Contra Venezuela hay guerra económica, guerra de propaganda, guerra de envidias, y guerra por sus recursos
Julián Rivas
Las burguesías hacen política, pretenden controlar naciones, Estados, gobiernos, territorios, plegarse a la hegemonía global de los Estados Unidos, y luego aseguran que son demócratas.
Esta es la gran tragedia del mundo de hoy. Por fortuna los pueblos luchan y van a arreciar en los próximos tiempos.
Para imponer sus criterios oligárquicos, las burguesías necesitan la legitimidad o el silencio de los pueblos, razón por la cual el autoritarismo liberal y en última instancia el fascismo son sus recursos de emergencia.
La propaganda es sencillita, el capitalismo es democracia y los grandes medios garantizan la libertad. Trump y Clinton son lideres populares. Esto es mamadera de gallos.
Las burguesías de hoy inevitablemente se dirigen a formas autoritarias de gobierno. Ahí esta el caso de Brasil y la maniobra golpista contra Dilma Rousseff.
Así es la burguesía. Estamos en Brasil, donde el fantasma del servilismo portugués a los anglosajones sigue vivo.
Hubo tiempo de preparar un boicot a los Juegos Olímpicos de Río, pero los aristócratas dejaron para después de los Juegos la decisión de reemplazar a Rousseff. Cuestión de forma. Ahí lo tienen, sin respeto a los pueblos ni consideraciones democráticas.
Lo mismo ocurriría en Venezuela si llegan a gobernar estos derechistas agrupados en la MUD. Palo contra el pueblo, reducción de la Fuerza Armada y entrega del país. Vemos sujetos irresponsables como Capriles, Henry Falcón, Henry Ramos, dispuestos a entregarse a Estados Unidos.
No hablemos de un sujeto de nombre Florido, tan nocivo como el Floripondio. Pretende hacer política exterior contra Venezuela. Parece cómico, salido de Radio Rochela, pero es grave.
Ahora, si usted es de los que hace o comprende la política a partir de las acciones y postulados de Chúo Torrealba y la MUD eso es asunto suyo. Pero tenga la seguridad de que no parara el mundo.
Un comentario adicional, creímos que este Felipe Pérez era serio, pero no. Acusó de soviéticos a los Clap. Un programa de alimentos que es necesario ante la emergencia. Ya hablaremos de este sujeto, renegado y por demás embustero. Triste.
GUERRA ES GUERRA
El pueblo ha tenido suficiente paciencia para soportar la guerra económica. Ha demostrado estoicismo en estos tiempos duros en que los precios de bienes y servicios básicos se comportan como si fueran de países de la periferia europea pero los salarios son del Tercer Mundo.
Aquí está la fuente de la situación de malestar social. Los prebostes del comercio y la industria tienen responsabilidad, que eluden.
Ya va a salir más de un necio a decir que no hay guerra económica. Contra Venezuela hay guerra económica, guerra de propaganda, guerra de envidias, y guerra por sus recursos. Y eso fue pronosticado.
Hay un libro, “El petróleo en la guerra mundial”, de Jean-Jacques Berreby, publicado en 1974, que advirtió sobra las futuras guerras económicas, particularmente contra países con grandes reservas de petróleo.
Venezuela requiere debatir sobre la guerra económica. El pueblo sabe que existe. Si va a buscar un boleto aéreo internacional se entera que en los últimos tiempos ha disminuido el numero de aerolíneas.
Si leyó esta semana que Aerolíneas Argentinas se retira de Venezuela alegando inseguridad, qué angelicales estos sureños, lindos chicos.
Si va a hacer una llamada internacional se entera que desde los celulares no es posible cuando hace poco era asunto rutinario.
Incluso si ve que la Federación Internacional de Tenis pretende anular unos partidos en Venezuela, alegando inseguridad en el país.
Hay quienes sostienen que en Venezuela hace falta liderazgo. Seguramente. Por lo menos hay que discutir asuntos de gran importancia que requieren liderazgo, como el grueso asunto de si efectivamente Caracas puede seguir siendo la capital de Venezuela.
