“La resistencia es un fenómeno social, una rebelión popular sin precedente, nuestras banderas de libertad y democracia para Venezuela hoy están más vigentes que nunca”
Mónica Duarte
Desde la clandestinidad, el politólogo y expresidente de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad de los Andes, Nixon Moreno, estratega y vocero del movimiento opositor de calle autoproclamado como “La Resistencia”, asegura que es inevitable un nuevo pico de confrontación masiva en el país. Este sería un nuevo y difícil proceso que deberá devenir en “la caída de la tiranía” para luego lograra la tan ansiada reconciliación nacional inmediata.
“Todo está diseñado para que la gente no piense y apenas sobrevivan, no va a ser fácil pero las medidas internacionales ya tienen efectos aguas abajo, lo que sí tenemos que lograr es cohesionar la calle de nuevo en distintos frentes”, explica.
Moreno lleva años en ese proceso de resistencia, militancia y estrategia, ha ido preso, ha estado refugiado, asilado, ha sufrido más de un allanamiento y estuvo en la lista de Interpol. Su historia política comienza como estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad de Los Andes, donde fue presidente de la Federación de Centros Universitarios y posteriormente perseguido por el poder que sumaba, según el mismo relata.
«Soy el venezolano con más asilos políticos, pero siempre supe que el asilo era coyuntural, un repliegue táctico»
Fue acusado de herir a varios policías y supuestamente intentar violar a una agente de la policía de Mérida, caso que le valió su persecución y por el que permaneció dos años refugiado en la nunciatura apostólica, donde hizo su tesis universitaria y tuvo su acto de grado. Luego de ocho años en el exterior, volvió en 2016 tras ver lo que denomina “la primera experiencia de primavera democrática venezolana” con la victoria opositora en las elecciones de diputados en 2015. Desde entonces, ha participado en la lucha de calle camuflado “como un escudero más”.
Moreno afirma que la resistencia en 2017 está teniendo su mayor expresión en la medida en que los partidos tradicionales de la oposición tienen un aparato para lo electoral, “para la oposición en condiciones normales y no en un régimen represivo”.
“Frente a esto la propia dinámica de la resistencia permite llevar adelante la lucha combinada, que implica el quehacer directo en la calle y el trabajo político organizativo de masas, aparte del proceso de concientización global de lo que enfrenta el pueblo venezolano. Por eso para el régimen ha sido difícil derrotar a la resistencia y le es más fácil golpear y controlar a los partidos políticos tradicionales por su naturaleza es electoral y la lucha en condiciones normales”, explica.
¿Quiénes conforman la resistencia?
—La resistencia está conformada por hombres y mujeres de todas las edades, en su mayoría jóvenes que son quienes han sido las víctimas, hoy nuestros mártires. Hemos tenido desde universitarios hasta amas de casa que cosen chalecos y hacen viandas. Entonces la resistencia es una expresión misma del pueblo venezolano de incluso gente que forma parte de la administración pública y que secretamente hace parte de la resistencia, de militares que se ha estado demostrado que forman parte, porque la dinámica de lo que es la resistencia permite que no sea un pueblo uniformado, la resistencia es lo más antifascista que existe, es lo más popular y lo más diverso. Por eso, con todo y la represión ejercida por el régimen no han podido derrotarla, ni en términos militares ni políticos ni ideológicos ni propagandísticos.
Las marchas comenzaron a intensificarse luego de que el TSJ intentó disolver el parlamento con dos sentencias y terminaron cuando la elección e instalación de la ANC se hicieron inevitables ¿Qué se logró en medio? ¿Estamos igual que antes?
