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Consideraciones sobre el TRATAMIENTO MEDICAMENTOSO de la Covid-19/Luis Fuenmayor Toro

Para los médicos tratantes y para las organizaciones internacionales y ministerios de salud lidiar con estas incógnitas no es nada fácil. Sin embargo, las experiencias terapéuticas positivas ayudan aunque no se sepa a ciencia cierta cómo funcionan.

Luis Fuenmayor Toro

Agradezco a dos destacados comunicadores sociales venezolanos, sus deseos de entrevistarme sobre algunos aspectos del tratamiento medicamentoso de la Covid-19. No los menciono por no haber solicitado su autorización, pero si cualquiera de ellos quiere decirlo públicamente no tengo ningún problema. Lamentablemente, nuestra Internet y la cuarentena no facilitaron la entrevista. No pretendo en este artículo de prensa dar una clase sobre el tratamiento del Covid-19, tampoco de Farmacología, ciencia experimental que sirve como base de la terapéutica medicamentosa y disciplina en la que me especializo desde hace 50 años. Sólo quiero hacer en este artículo unas consideraciones generales sobre la terapéutica de la infección por el SARS-CoV-2, para que el común de las personas esté en mejores condiciones de comprender la complejidad del asunto.  

“En la oposición extremista existe la esperanza de que el desastre originado por la pandemia, acabe con el gobierno de Maduro. Apuestan a que el gobierno no controle la infección”

  1. La Covid-19 se conoció hace apenas 3 meses y medio e inmediatamente se convirtió en epidemia y luego en pandemia, por lo que los tratamientos en curso han sido instrumentados y probados sobre la marcha y en distintos países al mismo tiempo, con la urgencia de detener su progreso. Las investigaciones terapéuticas son derivadas de esta necesidad y han estado estrechamente vinculadas al desarrollo abrupto de la enfermedad.
  2. Los fármacos inicialmente escogidos y sus combinaciones son aquellos que han sido utilizados con éxito en otras virosis y enfermedades infecciosas o de otro tipo, y que han demostrado efectos antivirales. No ha habido tiempo para el desarrollo de fármacos específicos contra el virus causante de la enfermedad, ni tampoco de vacunas capaces de prevenir los contagios, pues se requerirían meses de ensayos y pruebas clínicas y de laboratorio.
  3. Algunos alertan sobre los efectos secundarios, pero todo fármaco tiene efectos indeseables. Sobre todo cuando las dosis son altas, el tratamiento se prolonga por mucho tiempo y existen enfermedades previas en los pacientes tratados como son las cardíacas, hipertensión arterial, diabetes, broncopulmonares y algunas otras. La presencia de estos efectos no impide necesariamente el uso de los fármacos involucrados, pero debe ser tomado en cuenta por los médicos tratantes, quienes al estar atentos a su posible desarrollo podrán tomar las medidas conducentes.
  4. En el caso del coronavirus, la situación se complica porque no hay uniformidad médica en relación a la patogenia de la virosis. Lo que más se cree es que produce una infección respiratoria baja, que afecta seriamente a los alvéolos pulmonares, lo cual, dependiendo de su intensidad, puede comprometer transitoria o permanentemente la función respiratoria. Esta condición da unas imágenes radiológicas de neumonía. Afortunadamente, esto ocurre en una minoría de los infectados, pues más del 80 por ciento se recupera a los pocos días de la infección y muchos sin sufrir síntomas.
  5. Sin embargo, otros investigadores médicos, basados en los resultados de las autopsias de los fallecidos, opinan que el virus lo que produce es una inflamación vascular generalizada, que genera múltiples micro trombosis y lleva a la producción de una coagulación intravascular diseminada y trombo embolismos pulmonares, que impiden la función del vital órgano. Se trata de una hipótesis que llevaría a un cambio drástico en el tratamiento utilizado, pues el problema no sería de difusión de oxígeno a través de los alvéolos, sino de un aporte insuficiente de sangre a los pulmones.
  6. Existen incluso otras hipótesis en relación con la patogenia de la infección, que significarían también cambios drásticos en su tratamiento medicamentoso. Como puede observarse, para los médicos tratantes y para las organizaciones internacionales y ministerios de salud lidiar con estas incógnitas no es nada fácil. Sin embargo, las experiencias terapéuticas positivas ayudan aunque no se sepa a ciencia cierta cómo funcionan.

«El gobierno maneja militarmente una situación que debe ser manejada sanitariamente. No llama a los especialistas venezolanos que son los más numerosos y preparados que existen en el país«

  • Es evidente entonces que no existe ningún tratamiento específico aprobado por ningún organismo internacional. Existen varios protocolos terapéuticos que se basan en las experiencias positivas que se consideren más adecuadas en el control de la virosis. La ventaja para los pacientes es que estas entidades son en general auto limitadas, por lo que la mayoría de los afectados se curan espontáneamente.
  • Por último, en el caso venezolano hay adicionalmente otra condición que entorpece una acción sanitaria y terapéutica adecuada. Se trata de la politización de la pandemia, tanto por el gobierno pero mucho más por la dirección de la oposición extremista. El gobierno manejando militarmente una situación que debe ser manejada sanitariamente. Queriendo salir airoso sin ayuda de nadie en el país, sólo con los chinos y cubanos, pues aspira a consolidar su poder con un triunfo no compartido contra la pandemia. Por esta razón no llama a los especialistas venezolanos en la materia, que son los más numerosos y preparados que existen en el país. Por esta razón no se refiere a las graves limitaciones que tiene la destrozada infraestructura sanitaria y hospitalaria, ni al colapso de la distribución de agua potable y de la producción de energía eléctrica.
  • En el caso de la oposición extremista, existe la esperanza de que el desastre originado por la pandemia acabe con el gobierno de Maduro. Apuestan a que el gobierno no controle la infección, por lo que permanentemente pero sin soportes cuestionan las informaciones oficiales de contagiados y fallecidos. Según las declaraciones públicas de su líder desde la Embajada de España, la pandemia sólo puede enfrentarse exitosamente si Maduro deja la Presidencia de la República. Para ellos, el coronavirus es igual que el ejército invasor que tanto han pedido. Como “solos no pueden” ahora lo harán con la ayuda de una pandemia. Insólito, siniestro y condenable@LFuenmayorToro  
EL AUTOR es médico-cirujano, Ph. D., profesor titular y exrector de la UCV, investigador en neuroquímica, neurofisiología, educación universitaria, ciencia y tecnología. Luchador político