Miles de ociosos venden verduras en las calles de esta urbe desordenada, alimentos que no producen y que llegan a sus manos luego de pasar por tres, cuatro y hasta cinco intermediarios.
Un amigo sostiene que no puede haber trabajo productivo en un valle tan estrecho que duda que sea valle. Es un cráter, asegura.
Igualmente se podría debatir sobre la naturaleza de los partidos. Vemos que los partidos derechistas son apéndice de Estados Unidos. También son instrumentos de grupos, como la franquicia adeca en manos de Henry Ramos y sus amigotes.
Para esta discusión sobre los partidos y sus derivaciones oligárquicas, grupalistas, nepóticas, es recomendable el estudio del libro de Robert Michels, en dos tomos: “Los partidos políticos”.
Toda lectura favorece el esfuerzo por construir una democracia revolucionaria en la medida en que su contenido es objeto de debate. Hay que debatir. Hasta en el chavismo hay observaciones.
Nos decía un muchacho de las afueras de Caracas que los delegados de su zona no son capaces de llevar un reclamo a los dirigentes del partido. Van a las reuniones nacionales y simplemente terminan de “pescueceros”.
¿Qué, cómo? Bueno, regresan a sus regiones con selfies, fotos tomadas con teléfonos celulares, sonrientes con dirigentes del partido, en las que por lo general el que hace la gráfica evidencia un esfuerzo físico al alargar el pescuezo. Caramba.
Ah claro, Venezuela no es Colombia, donde acaban de firmar un pacto de paz sin soberanía. Esto es lo que gusta a los gringos, que le preserven sus intereses, que todos sean indiferentes ante la instalación de sus bases militares.
Democracia y hegemonía perfecta la de la oligarquía colombiana, por eso los carmonistas se sienten de lo mejor en Bogotá. Uribe aplaude.
Colombia es una base anglosionista. Brasil es sacado de los Brics. La idea es geopolítica, aislar a China y Rusia. Inteligente Estados Unidos. Incluso, estos perniciosos gringos pisan el acelerador global, no hay zona donde no amarren acuerdos con incidencia militar.
El pasado 30 de agosto firmaron con el gobierno de India un acuerdo de asistencia y logística militar. El “Logistic Exchange Memorandun of Agreement”, también conocido como Lemoa ya está dando qué hablar en el Océano Índico y el Estrecho de Malaca, el Mar del Sur de China.
Qué mundo tan loco. En el Caribe los anglosionistas tienen sus partidos y si llegan a gobernar harán lo mismo. Pregúntele a Ramón Guillermo Aveledo por qué dijo que hay que reducir a la Fuerza Armada si la MUD llega al gobierno.
Vieron que el asunto no es rochela. Es serio. Tan serio que en Colombia a muchos no les está gustando esa paz de la Otan. Averigüe. Como está el cerro, Toya. Uh muchachonas, aprieten duro, ese cerro está resbaloso.
Con el socialismo, su puesta en el debate diario, ocurre algo bien curioso. Quienes creyeron que lo enterraron en 1991 deben notar que la capacidad de reconstrucción del debate sobre la pertinencia del socialismo y la democracia revolucionaria se dio en corto tiempo.
No se necesitaron diez siglos, como ocurrió con las ideas de la época clásica en la edad media. El socialismo sigue su marcha.
La emancipación de los pueblos es una ardua tarea de lucha de ideas, y seguramente de otros sacrificios en los campos de batalla.
Por supuesto que el debate del socialismo se hace a partir de lo andado, de las experiencias en los siglos diecinueve y veinte. Pero fundamentalmente se hace a partir de lo que vemos a diario, de la experiencia del capitalismo realmente existente hoy día.
Hay guerra económica, lo que no se ve es condena a los responsables. La geopolítica existe desde que el mundo es mundo, y la lucha de clases también.
Luis Althusser decía que el camino es largo. Y algo peor, que del artificio a la impostura el camino es corto. Usted verá dónde se anota. ¡Viva Venezuela y su pueblo!