—Siempre dentro de las luchas históricas hay un punto de mayor efervescencia, pero desde 2014 la resistencia en todas su expresiones, y aun en las condiciones en que algún sector político intente capitalizar ese descontento, comenzó una nueva fase que implicó que muchos cuadros se incorporaran a organizaciones políticos, se convirtieron en auténticos lideres de opinión. Se construyó al calor de esta resistencia un enorme espectro de redes sociales para lograr romper el cerco comunicacional y el control de la información que surge del país y que no expresa el drama humano y la realidad social que está matando al pueblo de Venezuela. Entonces, estas luchas que venían sosteniéndose para las reformas democráticas y los derechos que exige una sociedad, coincide con un momento histórico con que la Asamblea Nacional llama a la calle.
-Entonces, se convierte en la lucha por la defensa de la República y tiene un mayor impacto y por eso hay una cohesión nacional en unos principios que después muy lamentablemente la directiva de la Asamblea Nacional, por las razones que sean, van abandonando, pero que para la resistencia sigue siendo punta de lanza. Allí es cuando la resistencia pasa a ser, como fenómeno social, una rebelión popular sin precedente en Venezuela y que hoy las consecuencias en carácter positivo aun no pueden ser evaluadas, porque estamos en un reacomodo de fuerzas. El régimen activó un aparato represivo y la resistencia ha venido saltando obstáculos, replanteándose internamente para lograr la caída de la tiranía y el regreso de la democracia al país.
«La resistencia pasa a ser, como fenómeno social, una rebelión popular sin precedente en Venezuela y que hoy las consecuencias en carácter positivo»
¿Qué cambió en el panorama político y social del país?
—Si bien es cierto que el Gobierno quiere presentar que la no presencia en la calle es una derrota, bueno, que se crean eso, porque la realidad siempre terminan venciendo a la ficción propagandística de la tiranía. Hemos logrado demostrar que somos una inmensa mayoría que se expresó el día 16 de julio, sino también la capacidad de organización cuando se produce una unidad de la resistencia y otros actores políticos que es invencible. Se logró un mayor nivel de concientización y acabar con el mito de que rebelarse contra esta tiranía era imposible, insurgieron fuerzas militares y fuerzas políticas. El que no hayamos salido victorioso en ciertas coyunturas son gajes del oficio, es un recodo en el camino. Pero nuestras banderas de libertad y democracia para Venezuela hoy están más vigentes que nunca, porque hoy las condiciones socioeconómicas de los venezolanos, la violación de derechos humanos, el aniquilamiento de la república, la persecución a los líderes de opinión, la detención sistemática a líderes sociales es mayor.
“VÍCTIMAS DE LA FUERZA”
A los líderes de la resistencia se les ha culpado de varias de las muertes que ocurrieron en protestas. ¿Qué dicen ustedes?
—La resistencia no tiene líderes, tiene voceros coyunturales porque en la resistencia cada ciudadano es un líder en sí mismo porque tiene responsabilidades, preceptos y códigos bajo los cuales acciona. Es una característica del fascismo trasladar la responsabilidad y culpar precisamente al oprimido de lo que hace el opresor. La responsabilidad es única y absoluta de quien ejerce la fuerza, quien contra la capacidad de fuego, hay testimonios grabados de que el tirano, Nicolás Maduro, ejerció la dirección y comando para que se ejecutara todas las acciones que terminaron en el asesinato de cientos de compañeros.
¿Se han mantenido en comunicación con las familias de las víctimas?
—La mayoría de las víctimas fueron en las áreas donde vivían, donde resistían. Allí ha sido un luto compartido, un dolor llevado, una ausencia que no superamos, porque eran nuestros hermanos, nuestros vecinos, nuestros compañeros. No solo que hemos estado en comunicación, sino que los familiares se han organizado, aun con todo en contra, para llevar adelante la justicia de sus hijos y vecinos asesinados.
¿Pudieron ser evitadas esas muertes?
