La democracia liberal es un embuste, el autoritarismo es un instrumento de dominación
Julián Rivas
Increíble este Mariano Rajoy, jefe de gobierno de España. Va a Washington a hablar mal de Venezuela cuando tiene el rancho ardiendo. Cataluña, un volcán de siglos le estalla en la cara, y él “preocupado” por Venezuela va a hablar con el señor Trump. Suele decirse que los borbones ni olvidan ni aprenden. Pero este Rajoy es un caso para la antología de los políticos equivocados. Que intervengan las Naciones Unidas, los cascos azules. O No?
Es más, Rajoy actúa como el sujeto de Guayana que trabajaba en las minas. Preocupado por las enfermedades tropicales (incluyendo el paludismo) un día le dijo a la mujer que le rascara la barba porque entre otros males tenía una picazón, un escozor raro. La mujer sorprendida, lo miró como a un sujeto extraño. En todo caso, le registró la barba y le encontró ladillas! Ahí tomó fuerza la tesis del divorcio, que llegó con el tiempo.
Señor Rajoy, usted ha heredado un problema de siglos. El asunto no es Venezuela ni su economía. Es España.
Por lo demás, Rajoy trae al recuerdo las viejas lecturas de Lenin, quien llegó a calificar a Lloyd Georges, primer ministro inglés de hace un siglo, como un “adocenado liberal”. Nada más parecido a Rajoy, la economía española en el suelo pero él, bañado de teoría burguesa-fascistoide, pide libertades para Venezuela. Y eso es Rajoy, un adocenado liberal. Una década de crisis económica en España y este sujeto va a Estados Unidos a ofrecer rueda de prensa sobre Venezuela. “Preocupa el empobrecimiento y la deriva totalitaria en Venezuela», dijo Rajoy con Trump al lado, y la MUD lo celebra. Ja.
Uno le busca explicación a este Rajoy y no las encuentra fácilmente. Cómo es posible que un sujeto con tal mal performance insista en ser jefe de gobierno de España. Un amigo que sabe de política tiene una explicación: Rajoy necesita limpiar las cuentas ante el desastre y la corrupción de sus años de gobierno. Pudo sugerir a otro dirigente en la reciente crisis en la que España tuvo meses sin jefe de gobierno, cuando las cuentas parlamentarias no cuadraban: Pero él necesita limpiar su corrupción, como el gato, es la sospecha.
Este sujeto lleva por lo menos 30 años al frente de las principales instituciones de España. Por supuesto que su formación política es propia de esa ultraderecha franquista, razón por la cual comparte el discurso represivo contra toda idea de autonomía real en ese collage de pueblos que es España.
Pero a Rajoy le preocupa Venezuela. Primero que todo se ve que no sabe de historia, ni de Venezuela ni de España. A no ser que le ocurra algo que de Konrad Lorenz, el famoso medico que ganó el Nobel de Medicina en 1973, describió así: “Los hombres que tienen una gran confianza en su propio entendimiento –no siempre los más inteligentes ni mucho menos- son a menudo poco sentimentales y están dotados con una capacidad muy modesta para percibir las formas complejas”. Uno no sabe.
En todo caso, tremendo papel le toca a Rajoy con el caso catalán, pero a él solamente se le ocurre mandar a la policía, amenazar con fuerza militar, e incautar papeletas del referéndum, que habría de celebrarse este domingo en Cataluña. Es como el tipo que cree que quitando internet le mujer no se comunicará con el mundo.
Lo cierto es la la historia de Cataluña va muy ligada a la historia de Aragón en los últimos mil años –por no meternos en profundidades limitaremos temporalmente el caso-. Y justamente con Fernando el Católico, inicialmente conocido como Rey de Aragón, Valencia, Mallorca, Cerdeña y conde de Barcelona, y luego Rey de Castilla debido a su matrimonio con Isabel se inicia la ligazón de Cataluña con Castilla. Cuando la decadencia de lo Felipe, en 1640, en adelante, comienza la amputación de Portugal, Holanda y otras provincias europeas, más lo que se conformaba como Brasil. Cataluña también quiso irse. Fue sofocad la rebelión. La paz de los Pirineos significó que una parte de Cataluña, el Rosellón, pasara a Francia en 1659. De ahí adelante, incluyendo la guerra civil del siglo pasado se trata de una historia muy compleja esta de Cataluña. Rajoy métete en esto y olvida a Venezuela, que en todo caso, aquí no existen los copeyanos.
