“El Pollo”, cortesía de las autoridades de España, estaría tomándose un trago con Chávez, en la Quinta Paila
Santiago Alcalá
Cuando a mediados de septiembre la Sección Tercera de la Sala Penal del Tribunal Supremo de España, denegó la extradición a Estados Unidos, del exjefe de la inteligencia militar de Chávez y Nicolás Maduro, fue evidente que algo apestaba.
Los delitos por los cuales se pedía la entrega del llamado “Pollo” Caravajal no eran “conchas de ajo”: protector de cargamentos de cocaína que las FARC pasaban hacia territorio venezolano; proveedor de armamento a los mencionados narcoterroristas; cooperación en el establecimiento de bases narcoguerrilleras en zonas despobladas del estado Apure. Carvajal, además, era solicitado por haber recibido sobornos del abatido capo colombiano Wilber Varela, alias “Jabón”. El “Indicment” de EE UU contra el general retirado, agrega que, después de la muerte de “Jabón”, los cárteles mexicanos continuaron pagándole las coimas que recibía el difunto.
Su calidad de funcionario público mientras cometió los crímenes y su vinculación con organización criminal, constituyen dos agravantes que, de confirmarse, acarrean cadena perpetua en Estados Unidos.
Hablamos de delitos comunes, de vulgar narcotráfico, pero dicha Sección Tercera los calificó de “militares”, para negar la extradición. En EE UU los jueces son autónomos -quizás de los más autónomos- pero la mencionada Sección agregó que el encausamiento de Carvajal obedecía a motivaciones políticas. Un especialista consultado, nos señalaba que de acuerdo con la legislación española, el tribunal que examine la extradición solo puede rechazarla cuando resulte “manifiestamente infundada”. Otra cosa es que en este asunto la Sección Tercera se haya arrogado – como lo denunció el fiscal ante dicha sección- funciones de alzada o de tribunal de apelación de la decisión del tribunal norteamericano al afirmar que las acusaciones contra “El Pollo” no estaban suficientemente detalladas.
La complicidad en la fuga de Carvajal, del gobierno de Pedro Sánchez Castejón es obscena. Cualquier encausado por delitos tan graves, no debe dejarse en libertad condicional, sin severas medidas de aseguramiento. Un brazalete o grillete, con GPS. Vigilancia y seguimiento a presión, 24 horas, todos los días, por funcionarios policiales. La nueva orden de encarcelamiento, de Carvajal ha debido de practicarse antes de hacerse pública la sentencia que revocó su libertad condicional. No al revés, como ocurrió esta semana, con lo cual le pusieron en bandeja de plata la posibilidad de fuga..
El “Pollo”, tiene muchas cosas que contarles a los funcionarios de la DEA, de ser enviado a Estados Unidos. Pecadillos de Chávez. De Maduro. Del PSOE, incluido el felón de Zapatero. De Pablo Iglesias, virtual Vicepresidente de España, de sus conmilitones de Podemos, incluidas, coimas habidas y por haber.
Si el “Pollo” se esconde en país amigo de la narcorrevolución bolivariana correrá el riesgo que lo atrapen las autoridades y se lo entreguen a esta última. Si se esconde en país enemigo, lo mismo, salvo que será entregado a los gringos. En el bajo mundo del crimen, vale todo y todo es posible. Hasta que “El Pollo”, cortesía de las autoridades de España, en este preciso momento, esté tomándose un trago con Chávez, en la Quinta Paila.