“Lagunas en la nueva normativa, harían posible la entrega de dólares a la antigua tasa DIPRO a grupos que se han venido aprovechando de las distorsiones del sistema cambiario”
Enrique Meléndez
El economista Natan Lederman afirma que sería pecar de ingenuidad ver en esta nueva reedición del sistema DICOM, que el Ejecutivo decretó esta semana, una señal premonitoria de una voluntad firme y sincera de reducir el déficit fiscal y de PDVSA.
“Lo que sí resulta claro, es que a la dinámica inflacionaria, asociada al creciente aumento de la emisión monetaria, habría que añadir el efecto inevitable de la eliminación del DIPRO que representa la tasa protegida de 10 bolívares por dólar, a la que se realiza el 72% de las importaciones totales del país”, afirma el también profesor de la Universidad Metropolitana.
¿Qué opina acerca del reciente convenio cambiario número 39 por medio del cual se deroga el llamado DIPRO?
Pienso que sería pecar de ingenuidad ver en esta nueva reedición del sistema DICOM una señal premonitoria de una voluntad firme y sincera por parte del Ejecutivo de reducir el déficit fiscal y de PDVSA, procurando obtener mayores recursos sin tener que recurrir a la emisión monetaria, como una manera de corregir la inflación, estabilizar las finanzas públicas, eliminar el déficit de caja en bolívares de PDVSA, procurar la convergencia del tipo de cambio con miras a una unificación, al tiempo que normalizar la provisión de divisas al sector privado.
Aunque en este primer mes del año la liquidez monetaria creció a una tasa de 27.2 %, mientras que en diciembre del año pasado fue de 55.7 % y aún, considerando que esta diferencia seguramente se encuentra influida por factores estacionarios, la política del gobierno en todos los frentes lo que ha contribuido es a aumentar la desconfianza y estimular aún más las expectativas de una mayor devaluación en el transcurso de este año, así como de un crecimiento desenfrenado de los precios de los bienes y servicios.
«La única manera de hacer atractiva la oferta privada de dólares sería un tipo de cambio alto, pero veo con dificultad que el gobierno permita que esto ocurra»
Lo que sí resulta claro, es que a la dinámica inflacionaria, asociada al creciente aumento de la emisión monetaria, habría que añadir el efecto inevitable de la eliminación del DIPRO que representa la tasa protegida de 10 bolívares por dólar a la que se realiza el 72% de las importaciones totales del país. Habrá que esperar de todos modos a que se lleven a cabo las primeras subastas para poder estimar con mayor precisión la magnitud del efecto inflacionario de esta maxi devaluación.
Por otra parte, en esta ocasión, el esquema propuesto luce más débil ya que solo se cuenta con el aporte privado, trátese de empresas o particulares, para alimentar los requerimientos de divisas. Luce particularmente ingenua la idea de que este sistema se va a fortalecer a través de las remesas familiares. La única manera de hacer atractiva la oferta privada de dólares sería un tipo de cambio alto, pero veo con dificultad que el gobierno permita que esto ocurra, por lo que lo más probable es que fije un techo bajo, no muy alejado de la última subasta de DICOM, procurando inutilmente controlar la inflación por esta vía. Adicionalmente, algunos expertos consideran que existen algunas lagunas en la nueva normativa que haría posible la entrega de dolares a la antigua tasa DIPRO a grupos que se han venido aprovechando hasta ahora de las distorsiones del sistema cambiario a través del arbitraje en el mercado de divisas.
«La demanda de dinero reacciona de manera inversamente proporcional a la inflación esperada, por lo que las personas en general procuran deshacerse del dinero de manera cada vez más apresurada»
¿Piensa en consecuencia que la tendencia en términos de la dinámica de los precios en la economía apunta definitivamente a una hiperinflación?
La referencia que se suele utilizar para caracterizar una economía hiperinflacionaria y que se aproxima mejor a este fenómeno, corresponde a la definición propuesta en un estudio clásico por el economista Phillip Cagan, en arreglo a la cual una vez que un país alcanza niveles de inflación del orden del 50% a nivel mensual, de un modo persistente, al menos durante un año, como ha venido ocurriendo desde octubre del 2017, esta anomalía adquiere un carácter auto-sostenido, provocando un incremento explosivo de la tasa de crecimiento de los precios, como resultado de las expectativas del público, parcialmente en respuesta al comportamiento pasado de los precios, asociado a su vez a la tasa de emisión con la que el gobierno aumenta el stock de dinero, como principal medio para el financiamiento de su gasto real, monetizando el déficit fiscal.
Si bien es cierto que la inflación es un fenómeno monetario, que depende del crecimiento de la oferta monetaria, a su vez la demanda de dinero reacciona de manera inversamente proporcional a la inflación esperada, por lo que las personas en general, en este caso, procuran deshacerse del dinero de manera cada vez más apresurada, provocando un aumento en la velocidad de circulación del dinero; estimulando, en consecuencia, nuevos y mayores aumentos de precios, en alguna medida de manera independiente del crecimiento monetario, perpetrando de esta manera la inflación.
El Petro inviable
¿Podrá la criptomoneda evadir estas sanciones tal como dice el gobierno?
Lo que el gobierno considera que constituyen las fortalezas y supuestas ventajas del llamado Petro, representan por el contrario e irónicamente los fundamentos de su debilidad y yo diría de su inviabilidad. Uno de los mitos acerca de esta moneda digital consiste en hacer creer que le brinda facilidades al gobierno para realizar transacciones internacionales y superar las trabas en el mercado financiero asociadas al conjunto de sanciones impuestas. Desde hace ya unos días atrás, se sabe con certeza, que el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos comenzó a advertir de manera oficial a los inversionistas que este tipo de mecanismo constituye una violación de las sanciones impuestas.