio social.
La oposición sigue demostrando que quiere acabar con el país. Torpemente y sin memoria. El asunto del trío de diputados fraudulentos en Amazonas es prueba de ello.
Es que con el producto de un fraude, un trío de diputados chimbos, se pretende ocultar ante la opinión pública un fraude mayor: la torcida recolección de firmas para la activación del proceso revocatorio presidencial. Eso obviamente no luce bien porque los opositores metieron gato por liebre, muertos por vivos y les salió el computador. Deben corregir la plana y sancionar a los responsables.
promueve la rebelión de uno de los cinco poderes del Estado
Pero volvamos con la Asamblea Nacional que dirige este Rocambole de dos siglos: Henry Ramos. Ahora se declaró el futuro. Auspicia un supuesto choque de poderes cuando en realidad promueve, a partir de una mayoría circunstancial en el Parlamento, la rebelión de uno de los cinco poderes del Estado. No cuenta con mucho. Simplemente que como gran titiritero está el poder político, la intimidación y los dólares de los Estados Unidos. Más nada.
Hagamos balance. Hay una decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de suspender la elección de los tres diputados que corresponden al estado Amazonas, ante evidencias de fraude. La Asamblea del cotorrero Henry Ramos, primero rechazó el pronunciamiento del TSJ, luego lo acató y ahora pretende incorporar a los diputados chimbos. Peligroso esto.
¿Qué se busca? Crear caos y buscar la intervención de Estados Unidos. La derecha venezolana tiene sus mejores aliados fuera de Venezuela. Los voceros políticos y militares de Estados Unidos declaran en favor de la MUD-opositora. Mueven sus piezas en la OEA y piden aplicación de la hemisférica Carta Democrática.
Invocan la intervención humanitaria para contrabandear el injerencia momento estadounidense. En Miami los agentes de la CIA delinean líneas que conduzcan a hacer de esta Tierra de Gracia un Estado Fallido, excusa para Washington. No se sorprenda que ahora el cirquero Ramos Allup diga “botó tierra y no juego más”.
Lo cierto del caso es que según las leyes y la Constitución de Venezuela, independiente es el Tribunal Supremo de Justicia y particularmente la Sala Constitucional, el que debe dirimir asuntos de orden político en Venezuela. No Estados Unidos como le gustan a los derechistas.
Es oportuno precisar una expresión del sociólogo y antropólogo Tamer Sarkis: la burguesía no solamente pretende instaurar un nuevo orden de burocracia. Pretende fundamentalmente crear un nuevo orden de aristocracia. Quizás Henry Ramos cree que tiene tiempo.
Ante los desvaríos de la derecha solamente vale el pueblo revolucionario. Tamer Sarkis, hace una acotación: «Solamente una verdadera dirección del pueblo concibe las necesidades espirituales en conjunción con las materiales, sintetizándolas como necesidades humanas».
Al contrario hace el anglosionismo, que tiene una visión estrechamente contable y rentable de lo material, por decirlo así ‘estomacal’, mientras, por eso mismo, solo entiende lo espiritual como contemplación masiva de la cultura de la élite burguesa, cuando las necesidades humanas se desarrollan y satisfacen en el mismo proceso de su puesta en juego práctica”.
Y en verdad, qué cree usted que son las telenovelas. Particularmente esa basura que reproduce los antivalores de la burguesía, con sujetos vagos, que parecen no trabajar y cuyas vidas de lujo y despendio no se corresponde con la mayoría de los televidentes. En efecto, hace falta una revolución cultural.
La crisis capitalista lleva rato. Eso es largo, y el dólar está de por medio. Estados Unidos quiere dominar el mundo con lo peor: Con su industria cultural basura (Hollywood, comics, deportes como entretenimiento y culto al héroe); alimentos transgénicos (maíz, Monsanto y dominio de la propiedad intelectual, tanto en alimentos como en medicinas); armas (para vender a sus amigotes-clientes y para intimidar pueblos).
Hay un sustrato ideológico en todo este asunto. Es necesaria la revolución cultural para que se sienten las bases de una economía que genere bienestar a las masas. Lo demás es mentira de la derecha. Como ocurre en Lara, con el hampa creciendo. Asaltan buses en Sarare y La Miel, no hay policías regionales. En verdad el asunto es cultural. Pueblo, no polítiquería. Revolución es la salida.