Guisador, es guisador. Sea fanático del “Caracas” o del “Magallanes”. Ñángara o pitiyanqui. Machista o sargentona del “Me Too”
Omar Estacio Z.
A Hugo Chávez, le entró un fresquito, en medio de sus sofocos en la Quinta Paila. “Algo es algo” se consoló, en su achicharramiento eterno. Desde su calabozo VIP, el pran de la penitenciaría de Curitiba, Luiz Lula Da Silva, se transportó al futuro. Se imaginó a, sí mismo, en pantalla de ultradefinición. Vuelto a juramentar. Triunfal. Banda presidencial terciada, camino al palacio de Planalto. De la mano de Marcelo Odebrecht, decididos a rematar, como buenos compinches, ciertos “asuntillos”. Hasta Trump, magullado por el impeachment, se envalentonó y remozó, corregido y aumentado, su grito de guerra: “Hagamos a América (y a mis hoteles) grandes, otra vez”. Todo, ocurrió con motivo de la elección de Cristina de Kirchner como nueva vicepresidenta de Argentina.
Los desgobernantes guisadores son una confraternidad. Esta última, es ajena a tendencias políticas, ideológicas, religiosas, raciales, deportivas. Guisador, es guisador. Sea fanático del “Caracas” o del “Magallanes”. Ñángara o pitiyanqui. Machista o sargentona del “Me Too”. Socialista del Siglo XXI o del Siglo XIX., igual, porque al final, todos practican la operación piraña.
El mensaje de la elección de doña Cristina, ha sido fuerte y claro. A los pueblos, les importa un cipote que sus gobernantes, guisen. No es de poca monta que sobre la matrona, pendan trece acusaciones, bien fundadas, el sicariato de un fiscal y el encubrimiento de atentado dinamitero contra mutual israelita, incluidas. “Ladrón o no ladrón/ ¡queremos a Perón!”, coreaban, décadas atrás, los abuelos de quienes, ahora, han elegido a la doñita. Casi todos – por no generalizar- los gobernantes guisan. Que roben, pero que repartan “la cochina”, es la demanda de quienes los votan. He ahí la nuez del populismo cínico. Del inmediatismo. El gentío, ya no quiere sacrificarse por nada. Lo suyo lo quiere ya, porque para luego es nunca.
Con motivo de la Vicepresidencia de la señora Cristina, sus cófrades más depravados, los narcosátrapas bolivarianos, están eufóricos. Me parece oírlos, aunque no son los únicos: “¡Corruptos,unidos/ jamás serán vencidos!”… y pa´gozá”
@omarestacio