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En este punto coincidiremos forzosamente civiles y militares para consumar el contragolpe constitucional, con apoyo internacional, cuyo paso siguiente sería una elección presidencial sin Maduro
Jesús Antonio Petit Da Costa
Donde quiera que voy, gente de todas las clases sociales me hacen la misma pregunta: «¿cuándo vamos a salir de ésto? Ya es insoportable. No lo aguanta nadie.» Es un sentimiento general de agotamiento, cansancio, fatiga. De que es tiempo de ponerle fin.
Efectivamente la situación excede nuestra capacidad de aguante como pueblo: 1) La ruina del país traducida en empobrecimiento general de la población; 2) Escasez de alimentos e hiperinflación por las cuales se va extendiendo el hambre, camino a la hambruna; 3) Desempleo masivo y creciente por cierre y quiebra progresiva de empresas; 4) Muerte por falta de medicinas y de equipos en los hospitales, transformados en reclusorios de moribundos sin remedio; 5) Inseguridad extrema potenciada presisamente por la situación económico-social; 6) Bancos sin dinero, panaderías sin pan, farmacias sin medicinas, funerarias sin urnas, universidades y escuelas sin profesores y sin alumnos porque se han ido o están a punto de hacerlo; 7) Éxodo masivo porque todos quieren huir para salvarse de la hecatombe; y, 8) Desesperanza generalizada porque ven que nada se mueve.
Pero no es cierto: algo empezó a moverse. Lo demuestran dos hechos transcendentales: 1) Hasta los colaboracionistas se han visto obligados a sumarse a la inmensa mayoría de los electores que estamos decididos a ejecutar el mayor acto de desafío a la narcotiranía, convirtiendo la abstención masiva y militante en el inicio del CONTRAGOLPE CONSTITUCIONAL mediante el desconocimiento, desacato y desobediencia a su autoridad ilegítima. 2) El arresto de decenas de oficiales militares prueba que hay en el seno de la FAN quienes comparten la urgencia patriótica del CONTRAGOLPE CONSTITUCIONAL. Lo que presumíamos, porque así ha sido siempre en nuestra historia. Ahora lo sabemos porque la narcotiranía lo ha informado.
Hacer que civiles y militares coincidamos en el “timing” es clave para la victoria. Si yo tuviese la jefatura de la resistencia, comenzaría de inmediato con la movilización de los dos ejércitos civiles que están desmovilizados: el interior y el exterior. El interior lo movilizaría desde este momento haciendo campaña activa y militante por la abstención o no participación en la elección presidencial como acto de desconocimiento, desacato y desobediencia a la autoridad ilegítima (narcotiranía), con el cual se inicia el CONTRAGOLPE CONSTITUCIONAL contra el hambreador del pueblo que es Maduro. Hacer que Hambre y Maduro sean sinónimos. Entonces el que vote es un colaboracionista del hambreador del pueblo. Decirle a todos: no votes porque te haces colaboracionista del hambreador del pueblo. Y cada voto tuyo desestimula que los militares se sumen al CONTRAGOLPE CONSTITUCIONAL. Así claro y raspado.
Al ejército civil en el exterior (4 millones de venezolanos) lo movilizaría dando estos pasos: 1) Solicitud al TSJ en el exilio que declare la omisión constitucional en que ha incurrido la AN al no tomar medidas para restituir el orden constitucional (Art. 333) que, según acuerdo del 23-10-16, está roto y al no proceder a la sustitución de Maduro después de haberlo cesado en el cargo por falta absoluta el 09-01-17 (Art. 233), y fijarle plazo hasta el 15-05-18 para hacerlo. Entonces, la AN nombra al sustituto de Maduro antes del 15-05-18, trastornando sus planes o, en su defecto, lo haría el TSJ en el exilio. Así para el 20-05-18 habría un nuevo presidente aquí o en el exilio que tendría a su favor que la reelección de Maduro el 20-05-18 no será reconocida por la OEA ni por la mayoría de los países de América. en este punto coincidiremos forzosamente civiles y militares para consumar el contragolpe constitucional, con apoyo internacional, cuyo paso siguiente sería una elección presidencial sin Maduro y en democracia.
@petitdacosta
