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CORONAVIRUS: AVANZA LA PANDEMIA

 Los suministros de agua y de electricidad, vitales en las epidemias y más en la del coronavirus, están en situación deplorable. Lavarse las manos frecuentemente es imposible

Luis Fuenmayor Toro

Ya fue calificada de Pandemia la infección actual con el coronavirus. Sus efectos sobre la vida cotidiana de muchos países son evidentes y trágicos. Más que informar se ha desatado una campaña de terror, que en Venezuela adquiere además características peculiares en función de la contaminación política de todo lo que ocurre. Distintos gobiernos han tomado medidas drásticas para contener la expansión de la infección; el nuestro, presidido por Nicolás Maduro, también ha ido tomando las suyas, que ahora no podrán ser criticadas pues son similares a las tomadas en Italia, España y en EEUU. Pudiera pasar a prohibir las manifestaciones públicas, fuente clara de contagio, lo que también afectaría las convocadas por su propio partido.

Hay opositores tan viscerales que desearían que aparezcan ya en el país los primeros casos y que se desate una pandemia, que tenga como beneficio colateral la caída de Maduro. Nuestro aislamiento internacional por la crisis y por las sanciones nos han mantenido hasta ahora sin la infección, aunque hay dudas que aparecerá, a pesar que el gobierno haga esfuerzos y presione para esconderla y cierta oposición los haga para inventarla. Podría, sin embargo, ser una situación que concilie la atención de ambos grupos, en función de lograr una tregua mientras se enfrenta al virus y se protege a la población. Pero es muy difícil que se produzca esta coincidencia de intereses, dada la animadversión existente y la sujeción externa de la política.

No he oído al diputado Guaidó ni a su equipo pedir la inaplicación de las sanciones, por lo menos en lo atinente a insumos médicos imprescindibles para enfrentar esta amenaza. Tampoco los he visto usar en este sentido parte de los cientos de millones de dólares que reciben por distintas vías. Por otra parte, a pesar de que creo que los ministerios correspondientes saben lo que deben hacer, es imposible pensar que estemos ni siquiera medianamente preparados para enfrentar una epidemia con éste u otro virus cualquiera. Los hospitales y centros de salud están en el suelo desde hace años, incluso antes de las sanciones, y éstas los han empeorado. Los suministros de agua y de electricidad, vitales en las epidemias y más en la del coronavirus, están en situación deplorable. Lavarse las manos frecuentemente es imposible.


INCENDIO EN LOS GALPONES DEL CNE: Se debería efectuar una investigación profunda para determinar las responsabilidades.

INCENDIO DE GALPONES DEL CNE

Se incendiaron unos galpones del Consejo Nacional Electoral en Fila de Mariches. Fueron destruidas 40 mil máquinas de votación, 20 mil capta huellas y muchos otros equipos. Los galpones estaban dotados de un excelente sistema de seguridad contra incendios y eran vigilados por la GNB, la vigilancia del CNE y una vigilancia especial contratada por la Dirección del capitán Avena. El gobierno habla de sabotaje, algo muy difícil de creer con tantas medidas de seguridad como las señaladas, a menos que se trate de un sabotaje de parte del personal del propio CNE o de sus organismos de vigilancia. Señalé, a finales del año pasado, que había una serie de rumores dentro del propio CNE de la existencia de negocios entre su personal de altísimo nivel y empresas de informática que le prestan servicios.

¿Quiénes podrían beneficiarse entonces de un acto de esta naturaleza? Hay varias posibilidades: 1) Quienes dentro del CNE conozcan el campo de la informática electoral venezolana que, ante la cercana designación de un nuevo organismo, esperan realizar un excelente negocio con la compra mil millonaria de todo el material destruido. Ya Maduro y Lucena dijeron públicamente que se procederá a comprar nuevos equipos para sustituir los dañados por el fuego. 2) Quienes vienen llamando a regresar al sistema manual, pues consideran que el sistema electrónico actual es utilizado por el gobierno para hacer fraudes electorales. Prefieren el “acta mata votos” del pasado que el “software cambia votos” que dicen existe en el presente. 3) Por último, quienes no quieren que se realice elecciones de la Asamblea Nacional sin que antes Maduro se vaya o lo saquen.

Los organismos de investigaciones del gobierno, principalmente el CICPC, deberían efectuar una investigación profunda del caso, de manera de determinar las responsabilidades. En mi opinión, parece difícil que los partidarios del voto manual, que todos sabemos quiénes son y su número escaso puedan tener la capacidad de generar un incendio de estas proporciones. Parece difícil también que lo puedan hacer los extremistas del extremismo parlamentario y no parlamentario guaidoísta, pese a tener recursos y deseos de hacerlo. Hacia ellos seguramente dirigirá el gobierno sus acusaciones, como ha hecho en otros casos. Salta a la vista que la primera opción señalada tendría la prioridad causal en este análisis.