—El Estado totalitario tiene como política estructurada la mentira, y dentro de esta existe el estado de negación. Ha sido gracias a las redes sociales y a los periodistas que quedó el registro gráfico de guardias nacionales con armas de fuego, prohibidas por la Constitución, que dispararon contra estudiantes que solo tenían un escudo en sus manos. Hay compañeros de la resistencia que murieron con tiros en la cabeza por francotiradores en azoteas de ministerios. El asesinato sistemático viene y tenemos grabaciones que han demostrado el accionar paramilitar alimentado desde el Ministerio del Interior para la represión y cuyos colectivos inclusive han desfilado para la tiranía y que han sido dirigidos como único elemento para contener el alzamiento popular en los sectores más desposeídos donde mayor descontento ha acumulado el Gobierno. Los asesinatos fueron producidos por la GNB, la PNB, el Sebin y los colectivos.
La resistencia tiene los nombres de cada general, de cada jefe de REDI, de cada unidad de seguridad pública de la Guardia Nacional, jefes de base del Sebin, nombres de colectivos, absolutamente todo está guardado con nuestros compañeros en el exilio para que después sirva para castigar a los responsables de los asesinatos.
«Tenemos grabaciones que han demostrado el accionar paramilitar alimentado desde el Ministerio del Interior para la represión»
“LA LUCHA PUEDE INCLUIR LAS ARMAS DE LA REPÚBLICA”
¿Cómo fueron las estrategias de la resistencia durante las protestas de este año?
—Nosotros creemos que toda lucha, todo puño levantado, toda voz, es legal dentro del 350 y reivindica el derecho a la rebelión de cualquier ciudadano, las marchas, los plantones, todo. Lo que nos faltó fue redimensionar la protesta, porque hubo sectores interesados dentro de la Mesa de la Unidad de llevar control y de querer capitalizar ese movimiento de masas para que se convirtiera en un movimiento electoral y eso no existe, plantear eso sería convertir hierro en oro. Entonces nos conseguimos con un error de la Mesa de que las marchas quedaban cerradas las mismas veces aun cuando ya sabíamos que por ahí no, sino que había que dimensionar y dar paso a personas que conocían la experiencia de resistencia. Ellos creían que el Estado podía ceder, pero nosotros siempre partimos de la premisa de que para este régimen el diálogo y cualquier acción sirve para dilatar la fuerza adversa sin importar el costo humano que eso representa.
¿La lucha armada, violenta, está totalmente descartada por parte de la resistencia?
—Una lucha de liberación se expresa desde la lucha armada hasta la no violencia, desde el rezo colectivo hasta las huelgas de hambres de los prisioneros políticos. Pero en algún momento la resistencia puede aparecer e insurgir en la lucha con las armas de la República y con sectores militares para construir una alternativa frente a la represión y que las masas tengan cómo protegerse. Las marchas eran las más efectivas, los plantones si se prolongaban terminaban trancando al propio vecino y se generaba una dinámica compleja, pero sin duda la experiencia es que las movilizaciones de las marchas derivaban en un proceso de unidad espiritual de las masas, movilización y fuerza.
«La resistencia puede aparecer e insurgir en la lucha con las armas de la República y con sectores militares para construir una alternativa frente a la represión y que las masas tengan cómo protegerse»
Hace tres años las llamadas “guarimbas” recibieron muchas críticas en la opinión pública. ¿Qué se aprendió y que se desechó de las estrategias de protesta en 2014?
—En Los Andes les llamamos barricadas y el régimen intentó manejar el término guarimba como un sinónimo de obstáculo. Si en el 2014 se hubiese tenido una respuesta más decisiva de otros actores, se hubiera logrado muchísimo más. Para la guarimba en Los Andes tuvo que haber una operación aerotransportada del régimen con muchísima capacidad de fuego, la utilización de tanques y tropas profesionales que lo convirtieron prácticamente en un ejército de ocupación. Se aprendió que la permanencia en el tiempo de una barricada o una estructura termina afectando al propio entorno. En Caracas la gente aprendió que este sistema es lo que le protege de los paramilitares pero se hace necesario que sea elástica y versátil para que a la gente pueda llegar los insumos y servicios como el gas.
