“El fenómeno del Coronavirus nos encuentra desguarnecidos en materia de salud pública”, señala el exministro de Sanidad
Enrique Meléndez
Rafael Orihuela, médico, investigador y docente de la UCV y exministro de Sanidad, considera que, a pesar de que el gobierno reaccionó demasiado tarde en su tarea de aislar a las personas, que llegaron contaminadas del extranjero con el Covid 19, aún estamos en la posibilidad: de que no nos golpee tan duro su entrada como virus silvestre, es decir, comunitario y que, por lo demás, si se acentúan las medidas; que son medidas ya clásicas; establecidas por el ministerio de la Salud, cree que podemos salir no tan afectados.
¿Cómo encuentra el flagelo del coronavirus la salud pública en Venezuela?
-Lo que ocurre es que, efectivamente, la crisis que vive el aparato médico-venezolano, en general, viene en una situación de deterioro progresivo, que podemos situarla más o menos desde el 2008 para acá. Estamos hablando de doce largos años de deterioro progresivo de la salud pública en Venezuela; tanto en sus recursos humanos, como en su estructura hospitalaria y ambulatoria y, por supuesto, lo que sería toda esa maquinaria especializada de diagnóstico, que es una cuestión que sabemos que es costosa. Eso está muy golpeado.
-Quizás el punto, que lo puede precisar bien como detalle cuantitativo, es que en Venezuela para el año 2008 había unas 46 mil camas de hospitales en todo el territorio; de las cuales 10 mil eran del sector privado y 36 mil eran del Estado, y que se distribuían entre las camas del ministerio de la Salud; las camas del Seguro Social; que hoy en día es casi un ministerio; la sanidad militar, y las camas de Ipasme. Hoy en día se redujeron a un poco menos de 20 mil. En consecuencia, tenemos una merma importantísima, y donde la merma es mayor lo constituyen los sectores, que pertenecen al grupo de terapia intensiva, respiratoria, etcétera y a las camas pediátricas.
–Este flagelo del Coronavirus nos encuentra desguarnecidos en materia de ofrecer una atención rápida, urgente, eficaz a los pacientes, que tienen riesgo de salud en Venezuela; que son, fundamentalmente, los que se conocen como los adultos mayores. Esos son los que más se mueren; los que más se enferman; los que arrastran, aparte de su condición de ancianos, una u otra enfermedad o varias enfermedades, que les complica su salud.
-Eso los golpea muchísimo, porque si tuviésemos una emergencia muy grande como, por ejemplo, que está viviendo España, en la cual hay que atender a muchos ancianos a la vez, esto va a hacer que colapse muy rápido la capacidad de respuesta en esas unidades de terapia intensiva, tanto respiratoria, como pediátrica. Por supuesto, esto es un problema que no tiene solución en el corto plazo; ni siquiera en el mediano plazo.
¿Qué balance tiene usted, de lo que ha sido el Coronavirus, en tanto que pandemia, en Venezuela?
-Yo lo que creo que debe destacarse, es que estamos en la fase, de lo que se llama la domiciliación del virus en el país, desde que comienzan a aparecer casos, de manera silvestre en muchas zonas en Venezuela y esto es distinto a lo que pasó hace una semana, durante la cual estos pacientes, que se registraron como casos de Coronavirus, venían del exterior para acá, en especial, de Italia y España, uno que otro de China, y un poco la circulación fronteriza colombo-venezolana.
-Esto que había arrojado una cifra variable; dice el gobierno que son unos noventa y tantos casos; otros que es el doble. Pero lo que sí tiene mucha importancia es que se trata de una cifra pequeña, lo que significa que tú pudiste haber gobernado encerrando, provocando la cuarentena, el aislamiento de todos estos casos, e impidiendo a toda costa que se transformase en un problema de diseminación silvestre, digamos del virus, en la sociedad venezolana.
-Afortunadamente, no tuvimos un golpe de entrada muy grande, como no tuvimos episodios, como los que hemos visto en Europa, sobre todo, en España e Italia, donde hubo mucha concentración humana: muchos eventos públicos de diversa naturaleza, en especial, vinculados con los deportes, donde hubo una expansión del virus, sin ningún tipo de contención, y las medidas éstas de protección por la vía de la cuarentena, eso se acordó tarde.
-En el caso nuestro creo que aún estamos en la posibilidad de que no nos golpee tan duro la entrada ya como virus silvestre, es decir, comunitario y, bueno, si se acentúan las medidas; que son medidas ya clásicas; establecidas por el ministerio de la Salud, creo que podemos salir no tan afectados.
¿Qué se requiere, a su juicio?
-Primero, lo que ha recomendado la Organización Mundial de la Salud, que es la cosa más elemental. Hay que hacer, dicho a la venezolana, una persecución en caliente de aquellos potenciales enfermos, que portan el virus, pero que tienen pocos síntomas, y que andan regándolo por todos lados. Es clave.
-Y eso se sabe, luego de realizar muchos exámenes de despistaje en la población, en general, que tú intentas seguir, para que se detecte con tiempo, al que le está comenzando la enfermedad; aun cuando tenga pocos síntomas, de modo que se aísle, mientras pasan dos o tres semanas, que es el riesgo, y salve a ese paciente del mal, además de que sea un contaminante pasivo entre la población.
