¿Reciprocidad? ¿Y eso con qué se come? – preguntó “El Hombre del Braguetazo” cuando le llegó la orden desde La Habana
O.E.
Reciprocidad. Así llaman en la jerga diplomática, determinada práctica de los Estados, en sus relaciones entre sí. Por ejemplo, si la republiqueta de Cocainastán declara “persona non grata” al embajador de Chorozuela y le exige que abandone su territorio en 72 horas, la cancillería de Chorozuela hace lo propio con el jefe de misión de Cocainastán y dentro del mismo plazo lo montan en un avión y le dicen: “¡Muérete que chao!”. Lo que es igual, no es trampa.
Cuando míster Trump anunció esta semana que les prohibía aposentarse en EE UU a ciertos funcionarios del desgobierno del señor Maduro, incluidos hijos, nietos, suegras, cuñadas, esposas, segundos y terceros frentes, los afectados pusieron el grito en el Cielo.
—¿Reciprocidad? ¿Y eso con qué se come? —preguntó “El Hombre del Braguetazo” cuando desde La Habana le llegó la orden de adoptar represalias—.
Para deliberar sobre contramedidas específicas fue convocada el “Ala Iluminada” del chavomadurismo encabezada por el diputado “Louis Vuitton” y por su colega que presume de fosforescente —siempre que esté apoyada por espalderos y por alcahuetes judiciales de sus latrocinios—. Si esos son los iluminados, cómo serán los opacos.
“¡No les enviemos más barriles de petróleo!”, reclamó el primero de los suciodichos. “¡Suspendámosles las remesas de perico, piedra, mafafa, matraca, rinquincalla y otros carburantes de alto octanaje”, lo secundó la sargentona referida, en medio de una de sus tronas (mentales y sentimentales, no se piense mal).
Tales sanciones, por lo general, resultan simbólicas, inútiles, contraproducentes y lo peor: se revierten contra los presuntos verdugos. Los ta’ barato dame dos bolivarianos ya no podrán vaciar, literalmente, los shopping malls mayameros, ni realizar sus mil millonarias colocaciones en la banca de esa localidad, para desgracia de los electores de míster Trump. En cuanto a los próceres robucionarios, ¿de dónde van a sacar botín si suspenden los envíos de crudo y el tráfico no precisamente de poesía hacia el Imperio?
El contraataque del cónclave fue lúcido: Mandemos varios centenares de estudiantes venezolanos presos, ¡carajo! Pa’ que esos gringos sepan que así ¡así! es que se “gobielna”.