¿Sabe cuántos presos políticos se derivaron de las protestas? ¿Qué ha pasado con ellos? ¿Siente que la población los olvidó?
—Los presos políticos nunca se sabrán las cifras porque hoy hay muchos detenidos en cárceles comunes, estamos tratando de cuantificar pero llevamos una cifra de más de 2.500 presos de los cuales la mitad continúa detenidos en este momento. Y las condiciones infrahumanas en las que estaban estos presos políticos y estudiantes llevó a que se cometieran abusos espantosos. Muchos de los detenidos cuando salieron pasaron a la clandestinidad, otros viven en el exilio o en las fronteras de Venezuela pero la gran mayoría ha pasado a la clandestinidad. La vida clandestina no es fácil pero hay que aprender a convertirlo en una forma de lucha, de movimiento y sobre todo en un ejército silencioso que en su momento sabrá hacerse sentir. Eso es un trabajo propagandístico porque la gente no olvida, los que estamos en la clandestinidad vivimos la solidaridad de las personas con las cosas elementales de la vida como el agua, la comida, el vestido, todo el apoyo viene de la gente. Eso es solo una estrategia del régimen para desmoralizar a la resistencia.
“PREFIRIERON CONVIVIR CON EL ENEMIGO”
¿Por qué no se detuvieron las protestas o se cambiaron las formas de lucha?
—Es legítimo que los ciudadanos marchen cuando lo consideren, pero nunca se permitió que la protesta llegara a los puntos que establecía la coordinación. Ciertamente como necesaria autocrítica, la Mesa manejó eso a distancia y cayó en el manejo discrecional y no asumió la necesaria estrategia de aplicar la lucha combinada. La resistencia respetó las convocatorias para no caer en la desunión, nosotros responsablemente asumíamos la participación pero todo fue así. Hubo diputados valientes que asumieron echarle pierna pero nunca llegaron a más de 15 diputados, la gran mayoría asumió la no acción y, en un momento tan trascendental, el silencio es igual a la cobardía. Si algo aprendimos es que no vamos a caer en las trampas de convocatorias que no vayan a lograr objetivos. Nunca se le permitió a las movilizaciones cumplir y por eso estallaba la refriega natural.
«El régimen tiene control de algunos actores políticos que se hacen pasar por opositores»
¿Cuál es el estado actual de la resistencia? ¿Se está preparando para regresar a las calles?
—La tiranía, el aparato de propaganda y el vicepresidente pretenden presentar a la resistencia como una agrupación que ha derivado en pequeños grupos aislados y radicalizados y es justamente lo contrario a lo que nosotros estamos desarrollando. Hay unidad de objetivos que pueden variar en la táctica pero que tienen el mismo objetivo estratégico. El régimen tiene control de algunos actores políticos que se hacen pasar por opositores. Frente a eso mantenemos una postura histórica que es la lucha por la democracia sin apellidos y no aceptamos concesiones de poder, ni repartos coyunturales y no hacemos parte del botín de corrupción a través del cual el régimen hace permeable a otros factores, los corrompe y los neutraliza. La resistencia no se va a reducir en grupos aislados ni se va a convertir en focos. Nosotros siempre lo decimos, las montañas son las masas, tenemos una fe ciega en la victoria final, a lo largo de los años dijimos a donde iba esto pero algunos quisieron convivir con el enemigo. El acompañamiento del pueblo de Venezuela se expresó el 16 de julio con una votación de carácter insurreccional, con un mandato histórico sin antecedentes.
¿Qué pasó con ese “mandato popular”? ¿Fue un evento de la resistencia o de la MUD?
—Fue un evento concertado pero que lamentablemente no hubo la valentía histórica de cumplir, porque allí hubo una decisión sin precedentes donde votó casi ocho millones de personas en un referendo con una decisión que la Mesa no pudo implementar y que para la resistencia sigue siendo uno de sus objetivos y es un mandato. Para mi caso y las organizaciones donde milito ahí hubo un antes y un después, hubo una firme decisión y haremos todo por hacerla valer.
