¿Qué se persigue al dejar a la gente sin liquidez? ¿Qué vean lo poderoso o imbécil que es el Gobierno?
Luis Fuenmayor Toro
Los últimos acontecimientos, y no me refiero a la actitud de AD de no sentarse en la Mesa de “Diálogo” (la posición de Voluntad Popular ya la conocía), sino al jocoso caso de los billetes de cien bolívares. Me disculpan los estrategas financieros de muy alto IQ (siglas en inglés para no tener que discutir por Facebook si hablamos español o castellano) por el calificativo que uso, pero es que la lógica empleada en la instrumentación de la medida deja mucho que desear, para no entrar en detalles en relación con las causas de la misma, pues imagino que es una de esas ideas deslumbrantes del asesor gallego (me perdonan los gallegos) que tiene Maduro y que, luego de visitar muchos países ofreciendo sus servicios, consiguió su gallina de los huevos de oro con el actual gobierno bolivariano, donde su contraparte es el igualmente brillante ministro Jesús Farías.
Maduro nos informa o manipula, ustedes deciden, sobre el atentado terrorista contra nuestro valioso y muy estable signo monetario, alias el bolívar fuerte, por parte del imperio y de la oligarquía neogranadina, en estrecha alianza con el pelucón (no Trump, que es el jefe de los pelucones, según nuestro bien hablado Presidente) de la Polar y con María Corina, Ledezma y Leopoldo, y se investiga si la alta gerencia del BOD, bajo la mirada complaciente de Ramos Allup. Aparentemente, estos genios del mal, dignos de asociarse al Guasón, el archi enemigo de Batman, organizaron el secuestro de cientos de miles de billetes de cien bolívares y, al no conseguir cobrar un rescate por los mismos, debido a que no valen absolutamente nada, los tienen en grandes pacas en galpones de Maicao, Cúcuta y otras zonas colombianas, a la espera de que se revaloricen con las medidas económicas que, gracias a la Ley de Emergencia del sector, está instrumentando el Presidente obrero.
Valiente y enérgico, Maduro decide, aplaudido por unos que tienen menos IQ que él (me refiero a gente honesta pero boba), cerrar la frontera con Colombia, sitio por donde Vielma Mora y Arias Cárdenas junto con la GNB permiten el paso de los secuestradores de billetes, y dar tres días para recoger hasta el último billete de cien que ande realengo, para de esta forma proteger la economía venezolana bombardeada inmisericordemente desde el extranjero. La banca oficial fue la encargada inicialmente de recibir los billetes, asesorada por el experto en seguridad monetaria Nestor Reverol. Son miles de millones de billetes de cien, circulando en las calles sin la protección debida, por lo que se da un plazo de tres días para realizar esta delicada operación de altas finanzas.
Un profesor de la USB, matemático y amigo, sacó unas cuentas según las cuales se requerirían aproximadamente 1.130 horas de taquilla bancaria, para poder canjear todos los billetes de cien bolívares. A través de las redes, informamos esta realidad matemática y humildemente sugerimos, sin ser expertos gallegos ni gochos, que sumaran a la banca no oficial en la recolecta de billetes y extendieran el plazo a unos tres meses. Parcialmente han ido modificando las muy estrictas y revolucionarias condiciones impuestas por el Presidente obrero, con quien nunca fueron tan estrictos sus jefes, según dicen, en el Metro de la llamada cuarta república. Las largas filas en las agencias bancarias y los asaltos, como se predijo, no se hicieron esperar.
Se le pide a la gente que entregue los billetes de cien bolívares, para ser depositados y Maduro habla de que utilicen el dinero electrónico para pagar, refiriéndose a las tarjetas de débito y de crédito, que la mayoría no tiene. ¿Y para pagar la gasolina? ¿Y para comprar un jugo de naranja o un café o un perro caliente en la calle? ¿Y para pagar la tarifa de los estacionamientos o la buseta del transporte público? ¿Y el pago del Metro y el moto taxi? ¿Y los fósforos que venden sólo los buhoneros? ¿Un helado? Y tantas otras cosas que requieren de efectivo. Tendremos que ser eso que Banesco llama “los cheque cheque”. ¿Qué se persigue al dejar a la gente sin liquidez? ¿Qué vean lo poderoso o imbécil que es el Gobierno?
Ahora, sólo se aceptarán los billetes que se puedan cargar encima (¿?). No hay monto definido. El Presidente dijo algo así como que no se les ocurra ir con una carretilla llena de billetes, porque esos no se los van a aceptar, sino tendrán que darles un destino menos limpio, como afirmó otro bien hablado de la revolución: el capitán Pedro Carreño. Algunos creen que decir vulgaridades y hablar groseramente es signo de fortaleza y valentía. Pero lo más curioso es que si se va a un cajero a buscar efectivo, pues ya se salió de los billetes de cien que se tenía, el cajero sólo dispensa billetes de cien. Es decir que por un lado los recogen y por el otro los entregan y en el mismo sitio. ¿No es esto una locura? Es la lógica de lo ilógico o del absurdo. Nos dice claramente en manos de quiénes estamos, si es que con todo lo ocurrido en casi 18 años algunos no se habían dado cuenta.
Después culpan a otros de sus dislates. Le dan con esta actitud demasiado crédito a la oposición de la MUD, que al no gobernar (afortunadamente) no pueden cometer los horrores, que no errores, de Maduro y sus pesuvecos. La MUD escasamente puede enfrentar sus propios problemas internos y la caída pública de su credibilidad por sus errores, mentiras, manipulaciones e inconsecuencias. Si seguimos entre ambos no vamos a salir del pantano donde nos sumergieron. Por Venezuela debemos construir una alianza nacional de nuevo tipo; pero éste será un tema para próximos artículos.