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“SE AGUDIZA LA DEPRESIÓN ECONÓMICA”

Aurelio Concheso: “Lo primero que tiene que hacer la autoridad monetaria es dejar de imprimir dinero inorgánico, el país tiene un gigantesco déficit fiscal”.

Enrique Meléndez

         El dirigente empresarial Aurelio Concheso,  ingeniero mecánico graduado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), considera que el país atraviesa por una situación de alteración, y en la cual está presente una combinación muy mortífera: hiperinflación y depresión.

“La depresión en una economía está dada por las políticas económicas, que lo que han hecho es establecerle una camisa de fuerza a todas las actividades, con el afán de reducir la cantidad de circulante, es decir, dinero inorgánico, que las propias autoridades crean, a base de imprimir dinero sin respaldo”, considera el exvicepresidente de Fedecamaras y expresidente de Consecomercio..

         La gente se pregunta que, si bien el dólar se mueve en el marco de una gran volatilidad, ¿por qué no sucede lo mismo con los productos?

         -El problema es que estamos en una economía totalmente alterada, que tiene una combinación, yo diría, mortífera, entre hiperinflación y depresión. La depresión en una economía está dada por las políticas económicas, que lo que han hecho es establecerle una camisa de fuerza a todas las actividades, con el afán de reducir la cantidad de circulante, es decir, dinero inorgánico, que las propias autoridades crean, a base de imprimir dinero sin respaldo.

         -Se ha producido un esquema de represamiento de las divisas que, prácticamente, ha eliminado cualquier posibilidad de otorgamiento de créditos, de por sí el crédito muy disminuido, porque la cartera total de la banca no excede de 400 millones de dólares, que es el 10% de la cartera de créditos de sistema bancario nicaragüense; que constituye un país minúsculo; comparado con Venezuela.

-Entonces, en esa condición las empresas no encuentran como financiarse ni siquiera por quince días, porque no hay crédito bancario, y no habiendo crédito bancario, en el cortísimo plazo, el financiamiento con recursos propios es muy difícil, pues en la práctica requiere el cobrarle por adelantado a los clientes, para que haya el dinero de las compras de reposición de inventario o las compras de materia prima.

-Se trata de una situación, totalmente, inédita y, normalmente, en cualquier economía es insostenible. Es como si a alguien le hubieran puesto una almohada sobre la cara, y no la dejan respirar.

UNA PESADILLA

El gobierno aumentó en 100% el encaje bancario con el afán reducir la cantidad de circulante. ¿Usted cree que logró tal objetivo?

-Logró recoger la liquidez como decir: el enfermo tenía gripe, y lo logré matar ahora de una pulmonía. Porque las medidas que tomaron, son medidas solamente a medias. Se trata sólo de una cuarta parte del libro, la que se ha leído, acerca de cómo acabar con la hiperinflación, y se les olvidó leerse las otras tres cuartas partes.

-Porque no hay ningún paso para reactivar la economía, y los pasos que hay que dar, para reactivar la economía, cuando uno mira a su alrededor y oye el debate en Venezuela, pareciera que están condicionados a una confrontación política y a unas negociaciones políticas, que llegan a un punto y se estancan, y que no van más allá de ahí, y, en consecuencia, la que termina sufriendo es la economía, y la economía no es un abstracto: son todos los ciudadanos, que están expuestos a esta suerte de pesadilla, en la cual medidas parciales, cada vez profundizan la depresión. Pero no hacen nada, para resolver los problemas, que están produciendo la hiperinflación.

DINERO ORGÁNICO

En los meses anteriores se experimentó una baja inflacionaria. ¿Qué piensa usted al respecto?

-Pero es que esa es una medida totalmente aislada. Porque lo que haría falta, en vez de una restricción del crédito, sería todo lo contrario. Lo primero que tiene que hacer la autoridad monetaria es dejar de imprimir dinero inorgánico. En efecto, eso lo han venido haciendo poco a poco, pero de manera parcial, y no lo pueden hacer mucho más, porque el país tiene, fiscalmente, un gigantesco déficit fiscal.

-Nadie sabe exactamente cuántos puntos, qué porcentajes de la producción total, pero se estima alrededor de un 20%, y de ese déficit fiscal, el 80% viene de empresas del Estado, que están o paralizadas, deben dinero o no generan ingresos.

LA REACTIVACIÓN

¿Qué hacer para reactivar la economía?

-El primer paso que hay que dar; para que la economía pueda resucitar, es resolver el problema de las empresas del Estado.

-El Estado no puede tener ese montón de empresas, que están perdiendo dinero. Tiene que tomarse medidas, para que esas empresas pasen a ser administradas por inversionistas, que estén dispuestos a correr los riesgos del Estado. Pero ningún inversionista en su sano juicio va a correr los riesgos del mercado, cuando no se toman el conjunto de medidas, que hacen falta, para que la cosa se resuelva.

¿Cuál debe ser la primera medida?