¿Qué opina de la situación política actual y del bajón de las masas opositoras? ¿Hay un descontento? ¿Con quién?
—Hay un descontento con la Mesa de la Unidad que ha derivado de todo lo mencionado, incluyendo la traición al 16 de julio y eso debe servir para la reflexión de quienes corresponde. El Gobierno ha colocado en una situación bien comprometida a factores de la unidad en un diálogo simulado, donde se han incorporado a quienes el pueblo le tiene más desconfianza porque no los vieron marchando a su lado y que han reducido ese diálogo a exigencia individuales de los que asisten. La coyuntura actual es muy difícil porque las condiciones por las que fuimos a la calle no han desaparecido, al contrario, se han incrementado.
“AHORA NO PUEDEN PEDIR QUE LOS APOYEN”
¿La línea de la resistencia es la abstención en las elecciones regionales o la resistencia va a llamar a votar?
—De existir una unidad en todos los frentes sería aplastante pero la resistencia ha mantenido su coherencia y quienes han traicionado no pueden pedir ahora que los apoyen. Sabemos lo importante de unas elecciones pero unas elecciones donde no se han respetado los parámetros, sin tinta indeleble, donde no hay papeletas, se vota solo en las pantallas, no se van a contabilizar las cajas, es un proceso sistemático de fraude. Y ni hablar de las últimas declaraciones de la empresa Smartmatic que rigió todos los procesos electorales. Entonces, le corresponde a cada ciudadano tomar su decisión porque creemos en la libertad de elección. Nosotros enfrentamos una tiranía y no vamos a hacer absolutamente nada que la legitime. En los modelos totalitarios hay elecciones pero son condicionadas para que el régimen se lave la cara.
«En los modelos totalitarios hay elecciones pero son condicionadas para que el régimen se lave la cara»
¿Se corre el riesgo que el Gobierno desconozca a los gobernadores que gane la oposición el 15-O?
—Ledezma fue electo, el alcalde de Barquisimeto fue electo, igual el alcalde de Mérida, de Ejido y otra veintena de alcaldes fueron electos pero igual la Asamblea Constituyente ha creado una legislación para un estado comunal y convertir a las gobernaciones en una cafetera.
¿Qué opina de las conversaciones entre la MUD y el Gobierno?
—Es un gran engaño y forma parte de un gran esquema cuyo único objetivo es la permanencia en el poder de la narco nomenclatura que maneja la tiranía. Es simplemente una estrategia como lo han sido todo los diálogos anteriores cada vez que hay una macrocrisis en Venezuela, pero en concreto jamás han cumplido. Es un diálogo condenado a fracasar desde todo punto de vista.
¿Qué importancia tiene para la resistencia el plano internacional?
—Toda, porque ha sido la resistencia la que ha ganado el corazón del mundo, quien ha logrado la aproximación a la realidad venezolana y que actores importantes en la comunidad internacional hayan puesto sus ojos en Venezuela y hayan visto la incoherencia de otros sectores que plantean temas muy triviales. Ha sido la resistencia la que ha demostrado la crisis humanitaria, la represión que enfrentamos y ha logrado que se implementen sanciones a quienes han robado el erario público, han lavado dinero y utilizan el país como mercancía propia.
INSURGENCIA MILITAR
¿Cómo cataloga dos acciones específicas atribuidas a la resistencia como la insurgencia de Oscar Pérez en un helicóptero del CICPC y el asalto del cuartel Paramacay? ¿Esos hechos han sido positivos o negativos en la lucha contra Maduro?
—La resistencia apoya toda acción cívico militar que busque el rescate de la República por cualquier vía. Los militares son el pueblo uniformado, la familia de los propios militares está viviendo la situación que vive el pueblo. Ciertamente el régimen ha logrado un nivel de control a través del G2 cubano pero ha venido germinando una consciencia nacionalista y patriota.
