La oposición que cohabita en la Cancillería prefiere el silencio o ser cómplice de un personaje como Diodado Cabello
Félix B. Sucre
AL GRANO/ El gobierno de Nicolás Maduro no está interesado en resolver los problemas que atraviesa Venezuela, profundizados en su gestión, sino que tratan de ganar tiempo en mantenerse en el poder, aún cuando la crisis económica no puede ser ocultada, ya que más del ochenta por ciento de la población viven en pobreza, al contar con ingresos que no llegan a los 10 dólares mensuales, lo que nada importa a ellos, mientras que algunos opositores se hacen la vista gorda o se dedican a hablar pajuatadas en los medios de comunicación, sin pensar, en muchos casos, que han echado al basurero un historial político pasado.
Evidentemente, hay que enfatizarlo, que el comportamiento del oficialismo y sus aliados no son un digno ejemplo para los venezolanos ni para el resto del mundo; pues ellos, principalmente los del madurismo, lo que buscan, con seguridad, es mantenerse en nombre de una revolución de pacotilla, en nombre del socialismo del siglo XXI, el cual le ha dado al Alto Mando Militar mayor poder, ya que son ellos lo que gobiernan a Venezuela, gracias a la gestión del entonces Hugo Chávez, salido de los espacios más oscuros del mundo militar, dónde el autoritarismo es la manera de conducirse en los cuarteles, hecho que se hizo normal en la administración pública donde su presencia es pública y notoria, lo que en el pasado no se veía, aún cuando en gobiernos del puntofinismo se vio la presencia de ellos en gobernaciones, de dónde salieron no bien parados. Sin embargo, en sectores partidistas de eso no se comenta, porque sería reconocer sus propios errores.
No obstante, en este gobierno de Nicolás Maduro, el PSUV es el instrumento político civil del Alto Mando Militar, hoy con alianza con la «oposición» de la Casa Amarilla, con la que buscan enfrentar al G4 (AD, PJ, VP, UNT), el cual viene siendo liderizado por el diputado Juan Guaido’, quien cuenta con el respaldo de la Comunidad Europea, los Estados Unidos y casi la totalidad de los países latinoamericanos.
Sin embargo, en el llamado madurismo-militarismo siguen utilizando la figura de Hugo Chávez para seguir contando con el fervor popular, aferrarse al poder es la primordial, sin importarle la parálisis económica que hace metástasis en la geografía nacional, con todo y que han utilizado a Simón Bolívar, quien ya está desapareciendo ahora que el dólar es la moneda oficial de la revolución, la misma que ha producido la peor diáspora que se conoce en el globo terráqueo.
No obstante, desde el sector oficial, dónde el diálogo ha venido siendo utilizado para ganar tiempo en el poder, mientras terminan de vaciar las arcas, no quieren reconocer que son los responsables directos de la crisis, sino que se escudan en las sanciones que han venido de los Estados Únicos, Canadá y la Comunidad Europea contra determinados personajes de los rojos rojitos, los mismos que llevaron a PDVSA a la quiebra, al igual que a empresas expropiadas o confiscadas al sector privados, sin que se cumplirá con lo indicado en los artículos 115 y 116 de la Constitución Bolivariana. Esa violación, como otras tantas, nada le ha importado porque para eso tienen el apoyo del estamento militar, el cual gobierna al Tribunal Supremo de Justicia, de dónde salen decisiones que son favorables a ellos.