-La primera medida es monetaria, y el gobierno se está acercando a tomarla, pero, desde luego, en una forma parcial, que es, prácticamente, llevar o a una dolarización o a una junta monetaria o caja de conversión la paridad del bolívar en circulación en relación a la reserva, que hay en moneda dura con el dólar. Esa medida es el punto de partida indispensable. Pero tiene que venir acompañada con una apertura al crédito. Tú me vas a preguntar: bueno, qué créditos, si los bancos no tienen para prestar.

-El crédito bancario en Venezuela es inexistente. El primer crédito, que tiene que ver la economía, es el crédito proveedor de insumos, materia prima o productos terminados, es decir, es necesario que le vuelvan a dar créditos a estos agentes económicos, que son los que importan estas cosas. Al Estado no, porque el Estado está quebrado y nadie se los va a dar.

-Pero hay empresas privadas, que todavía podrían ser objeto de esos créditos y esos créditos solamente van a venir, en la medida en que el riesgo país de Venezuela baje de los altos niveles estratosféricos, digamos así, en que se encuentra. ¿Por qué? Los créditos comerciales se miden de acuerdo a donde está el riesgo país; de acuerdo a los criterios de una evaluadora, que está acreditada al respecto, y Venezuela está entre los cuatro o tres países más negros de la lista negra.

-Hay que salir de esa lista negra con unas medidas que convenzan a los analistas de crédito y a los que proveen mercancía. Es lo primero que hay que aceitar de los rieles de la economía.

¿Esto es lo que explica el hecho de que los bancos, sobre todo, los pequeños han venido cerrando algunas de sus sucursales?

-Claro, por supuesto, pues qué otro beneficio tienen los bancos: ninguno. No pueden prestar dinero. Las tasas de intermediación son muy bajas. Ahora ha habido un intento por dolarizar. Pero, de nuevo, se trata de un intento que el gobierno lo hace a medias, y eso no va a resolver el problema por esa vía.

-Eso tendría algún sentido, si fuese una especie de una unidad de poder adquisitivo constante, que en Colombia se usó algún tiempo. Pero eso necesita que las cuentas de la inflación y de la verdadera paridad tengan la credibilidad del mundo financiero, en general.

LAS DISTORSIONES

Algunos economistas venían alertando, que la permanencia del control de cambio era la causa de las distorsiones de la economía; ahora, cuando se ha flexibilizado, ¿usted cree que ya es demasiado tarde?

-No, no ha sido demasiado tarde, porque por eso había que pasar. El problema es que ha sido demasiado aislada. Porque, simultáneamente, hay que tomar todo un conjunto de medidas y el impasse político es el que impide que se logre. Yo te voy a dar un ejemplo: la gente se queja de los servicios públicos. La electricidad no se está dando, si no en una forma intermitente, el agua lo mismo, y lo mismo el Metro y las telecomunicaciones. Pero, ¿quién va a poder dar esos servicios públicos con el actual nivel de tarifas.

-Las tarifas de los servicios públicos son menos que cero, la gasolina se regala, lo mismo sucede con el agua, con el gas y con las telecomunicaciones. Así no hay como recomponer el tejido productivo nacional. Pero nadie está hablando de eso. Yo no veo a nadie hablando de eso, se quejan de la electricidad, pero nadie dice: vamos a resolver el problema de la electricidad y vamos a poner las tarifas donde tienen que estar.

-Ahora, usted me dirá: la gente no las va a poder pagar. Bueno, sí y no; porque el sector comercial e industrial tienen que pagar tarifas eléctricas y con ello su costo de producción; por supuesto. De hecho, la está pagando de una forma enmascarada. Porque está teniendo que hacer unas inversiones en plantas de electricidad, que esas no se las están regalando, y a lo mejor el combustible no sale muy caro; pero las inversiones en infraestructura son considerables.

                    SE REGALA LA PRODUCCIÓN DE PARAGUANÁ

¿Es partidario de la desestatización de las empresas púbicas del sector eléctrico, agua y de telecomunicaciones?

-Todas las distorsiones tiene que corregirse con la eliminación del control de cambio, con el control de precios. Todo esto tiene que ajustarse, al mismo tiempo, porque no puede ser que eliminemos el control de cambio, y a los daños vamos a sincerar las tarifas. Tiene que sincerarlas ya. ¡La gasolina se está regalando! Cómo puede funcionar un centro refinador como el de Paraguaná, si se está regalando su producción. Eso no tiene ningún sentido. Ah, que haya unos subsidios para los más necesitados, de acuerdo, pero hay formas de cómo sincerar las tarifas, pero llevarlo a cabo de una forma progresiva, de modo de arrancar dándole un flujo de caja a todo el sector eléctrico.

-Y de allí proceder a la desestatización de una serie de empresas púbicas: el sector eléctrico, el sector del agua y de telecomunicaciones, para que permitan que operadores nacionales e internacionales, que saben de eso, sean los que lleven la batuta, arranquen con un crédito, que permita la inversión necesaria, pero nadie va a invertir, para perder, se invierte cuando hay un horizonte, en el cual hay la garantía de que las tarifas del servicio le van a permitir ganar dinero.