Si Guaidó forma Gobierno de Transición con los mismos mercaderes de la política que son los de la MUD-G4 toda la ofensiva de calle que no recibe hoy, porque no tiene poder, la recibirá total y frontalmente
Jesús Antonio Petit Da Costa
Comenzaré por recordarle a los que justificadamente están contra la idea de que Guaidó sea el Presidente del Gobierno de Transición una frase pronunciada por Rómulo Betancourt en 1936. Muerto Gómez, le sucedió constitucionalmente el General López Contreras, un gomecista fiel. Había acompañado al tirano durante los 27 años de la tiranía. La juventud universitaria se resistía a aceptarlo. Pero siendo como eran el único movimiento político organizado no tenían fuerza para impedirlo. Entonces Betancourt dijo: “Lo aceptaremos con un pañuelo en la nariz.” 35 años después Betancourt celebró la incorporación de López al Senado como senador vitalicio en reconocimiento a que intentó la transición a la democracia.
Guaidó tiene ahora igual que López entonces: la legitimidad constitucional para ejercer la presidencia del Gobierno de Transición, puesto que ya es el presidente legítimo juramentado como Encargado y como tal reconocido por la OEA, la UE y 60 países. Entonces no hay nada que discutir al respecto. Es verdad que Guaidó igual que López tiene un pasado que genera el rechazo de muchos. Durante su interinato se ha plegado a los colaboracionistas de la MUD-G4. Pero Guaidó igual que López podría alegar en su descargo que era la única manera de sobrevivir políticamente, porque ellos controlan la AN. Sin partido, porque el suyo tiene jefe (el de López era Gómez, el de Guaidó es otro López), sin liderazgo propio, puesto allí por una jugada del destino (para López la muerte de Gómez, para Guaidó la usurpación de Maduro y la rotación en la presidencia de la AN) debe sentirse nadando un mar proceloso careciendo de la veteranía de un político fogueado. La vida y la historia me enseñan que todavía no conocemos al Guaidó con poder propio. Como nadie supo quién era realmente López hasta que mandó a matar a Eustoquio Gómez y se liberó del gomecismo duro. En la transición sabremos quién es el verdadero Guaidó. Pero para asegurarnos que no sea igual o peor que el actual hay un remedio: forzarlo a un gobierno colegiado con los jefes de la rebelión cívico-militar. Contamos con dos aliados: Estados Unidos y la Unión Europea que se han manifestado en este sentido, que el Gobierno de Transición por ahora llamado de Emergencia Nacional debe ser colegiado. Y lo ha propuesto el mismo Guaidó llamándolo Consejo de Estado, denominación constitucionalmente impropia.
Si Guaidó forma Gobierno de Transición con los radicales jefes de la insurrección, terminará como López recibiendo los honores. Pero si forma Gobierno de Transición con los mismos mercaderes de la política que son los de la MUD-G4 no nos pondremos pañuelo en la nariz para derrocarlo. Toda la ofensiva de calle que no recibe hoy porque no tiene poder, la recibirá total y frontalmente. Y su paso por la política será una página de la historia que esta generación y la siguiente leerán con un pañuelo en la nariz.
@petitdacosta