El primer paso es que los no-colaboracionistas den un viraje estratégico uniéndose a los radicales independientes, que somos mayoría en el país, con el objetivo inmediato de hacer cumplir la salida constitucional de Maduro y su banda, aprobada pero no ejecutada por la AN
Jesús Antonio Petit Da Costa
En el siglo XIX la situación de Venezuela habría provocado la guerra civil. En el siglo XX se habría producido la rebelión militar o cívico-militar. Pero en el año 17 del siglo XXI no ha habido ni lo uno ni lo otro. Nada de nada. Entre los motivos de que no haya pasado nada está el acierto estratégico de Cuba al inventar la MUD después de los sucesos de 2002. Ha sido su mejor instrumento colaboracionista. Le ha servido para que no haya rebelión civil ni militar ni cívico militar. A cambio de escasas cuotas de poder territorial con presupuesto suficiente para sostener partiditos, ha impedido que el pueblo se rebele, metiendo miedo de tomar la calle y creando la ilusión imposible de la salida pacífica, constitucional y electoral.
El pueblo puso a prueba la salida electoral cuando eligió una mayoría calificada de 112 diputados. De nada sirvió. Maduro neutralizó la AN con un golpe de Estado, que por ser suyo se lo califica de AUTOGOLPE. No hay, pues, salida electoral. Está bloqueada por el AUTOGOLPE. Visto el fracaso, los no-colaboracionistas dentro de la MUD obligaron a ensayar la salida constitucional de este modo: 1.- Declarar la falta absoluta de Maduro por abandono del cargo, el cual queda así acéfalo o vacante como lo está actualmente conforme a la Constitución (Acuerdo del 09-01-17); 2.- Dejar sin efecto el nombramiento de 15 Magistrados con sus respectivos suplentes, por lo cual el TSJ está ilegalmente constituido actualmente, lo que obliga a desconocer su autoridad y desacatar sus sentencias por ser nulas; y, 3.- Declarar la ruptura del orden constitucional por el AUTOGOLPE de Maduro (Acuerdo del 23-10-16), supuesto de hecho para la aplicación del Art. 333 de la Constitución que nos obliga a todos, civiles y militares, a restablecer la vigencia efectiva de la Constitución. Todas estas decisiones conducen a la ineludible tarea de forzar a Maduro y a los Magistrados del TSJ, como también a los miembros del CNE, a entregar sus cargos a quienes designe la AN: a) En el caso de Maduro por ser el Vicepresidente inelegible al tener doble nacionalidad; b) En el caso del TSJ, interinamente mientras se eligen los titulares conforme a la Constitución; c) En el caso del CNE nombrando el reemplazo de los titulares que inconstitucionalmente eligió el TSJ.
Esta es la salida constitucional aprobada por la AN. Pero tanto la salida electoral, como lo hemos dicho, como la salida constitucional están bloqueadas por el AUTOGOLPE de Maduro, que cuenta con la colaboración de los infiltrados suyos en la MUD y los colaboracionistas que tienen las agallas abiertas para tragarse el dinero de las gobernaciones. Infiltrados y colaboracionistas han paralizado a la MUD, que no hace nada para que se ejecuten los acuerdos de la AN. Exagerando el colaboracionismo algunos de sus voceros se han dedicado a promover la cobardía colectiva infundiendo miedo a salir a la calle, porque “ay, puede haber sangre.”
Entonces la conclusión es que, por el AUTOGOLPE de Maduro, a cuyo éxito contribuyen sus infiltrados en la MUD y los colaboracionistas, no hay salida electoral ni constitucional, y al no haberlas tampoco la hay pacífica, porque el único modo de acabar con el AUTOGOLPE de Maduro es el CONTRAGOLPE CONSTITUCIONAL que ordenan los Arts. 333 y 350 de la Constitución. Al que llamamos OPERACIÓN LARRAZÁBAL II.
El primer paso para activar la OPERACIÓN LARRAZÁBAL II es que los no-colaboracionistas que están dentro de la MUD (concretamente López y Voluntad Popular, Machado y Vente Venezuela, Ledezma y ABP, junto con la docena de partidos minoritarios) den un viraje estratégico o golpe de timón aliándose con los independientes radicales que somos mayoría en el país (a los que se nos unirán los militantes de base de AD y COPEI rompiendo con las cúpulas). Y formemos una alianza con el objetivo inmediato de hacer cumplir los acuerdos de la AN, única salida constitucional de la crisis, valiéndonos de la movilización popular de calle en forma de desobediencia civil masiva.
Decídanse ya o perderán también el autobús con destino al poder.