-Eso necesita tener todas las pruebas de diagnóstico. Un problema muy serio, que tenemos nosotros ahora, que todavía lo estamos viendo en España, y es que no había o no hay suficientes kits para esos diagnósticos, a los fines de hacer muchos exámenes, para dar con los potenciales enfermos, y tratarlos bajo cuarentena. Eso no se hizo, por lo tanto, el tamaño de lo que puede pasar no lo conocemos.
-Tenemos que verlo ahora en tiempo real en estos días. Deberíamos estar entrando en la fase de domiciliación del virus en la vida normal del país. Eso no lo sabemos; aunque a esta altura estamos muy cerca de saberlo. Yo creo que este fin de semana que viene, así como en el transcurso de la misma vamos a ver el tamaño del riesgo, y cómo y con qué eficacia vamos a actuar en Venezuela.
Existe la malicia en la opinión pública, de que al gobierno esta situación de la pandemia, le ha permitido inmovilizar a la población, en un momento en que no hay gasolina. ¿Qué hay de cierto en eso?
-Claro, hay varios problemas con el tema de la escasez del combustible. Uno es el que tú estás señalando: esto lo estoy utilizando como mecanismo. No hay combustible, porque la producción es muy pequeña, y así se están conjugando dos grandes dificultades, una, que no hay como llenar, digamos, los camiones para movilizar los alimentos, desde los sitios donde se producen, lo cual puede provocar una situación aguda, que dé lugar a acciones de violencia, por parte de la gente, para no morirse de hambre en las próximas tres o cuatro semanas.
-Lo otro es la falta de agua. Porque yo no puedo estar dando un discurso público; como que yo estoy sobrado del lote: todo esta muy bien, lávate las manos, usa jabón… Pero es que resulta que no hay agua. Y el hecho es que, efectivamente, cuando tú revisas el nivel de operatividad de los dos servicios claves, que son agua, por una parte, y electricidad por la otra, te encuentras que estamos en una situación hasta peor que antes.
-Estos tres elementos sumados: sin transporte, sin gasolina y sin electricidad, te puede generar un escenario verdaderamente complicado en cualquier momento. Entonces, yo creo que eso de estar atizando la candela ante la crisis y generando también mucho temor, tomando en cuenta que ya ha habido varios intentos por parte de la gente, para ver como consigue los recursos por la vía de la fuerza, para alimentarse, que si asaltaron un camión, que, si de repente, hay amenazas de saqueos, bueno, esto es un punto que el gobierno debería plantearse con mucha seriedad.
-Porque tiene que fajarse a ver como garantiza, por lo menos, el suministro del agua, para que la gente se lave las manos en su casa, y evitar que infecte a otros y, por supuesto, que la gasolina y el gasoil existan, para mover lo que es la flota del transporte, que traslada los alimentos, además del personal médico esencial, que se requiere.
Hay la hipótesis de que el coronavirus no fecunda en las zonas calurosas, de modo que Venezuela, siendo un país de ciudades muy calurosas, con la excepción de Caracas y algunas ciudades de Los Andes, quedaría inmune, en ese sentido. ¿Está de acuerdo?
-Es verdad que todos estos renuvirus, es decir, virus que se inoculan en el ser humano, que provocan resfriados, con ello insuficiencias respiratorias, y, en especial, los tres que se han conocido en este siglo desde el 2002, cuando se incuba el SARS también en China, seguido del MERS en el 2012, generado en el Medio Oriente, tienen su procedencia de algunos animales salvajes o domésticos y que logran mutar, para hacerse capaz de infiltrar e infectar al ser humano.
-A continuación se ha presentado este Coronavirus, que ha arrancado desde el 2019. Son virus salvajes, que se mezclan de varios elementos genéticos de esos animales. Se dice que el primero, el SARS era originado por murciélagos, en el caso del MERS, que brotó en Arabia Saudita y en sus países vecinos, donde se registraron más de tres mil enfermos, de los cuales murieron mil, o sea, que tuvo una tasa muy alta, se extinguió solo.
–Este virus se apagó, justo, hacia el verano. Pero, además, esto ocurrió, porque no consiguió humanos, a los cuales adaptarse, y hacerse parásito de sus respectivos organismos, y esto porque son muy primitivos; pues en el caso este del MERS, se trata de un virus mutante también, que tenía un componente de camello o dromedario; un componente de murciélago, así como un componente humano.
-Luego, con el Covid 19 sabemos lo que ocurrió en Wuhan (China), donde comenzó toda esta historia, y cuando tú observas el comportamiento de este virus, así como la velocidad de propagación puedes advertir, sin tener muchos conocimientos geográficos, que se trata de un virus que se adaptó más fácilmente al humano, y que es capaz de infectar con bastante fuerza a mucha gente al mismo tiempo por la vía de la tos.
