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Luis Fuenmayor Toro: Cese de los ataques al Instituto de Medicina Tropical

Instituto de Medicina Tropical

Las autoridades deben detener la destrucción de laboratorios del pueblo venezolano y deben castigar a los responsables


Luis Fuenmayor Toro

El 14 de octubre de 2017, el Instituto de Medicina Tropical (IMT) de la Escuela de Medicina Luis Razetti, UCV, cumplirá 70 años, como centro especializado en enfermedades infecciosas y parasitarias, particularmente aquéllas propias del trópico venezolano. En estas siete décadas, el IMT ha cumplido con las tres funciones esenciales universitarias. La educativa, a través de sus cátedras Microbiología, Parasitología y Medicina Tropical, que atienden a unos 900 estudiantes de medicina anualmente, más de veinte mil en las últimas dos décadas, entre los cuales se cuenta a la recién juramentada ministro de Salud, Antonieta Caporale.

Además, en el IMT funciona el Postgrado Nacional de Parasitología, sustentado en las nueve universidades más grandes del país, los institutos de investigación IVIC e IDEA y el Ministerio de Salud, a través del IADES. Este postgrado forma personal de muy alto nivel en programas de maestría y doctorado, para enfrentar las enfermedades de la pobreza. Lamentablemente ha interrumpido a partir de este año sus actividades, pues las becas requeridas por sus cursantes tienen 13 años sin recibirse y el financiamiento de las investigaciones que realizan no existe, pues pareciera que el Chagas, la malaria, la leishmaniasis, las diarreas, las virosis, no son prioritarias para el Fonacit.

Es conocido el gran impacto del IMT en el conocimiento y tratamiento de las enfermedades infecciosas y parasitarias, que afectan a nuestro país. De hecho, es la institución más productiva científicamente del sector salud nacional. Sus mayores aportes han sido en Chagas, malaria, leishmaniasis, esquistosomiasis, paragonimiasis, fascioliasis, micosis, cardiología experimental y humana, entomología y afecciones virales como Chikungunya, Zika, Dengue, HIV-SIDA y hepatitis. Tiene el único laboratorio nacional y uno de los pocos en toda Latinoamérica que produce péptidos químicamente con fines de diagnóstico y vacunas. Sus investigadores forman parte de las más prestigiosas asociaciones científicas y organismos nacionales e internacionales.

El instituto es un centro de referencia mundial para enfermedades parasitarias e infecciosas y atiende un centenar de pacientes diarios, clínicamente y con pruebas especiales de laboratorio, algunas de las cuales sólo se hacen en el IMT. La mayoría de las pruebas son hechas con antígenos producidos en el propio instituto, evitando el uso de “kits” importados, por lo que en épocas de crisis como la actual ha podido continuar ofreciendo sus servicios al país. De allí, que sea una institución indispensable para Venezuela. Personal del IMT, adscrito “ad honorem” al Centro para Estudios sobre Malaria (CEM) del Instituto de Altos Estudios “Dr. Arnoldo Gabaldón”, atiende los casos de paludismo que llegan a la región capital, sobre todo los graves y complicados.

El IMT asesora, además, a diferentes ministerios, gobernaciones y alcaldías, en cuanto a insectos y usos de plaguicidas, animales ponzoñosos, a través de la Sección de Entomología y del serpentario con cerca de 300 serpientes venenosas, a las que se extrae el veneno que utiliza para fabricar el suero antiofídico de uso nacional e internacional la Facultad de Farmacia de la UCV. Su Centro de Imágenes Biomédicas Computarizadas realiza teleconferencias, seminarios y clases de acceso universal.

El IMT edita la primera revista virtual en salud “Vitae” y dispone de un directorio en el CAIBCO con páginas especializadas en patologías tropicales (accidentes ponzoñosos, malaria, etc.), así como de la asistencia médica a distancia “SOS”, que es un servicio de telemedicina, al cual están afiliados varios estados del país. Asimismo, el instituto es la sede de la red PROMED para Hispanoamérica, a través de la cual se emite información diaria sobre los brotes epidémicos que se suceden en el mundo, red de alerta médica para que los países tomen medidas sobre la posible dispersión de esas epidemias.

Todas estas funciones están siendo afectadas por los múltiples robos y actos de barbarie, con destrucción de equipos e instalaciones, que vienen ocurriendo desde hace meses: 27 durante 2016, dos de ellos afectando al CEM, que han mermado la capacidad de respuesta en la lucha contra las enfermedades y se han transformado en una tragedia indetenible, ya que los ministerios encargados de protegerlos: Educación Universitaria y Salud, no han hecho nada sobre lo sucedido hasta ahora. Sabemos, a través del CIPC, que el vandalismo ha sido causado por unos 6 individuos armados, algunos del cuerpo de vigilancia de la UCV, pertenecientes al colectivo “La Piedrita”. Las diligencias del CICPC han capturado a algunos de estos delincuentes, pero antes de su imputación y detención el Ministerio de Interior y Justicia ha ordenado su liberación.

Las más recientes incursiones ocurrieron en las dos últimas semanas de 2016, afectando a los laboratorios de la parte posterior del IMT: cortaron y sustrajeron los cables de electricidad, interrumpiendo la energía de toda el área, con la consiguiente pérdida de miles de muestras hemáticas de pacientes pobres atendidos en el IMT, así como de reactivos para las pruebas diagnósticas. Entraron también, a través del techo, en el laboratorio de Malaria (CEM) y robaron 6 costosas computadoras y dos equipos grandes de aire acondicionado. Injustificable que el Gobierno nacional, en conocimiento de los ataques reiterados a estas instituciones que tanto apoyan a los Ministerios de Salud y Educación Universitaria y a miles de pacientes, en su mayoría de escasos recursos, siga permitiendo el acoso de esta banda de delincuentes, que destruye el patrimonio nacional y hace más exigua la capacidad de atender enfermedades como la malaria (1,5 millones de casos en 2016), dengue, Chikungunya, Chagas, leishmaniasis, Zika, en las que el IMT tiene un papel fundamental.

Hacemos un llamado a la Fiscal General Luisa Ortega Díaz, al Defensor del Pueblo Tarek William Saab, al ministro de Educación Universitaria Hugbel Roa, a la ministro de Salud Antonieta Caporale y a la rectora Cecilia García, a que detengan esta destrucción de laboratorios del pueblo venezolano y se castigue a los responsables de tamaño crimen.