UNA AN SILENCIADA
Hay que destacar que en el 2015 la oposición, agrupada en la MUD, obtuvo un contundente triunfo en las elecciones parlamentarias, al contar con 112 parlamentarios, empero el gobierno utilizó a la Sala Electoral del TSJ, la cual tomó una decisión en contra de los diputados del estado Amazonas, lo cuales eran opositores, con lo que dejaron a la entidad sin representación parlamentaria, violando el artículo 125 de la Constitución, lo cual nada importó para el TSJ no para Miraflores. En el Ministerio de la Defensa no hubo opinión de ninguna naturaleza. Lo más curioso fue que el Consejo Nacional Electoral no defendió su decisión; prefirieron mantenerse en silencio, al extremo que pocos les importó que en Puerto Ayacucho fueran echo preso dos ciudadanos indígenas, señalados por la Disip (hoy Sebin) de haber cometido delitos electorales, hecho que en ningún momento se demostró, mientras ellos pasaron dos años presos, con lo que quedó en evidencia que para el madurismo es más importante su poder que la libertad o la vida de quienes los adversan. Lo que es menester señalar, por otro lado, que el TSJ jamás ordenó al ente electoral que se repitieran las elecciones en Amazonas, con lo cual el Tribunal entró en desacato, aún cuando hábilmente se afincaron en que es la Asamblea Nacional la que se mantiene en desacato, con lo que se le ha respaldo decisión y fuerza legislativa, aparte de la responsabilidad de ejercer control al gobierno, en este caso al de Maduro, quien se ha valido de la Sala Constitucional para que le valide unos decretos de emergencia económica, mientras que Venezuela no es, hoy por hoy, el país de las oportunidades, sino el país de las lamentaciones y dónde la gente estira y estira los pocos ingresos para poder subsistir, rogándole a Dios no enfermarse porque no hay medicinas, y si las hay es a precios escandalosos o, por otro lado, dónde los especuladores imponen los precios que mejor les parece. Mientras, el gobierno cobra el IVA, de lo cual también están viviendo los enchufados rojos y sus aliados.
Frente al dilema, la presencia del diputado Juan Guaido’ despertó simpatía y apoyo por una gran mayoría de la oposición agrupada en el llamado G4, ubicados en la Asamblea Nacional, lo que generó todo tipo de comentarios y acciones en su contra del gobierno, quien sin miramiento y escrúpulo lo han avisado de robo, malversación, hecho que no ha podido ser demostrado ni por el Fiscal General ni por el Contralor de la República, los cuales son los voceros de Miraflores, de dónde salen las instrucciones para que se destruya la imagen pública de un joven político que le está produciendo muchos dolores de cabeza, sobre todo cuando no han podido lograr que los países que lo apoyan desistan del propósito. Es obvio que todo capital político puede disminuir, muchas veces por la falta de acción. O, en caso contrario, por decisiones poco acertada. Esto es posible que le haya sucedido al diputado Guaidó, quien acaba de tener una gira política que le ha producido mucho rédito, lo que pretende ser negado por el oficialismo y por los opositores de la Mesa de la Casa Amarilla, quienes, desde luego, tienen un discurso parecido al del que pretende ser «Capitán en Jefe» Diosdado Cabello, presidente de una asamblea nacional constituyente que no se sabe para que fue electa, salvó para ser un Parlamento paralelo al servicio del régimen, el cual, aparté de haber destruido al aparato económico, entiende que la democracia es violar derechos humanos al mantener en prisión a cientos de compatriotas, sin que se escuche la voz enérgica de la oposición que cohabita en la Casa Amarilla. Ella prefieren el silencio o ser cómplice de un personaje como Diodado Cabello, quien, con la llegada al país de Juan Guaido’, justificó la detención del tío, Juan José Márquez, hoy acusado de cargar un chaleco antibalas o C-4.
Hoy en Venezuela todos, principalmente los que son de la oposición o también los periodistas, somos sospechosos de estar conspirando o ser vendepatrias, pero ellos pueden dormir en la misma cama con los Castros y eso debe ser visto como algo normal o como una acción revolucionaria.
Finalmente, se llega al llegadero, la salida al grave problema que vive Venezuela es por la vía electoral, con el mecanismo más importante y que constitucionalmente es lo indicado, pero como el presidente, quien dice tener liderazgo, no quiere contarse y demostrar ante Juan Guaido’, quien de hecho será el candidato de la oposición del G4, así de la Casa Amarilla saquen a Javier Bertucci o a Claudio Fermín, con un CNE medianamente imparcial, como dijo un amigo en el metro de Caracas, vergüenza del PSUV y el Alto Mando Militar, Guaido’, como cabeza de la oposición, acompañado de la Gobernadora de Táchira, en alianza perfecta, meterá a Maduro, Diosdado o el que escojan, en un callejón sin salida, hecho que no podrá impedir el Alto Mando Militar así estén armados para defender el legado de Hugo Chávez, padre de la corrupción y de la incapacidad militar para gerenciar.