Unos 21.643 homicidios de jóvenes menores de 35 años se registraron en 2016, nueve de cada 10 víctimas son varones de estratos pobres
Redacción La Razón
La gran mayoría de las víctimas de la violencia en Venezuela son jóvenes. De las 28.479 muertes violentas del año 2016, las estimaciones del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) indican que 21.643 personas tenían menos de 35 años de edad, es decir, un 76% del total de fallecidos. Así lo indica el último informe de la organización titulado «Cifras rojas de la juventud», con motivo a al conmemoración nacional del día de la juventud.
En el año 2016 fallecieron 9.967 jóvenes menores de 21 años, como resultado de la violencia, ese número representa un promedio de 27 fallecidos por cada día del año. De ellos, 854 tenían menos de 15 años, esto significa 2 menores de 15 años asesinados cada día.
La mayoría de estos jóvenes que fueron víctimas de homicidios son hombres, cerca de 9 de cada 10 de las muertes contabilizadas, y aunque ha aumentado la proporción de las mujeres, todavía es muy amplia la diferencia.
«Esos hombres jóvenes son también pobres. Si bien la criminalidad afecta a todos los sectores sociales, son los habitantes de los sectores populares del país quienes más padecen las muertes violentas; en contextos de pobreza, la vida del joven está siendo regulada y sometida por el miedo, la injusticia y el abuso. Una gran cantidad de estos jóvenes son también padres que han dejado a sus hijos huérfanos», indica el OVV en su informe.
Vulnerabilidad para delinquir
La educación y el trabajo también se han visto debilitados como mecanismos de integración social. El Observatorio señala que una parte importante de la juventud abandona el sistema escolar entre los 11 y los 15 años de edad: 2 de cada 5 jóvenes no asisten regularmente a un centro de educación.
De estos alumnos que abandonan el sistema escolar muchos no logran integrarse al mercado de trabajo, «no hay las oportunidades suficientes y las remuneraciones no resultan atractivas».
«31% de los jóvenes ni trabajan ni estudian»
Según las cifras de la organización un 31% de los jóvenes constituyen unos verdaderos “ni-ni”: ni trabajan ni estudian, y son, por lo tanto, «el caldo de cultivo propicio para el reclutamiento criminal y para ser víctimas vulnerables de la violencia».
Además de ser el sector más vulnerable a ser víctima de la violencia, también son los más propensos a delinquir y convertirse en potenciales victimarios. Según los registros de monitoreo de prensa, un 72% de los victimarios tiene menos de 35 años, y casi la mitad de este grupo posee entre 20 y 24 años, representando el 32%.
«La acumulación de más de una década de muy altas tasas de homicidio está alterando la tradicional composición etaria y de sexo de la población. Al reducirse el número de hombres jóvenes se genera un impacto demográfico que afectará las condiciones del progreso y el desarrollo en el futuro del país», señala el estudio.
Los equipos de investigación de las universidades nacionales que integran el Observatorio (UCV en Caracas, ULA en Mérida, UDO en Sucre, UCAB en Bolivar, UCAT en Táchira y UCLA en Lara) terminan el informe mostrando su preocupación por la violencia que padece la juventud venezolana y exigiendo políticas y programas públicos que reconozcan a los jóvenes como sujetos de derechos y agentes fundamentales del desarrollo.