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Jesús Petit Da Costa: No hay sustituto para la victoria

Manifestantes en Caracas

Debemos crearla con un movimiento coincidente de pueblo, políticos no colaboracionistas y militares decentes, que forman las tres divisiones del ejército de la democracia y el bienestar


Jesús Antonio Petit Da Costa

Estamos en la batalla decisiva por Venezuela y por América Latina. El desenlace se producirá en julio. Si ganan ellos nos hundiremos en el peor de los comunismos, el cubano, y perderemos totalmente la soberanía porque Venezuela será absorbida por Cuba, consolidándose el gobierno que viene ejerciendo sobre nosotros la  monarquía comunista cubana al ser absorbido nuestro país en la Confederación Vene-Cuba que se constituirá. Y entonces estaremos condenados irremediablemente a la tiranía y la pobreza como los cubanos.

Estamos, pues, obligados a ganar. Digámoslo con palabras del general Mac Arthur: “no hay sustituto de la victoria.” Y agreguemos otra frase suya aplicable a la política: “Planteada la guerra hay que ganarla rápido”. En nuestro caso, en junio. Ya había dicho Sun Tzu hace 2.500 años, aplicable también a la política: “Lo importante en una operación militar es la victoria y no la persistencia”, advirtiendo que “la victoria puede ser creada”. Persistencia es continuar con marchas todos los días de aquí para allá. Eso estuvo bien para movilizar a la gente. Ya movilizada, es hora de crear la victoria. ¿Cómo? Ya que política y guerra se asemejan, usaré el lenguaje de ambos estrategas militares para explicarlo.

Tenemos tres divisiones para el asalto final. La primera, la formada por los políticos no-colaboracionistas. La segunda, la integrada por los militares decentes. Y la tercera, la más importante: integrada por el pueblo. Esta última (llamémosla Tercera División) ha sido la movilizada hasta ahora. Ha cumplido el encargo de desgastar al enemigo en escaramuzas, que a su vez le han servido de entrenamiento. Se han destacado los jóvenes, derrochando valor e ingenio. Merecen ser equiparados a la juventud de las generaciones más destacadas: 1810, 1928 y 1958. Honor a esta juventud que se la creía perdida. No lo estaba. Ha demostrado que esperaba el llamado de la patria. Habrá que recompensarla con un porvenir de éxitos personales y profesionales después de la victoria. La recompensa será realizarse en la vida y bienestar personal.

Toca ahora a la división de los políticos no-colaboracionistas (Primera División) pasar al ataque desde la plaza que ocupa (Asamblea Nacional) procediendo a dar el CONTRAGOLPE CONSTITUCIONAL de este modo: 1) Dejar fuera de combate al vicepresidente Aissami removiéndolo del cargo por haber participado en la ruptura del orden constitucional; 2) Ocupar la plaza de la Presidencia de la República, vacante desde el 9E cuando fue declarada la falta absoluta de Maduro, eligiendo al sustituto que asuma el gobierno de transición y como Comandante en Jefe de la FAN, con lo cual el enemigo quedará sin jefatura; y, 3) Tomar las plazas menores del TSJ, del CNE, de la Contraloría y la Defensoría, designando a quienes deban ocuparlas. Para cumplir con estos objetivos la Primera División de los políticos no-colaboracionistas debe apoyarse con la Tercera División (el pueblo), sumándoseles sin duda la Segunda División (de los Militares Decentes). Al coincidir las tres, victoria segura.

Estamos en esta fase de la batalla decisiva. El problema radica en que la Primera División no tiene jefe. Carece de líder. En estos momentos se nota como nunca antes. Alguien deberá romper esta parálisis. Alguien deberá tener la audacia de dar el paso decisivo y convocar al asalto del poder. Si ninguno lo hace, pueblo insurrecto y militares decentes tendrán que hacerlo pasando por encima de ellos y obligándolos a legitimar los hechos consumados.

Recordemos: no hay sustituto de la victoria. En consecuencia, estamos obligados a crearla. Y rápido.

@petitdacosta