-Este es el cuadro con este Covid 19, y donde hay un elemento cierto también, y es que la mayoría de los que se enferman, lo que les da es un resfriado común, con pocos síntomas, con poco malestar, y un grupo pequeño, que es el que indica la tasa de mortalidad; que es el que va a desarrollar una enfermedad grave, que puede matarlo, que está ahora en el 3 ó 4 por ciento, de lo que está pasando hoy en el mundo.
-Cuando se observa este tipo de epidemias grandes, como la de la Gripe Española de 1918, precisamente, dos años después de propagación del virus en una pandemia, que mató muchísima gente en el planeta entero, hubo un apagamiento progresivo, y el cual terminó de cerrarse en el verano de aquel entonces, es decir, de 1920.
-Entre el 2008 y 2009 hubo un intento asimismo de epidemia, conocida como la H1N1, sólo que hubo mucha fuerza también para enfrentarla; tanto así que se formó lo que se llama una cayapa, que incluía de todo: aislamiento, tratamiento médico, vacunas… y todo ese proceso facilitó que tú tuvieras un resultado muy bueno, al extremo de que se registraron sólo 16 mil muertes en el mundo entero. Ahora, ¿cuándo se produjo la caída brusca de esta infección masiva? Justamente, en el verano de 2009.
-Esto te dice que, en efecto, puede haber algún factor climático atravesado, por ejemplo, la presencia de estar cerca del ecuador térmico, que es donde pegan los rayos solares más fuertes. Algún dato que es empírico; pero que también debe investigarse, y es que en el 2008 la epidemia ésta, que amenazaba con convertirse en una catástrofe mundial, y que no ocurrió, varios países situados en la línea ecuatorial, sobre todo, en el caso de Venezuela y Vietnam, que están en un paralelo más o menos parecido, el comportamiento fue bastante suave, hubo un intento de epidemia, pero no hubo una gran mortandad; como tampoco hubo muchísimos enfermos.
-Esto es un dato empírico. ¿Aplica ahora? No lo podemos saber. Yo, particularmente, pienso que hay que esperar que rueden estos dos meses, que es lo que nos queda de primavera, para que haya el verano pleno en el hemisferio norte, y allí pudiese darse el caso, de que disminuya este galopar por el mundo entero del Covid 19, y que se transforme; como debería esperarse en un virus, ahora, endémico; es decir, que produce brotes pequeños o grandes, separados unos de otros a través del tiempo en el planeta entero.
-Esto es lo que sería el comportamiento en la historia natural de la enfermedad. No me atrevo a decir que esto va a ocurrir. Pero tengo la sensación, de que pudiéramos cerrar el capítulo del Coronavirus por ahí, tomando en cuenta que hay tres tipos de Coronavirus entre los humanos: que dan con resfriados comunes y corrientes; el SARS, el MERS y el Covid 19. A partir del MERS sobre todo se planteó con urgencia buscar una vacuna; porque hubo una mortandad, aunque muy pequeña, mundialmente hablando.
-Esto está muy avanzado, y lo más probable es que tengamos, y ojalá ocurra así una fase de pruebas, ya desde el cierre de la seguridad de la vacuna, etcétera, de eficacia en una polivalente que va a ser capaz de salvar de la infección, producida por el Coronavirus. Eso es lo que yo creo que va la humanidad ahora y, ojalá, no me equivoque.
¿Cómo ve usted el papel protagónico, que han adquirido los médicos cubanos, quienes han sido llamados a varios sitios del planeta, y quienes, al parecer, combaten el Covid 19 con un medicamento de nombre Interfon?
-A mí eso me hace recordar la época famosa del florecimiento de la Unión Soviética, y donde aparecían medicamentos nuevos, que aparecían todos los años, supuestamente, panaceas, que iba a curar al mundo, acompañados con mucha propaganda, donde se hablaba de un medicamento de Geronvital, que nos iba a permitir vivir unos 300 años. Bueno, todo eso se demostró que era un fraude, a lo largo del tiempo, y el cual terminó con la caída del comunismo en 1989.
-Esto se parece un poco, desde el punto de vista de la propaganda: yo resuelvo, yo logro curar. Y en el caso de Cuba hay dos experiencias muy grandes, a partir del brote de unas epidemias, una fue en 1981, relativa a un dengue hemorrágico, donde se registró un número importante de enfermos y de muertos, y que los cubanos terminaron diciendo, que se debía a un inóculo, que había llevado un agente de la CIA.
-Después vino otra, producto de una hambruna, y que condujo a la ceguera nocturna a muchos cubanos, que no podían ver en las noches, fundamentalmente, por falta de vitamina A. Eso fue detectado y descubierto por un médico venezolano, por el doctor Muci Mendoza, que formó parte un equipo que viajó a Cuba en la oportunidad. -De modo que estamos ante una nueva invención de carácter propagandístico. El Interferon es un medicamento muy especializado, que se fabrican en muchas partes del mundo y que, básicamente, está dirigido, por lo menos hoy, al tratamiento de la hepatitis C. Ese es su ámbito de acción. De modo que eso es falso que los cubanos, sin ningún fundamento científico, estén curando el Coronavirus. Esos son cuentos de camino, pues, ¿dónde están los trabajos?, ¿cuántas publicaciones hay? Muéstranos los resultados de tus investigaciones.