El caso en cierto sentido es como un matrimonio obligado porque si Cataluña se va España se empobrece. Los catalanes siempre fueron dejados a un lado con el poblamiento de América, aunque hubo momentos en que demostraron su valía. Aquí mismo, Juan de Orpin fundó Barcelona a inicios del siglo XVII, igual que Nueva Tarragona (en el punto donde está Boca de Uchire), poblamiento que por causa de la piratería y las ambiciones territoriales d los holandeses se vio obligado a mudanzas río Unare arriba. De esta movilización viene el actual Zaraza. Orpin impulsó un plan de poblamiento que llamó Nueva Cataluña y se extendía hasta orillas del río Manapire en el actual Guárico, que visto hoy todavía tiene serias incidencias en la historia y la cultura regional.
En todo caso, cuando el advenimiento de la revolución francesa, 1790, los catalanes recuperaban presencia en América. Tanto así que las compañías catalanas se establecían en Nueva España (actual México), no solamente presencia económica, también militar. Iban hacia arriba de la actual California, hacia la costa del Oregon (pretendida por los ingleses) y Alaska, soñada y ambicionada por Rusia. Los reconocimientos marítimos en la actual isla de Vancouver, Puerto Valdez y tantos lugares así lo evidencian.
En esos tiempos del siglo XVIII, particularmente en Venezuela, el rey Carlos III no solamente implantó la Capitanía General en 1777 sino que promovió movimientos migratorios de catalanes para “industrializar Venezuela”. En la provincia de Cumaná, es decir el oriente venezolano los catalanes fueron muy activos. Hasta el sol de hoy.
Hay una huella catalana en Venezuela. El padre de mi madre, mi abuelo, era de apellido Figueras, provenía de esas familias de origen catalán, trabajadoras y emprendedoras, marinos, agricultores, industriales, que desde la colonia llegaron a Río Caribe y el oriente. Gustaba del papelón, el casabe, pero le era infaltable el “aceite de Castilla”, como llamaban hasta hace poco el aceite de oliva en Oriente. Era un hombre serio, austero, buen padre, buen administrador del dinero, y de decisiones firmes, hombre de palabra, con firme concepto de la dignidad propia y el honor de la familia. Algo así es el catalán. Cuando mi abuelo y su hermano sintieron que un comisario gomecista agredió a la familia, le aplicaron la justicia. Muchos años de exilio en Trinidad, la ruina de la familia, pero aplicaron justicia al bárbaro y ladrón gomero en un país donde desde el Estado no había justicia sino latrocinio.
Bueno, recapitulemos, yo no sé cómo Rajoy saldrá de su paquete, pero no la tiene fácil. Que se olvide de Venezuela. No podrá, porque es reaccionario. Pero Rajoy, son tus barbas las que arden. Ojalá leyera el libro “Homenaje a Cataluña”, de George Orwell. El mejor libro del inglés, olvídese del cuento de los cochinitos en la granja, tan al gusto de los reaccionarios y anticomunistas. Oiga, que Rajoy lea “Homenaje a Cataluña”, para que le abra un poco el raciocinio y aprenda del pasado. Para que no repita el franquismo. Para que no repita errores históricos. Yo no sé en qué terminará este lío, si en España federal, independencia catalana, o con represión. ¿La locura? Dios no lo permita. Pero lo menos en que cree Rajoy es en Dios. Mientras el pueblo catalán está en la calle. Reaccionario tampoco cree en pueblo. La democracia liberal es un embuste, el autoritarismo es un instrumento de dominación. Siglo y los borbones siguen sin aprender. El Rey calla. Pero entiende Rajoy: Cataluña, España, ese es tu rollo. No Venezuela. La “solución democrática y negociada” que propones para Venezuela, ponla en ejecución en beneficio de los ciudadanos catalanes y españoles.
Viva Venezuela, abajo Rajoy y Donald Trump.