A algunos de los líderes de la resistencia, usted incluido, se les ha señalado de estar implicados en el ataque al Fuerte Paramacay ¿Qué dice usted? ¿Conoce al general Caguaripano?
—Lo del Fuerte Paramacay se suscribe en ese despertar de consciencia. Conozco al capitán Juan Carlos Caguaripano, un hombre honorable, de principios, republicano, consustanciado con su pueblo, condecorado, siempre estuvo al frente de operaciones difíciles contra el tráfico de niños, personas, contra el narcotráfico, combatió la corrupción. El capitán es además un hombre muy humilde, muy sencillo y muy familiar, y donde quiera que esté nosotros le hacemos llegar nuestra lealtad, afecto y amistad. La operación David es una operación que trasciende lo del fuerte y el capitán es un ideólogo justamente de eso, de una fuerza armada con responsabilidad para la nación.
«Conozco al capitán Juan Carlos Caguaripano, un hombre honorable, de principios»
¿Cómo sería una intervención extranjera en el país?
—Se lograría un equilibrio estratégico para llevar a la normalización de la República. Pero la intervención extranjera como la quiere hacer ver el Gobierno, que los marines nos invaden, forma parte su propaganda. La intervención que requiere el país, una vez lograda la liberación de Venezuela, tiene que ver con el apoyo para reestablecer nuestra producción nacional, para que nuestra justicia pueda extraditar, una intervención que permita que el dinero extraído del país regrese a fondos sociales, que permita contrarrestar el accionar terrorista de los grupos insertados en Venezuela por el vicepresidente de la república. Pero la intervención sería como la que hizo el congreso para condenar el apartheid en Sudáfrica o la dictadura en Chile. Hablo por mí al decir que puede haber una intervención que tenga por objetivo golpear al narcotráfico en el país y volver a traer el sosiego que permita las inversiones.
Prisión, exilio y clandestinidad
La vida política de Nixon Moreno estuvo marcada desde sus inicios por una confrontación con el actual vicepresidente ejecutivo, Tareck El Aissami. Ambos fueron dirigentes universitarios en la misma época, el primero como estudiante de politología y el segundo, de criminología. Desde entonces las disputas han sido “miles”, asegura Moreno.
“Yo le gané la FCU y le gané el movimiento estudiantil nacional, pero ya siendo diputado a la Asamblea, Tareck se convierte en el arquitecto de la criminalización política que es lo que lo lleva a ser viceministro, a él lo nombran viceministro por mi caso”. Esa criminalización, explica el líder opositor, consiste en imputar delitos comunes a un político para que no pudiese ser considerado perseguido ni gozar de protección internacional. Moreno asegura ser el primero con quien aplicaron este esquema: “Soy el venezolano con más asilos políticos, pero siempre supe que el asilo era coyuntural, un repliegue táctico. Yo regresé al país el año pasado y le dije en rueda de prensa a Tareck que así como yo regresé que se atreviera él a poner un pie fuera de las fronteras, porque sabía lo que venía para él”.
“Tareck es uno de los grandes narcotraficantes de la historia, con una de las mayores fortunas provenientes del narcotráfico y con colaboración estrecha con el régimen de Bashar Al Assad en Siria. Es tan perverso y tan maligno que permitió que se estableciera la delincuencia en Venezuela para que se produjera una ingeniería social y se fuera la gente del país”, comenta.
Pero esa persecución política le ha costado caro a Moreno, lo llevó a perderse el entierro de su madre, a cortar comunicación familiar e incluso a huir “como fugitivo” durante una semana. Este fue el último episodio que le tocó vivir, cuando fuerzas del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) allanaron una vivienda donde se encontraba en el conjunto residencial Libertador, ubicado en la avenida Libertador de Caracas el pasado 21 de mayo.